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J.L.o y el Mendigo capitulo 6

J.L.o y el Mendigo capitulo 6
J.L.o y el Mendigo capitulo 6
El mendigo tenia una verga como la de un burro.
El negro pordiosero estando ya desnudo en forma desvergonzada se agarró su descomunal miembro rugoso y erecto que era tan oscuro y azulado como el mismísimo petróleo, para luego comenzar a agitarlo descaradamente para que su atractiva compañera de pocilga se lo viera en toda majestuosidad teniendo muy en cuenta que esta era la primera vez que veía una mujer blanca desnuda y por lo que veía y por lo que ese curvilíneo cuerpo le hacía sentir a su verga sabía que esta desbordaba deseos carnales por cada centímetro de sus curvas. Jennifer quien de a poco estaba volviendo a la realidad dejando atrás esas ricas emociones de sensualidad en que había estado envuelta supo que si no hacía algo rápido ese repulsivo estropajo de hombre no iba dudar en intentar meterle su negra y deforme virilidad, pero ese ligero estado de cuerdo razonamiento poco le iba a durar ya que al tener la tranca viril del pordiosero de cerca, y que se la veía tan grande, muy gruesa y bien parada, a lo que se sumaba su fuerte y embriagante olor a verga de macho que era mucho más hediondo y fuerte de los que ella ya había sentido antes ni siquiera su ex marido Marck Antoni la tenía tan grande como este mendigo, ahora extrañamente hacían que los latidos de su corazón se le fueran acelerando mucho más de lo normal, como a su misma vez su blanca y dorada vagina nuevamente comenzaba a chorrearse de jugos femeninos. La perdida hembra no se dio ni cuenta cuando nuevamente ya estaba deseando intentar comprobar si aquella brutal tranca de carne negra le cabría entera al interior de su cuerpo, incluso hasta se preguntaba si realmente sería capaz de aparearse con el negro vagabundo, pero cuando sus ojos nuevamente daban con ese enorme y pesado miembro masculino que por su porte y dimensiones ahora apuntaba directamente y en forma diagonal hacia su cara, determinó que si el pordiosero lograba meterle por su tajo aquella grotesca y bizarra protuberancia de carne negra esta fácilmente le llegaría hasta un poco mas debajo de las tetas haciendo con esto que sus alocadas ganas de empalarse con semejante monstruosidad se le fueran a la mismísima verga debido al terror que esto le causaba ya que si el negro lograba embutírselo entero lo más seguro sería que le causaría serios daños en sus órganos internos. Estos sórdidos planteamientos ya casi tenían enloquecida a la pobre Jennifer, y lo más extraño de todo era que a pesar de todas sus acertadas tribulaciones su dorada panocha le hormigueaba en forma desquiciante que la hacían pensar en tal vez intentar dejarse hacer, total si no le cabía entera sería el mismo negro quien se aburriría y la dejaría tranquila, para luego volver a arrepentirse de sus desquiciantes y desnaturalizadas zorrerías que ni ella misma se explicaba cómo era que estas se le ocurrían, pero el poder de la verga negra y larga que tenía antes sus ojos superó todas aquellas aflicciones ya que en un acto totalmente de abandono lujurioso fue ella mismita quien en forma inconsciente e irresponsable para su propia integridad dio su autorización para que prácticamente la destrozaran. El negro pordiosero por su parte creyó morir de amor cuando vio que la bella Cantante Latina después de haber estado mirándole y comiéndole la verga con cara de puta necesitada según él había apreciado, como fue ella misma y solita quien se fue abriendo piernas para luego recogerlas y exponerse para la irrupción de su oscuro ariete tal cual como él lo había profetizado en los momentos antes de que entraran a su mugrienta casucha, y más enloquecido aun quedó cuando a sus oídos llegaba la imperativa solicitud que aquella blanca criatura le hacía: --Señor Tobías… creo que yo también quiero que Usted me haga eso que quería hacerme cuando recién me trajo en su carretón…!!!, -le solicitó Jennifer desvergonzadamente con sus ojos semi cerrados producto de la espeluznante calentura de la cual estaba siendo presa, ya ni siquiera le importaba lo que aquel negro y robusto cañón pudiera romperle en el momento en que este se internase al interior de su cuerpo. --Claro que si zorrita…, jijiji, vez que no era tan malo venir a meterte a mi casita!?, pero antes voy a probarte los jugos que te salen de la concha, será la primera vez que lengüeteo una panocha tan linda y famosa como la tuya, y una vez que me canse y cuando ya estés tan caliente como una yegua en temporada de apareamiento te perforaré tu blanca zorra de putita de alta alcurnia con mi negra y asquerosa verga vagabunda, jijiji, ya verás que te va a encantar cuando te tenga trabada con ella. El viejo negro del señor Tobías con nerviosidad se ubicó justo al medio de los completamente abiertos muslos de Jennifer para luego con sus dos negras y partidas manos posarlas cada una en la parte baja de estos, entre su cadera y donde estos se doblaban, y a continuación con cada uno de sus dos pulgares proceder a abrir los rosados labios vaginales de la curvilínea Latina para así poder echar una rápida mirada antes de lamerle su atrayente rajadura rosadita que estaba segregando una no menor cantidad de fluidos en aquellos momentos, mientras que nuestra muy alterada ninfa se daba a pensar y pensar del estado en que se encontraba al estar siendo inspeccionada tan íntimamente por un viejo vagabundo negro que casi recién había conocido y que para rematarla era ella misma quien le había solicitado que le metiera su gigantesca herramienta viril y caballuna que este se gastaba. La muy excitada JLo se encontraba con su mente totalmente perdida y nublada, y a pesar de todas sus morbosas contradicciones en donde el tamaño de la vergota del vagabundo llevaba el estandarte en lo que se refería a sus salidas emociones en las cuales estaba sumida, igual se daba a pensar de lo extraño que era eso de que el vagabundo en cada momento en que se dedicaba a mandarle soeces bombardeos de peladeces este se esforzaba en remarcar sus diferencias de origen como si esto realmente lo excitaran, y en el fondo de su mente reconocía que por lo menos a ella también la tenían verdaderamente hirviendo de calentura, lo cual quedaba evidenciado con su bella carita de finas facciones completamente mojada de transpiración, así lo demostraban varias gotitas de sudor que ahora la adornaban, además que sus sensuales labios rosados ahora habían adquirido un exquisito color rojo como las frambuesas y los mantenía semi abiertos mientras respiraba agitadamente por ellos, tanto por el miedo como por la excitación, hasta que otra vez y sin aguantarse mas era ella quien le demandaba al pordiosero a que de una buena vez por toda la atendiera, y ahora lo hacía de la misma forma en que lo había estado haciendo el pordiosero:
-Señor Tobías…! p… por f… favor p… páseme su n… ne… negra l… len… lengua por mi b… blanca v… vaginaaaa…!!, ya casi no me aguanto…!! lo deseo tantooo…!!!, -con solo decir ella misma semejante barbaridad desde su zorrita salió expulsado una buena cantidad de fluidos femeninos que fueron advertidos por el negro mendigo.
Dicho y hecho, el vagabundo después de haber mirado todo lo que quiso hacia los íntimos interiores vaginales de la Exuberante latina, en donde también estudio en forma sobre cogida ese atractivo monte de Venus apenas sombreado por áureos y escasos pelitos encrespados, y que además no paraba de chorrear líquidos vaginales ni se la pensó para enterrar su gruesa nariz en la dorada pelvis de la Jennifer para luego de aspirar aquel adictivo aroma vaginalmente femenino hasta embriagarse en el, al instante comenzó a lengüetearla y devorársela en forma casi animal y hambrienta, respirando y absorbiendo por los notorios hoyos de sus fosas nasales todo ese fuerte aroma a hembra que seguía expeliendo ese atrayente tajo de carne que se estaba zampando como a su misma vez se iba bebiendo todos los ácidos y dulces jugos femeninos que este le iba soltando.
--Asi…! Asiiii…! señor Tobiasss…!!, métame su puntiaguda y caliente lengua más para adentroooo…!!!, -le solicitó de pronto la hembra con sus ojos verdes semi cerrados puestos fijamente en los palos del techo de la mugrienta casucha, y con excitada convicción.

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Mientras el caliente y negro vagabundo disfrutaba comiéndose aquella atrayente panocha blanca sorbiendo todo lo que salía de ella como a su misma vez inconscientemente y por las ganas que este le ponía a semejante ágape vaginal también le estaba sacando todo el aire que había al interior de su bajo vientre causándole a la Exitosa cantante electrizantes sensaciones que la llevaron a comenzar a moverse al mismo ritmo en que le comían la concha.
La pobre estaba tan caliente y desesperada que inconscientemente había agarrado uno de los mugrientos sacos y se daba a morderlo y a chuparlo intentando con esto redimir sus bramidos de calentura.
--Ohh…! Ohhh…! Señor To… Tobiasss…!! Diosss…!! Diosssss…!!! Esto… esto… es muy ri… ricoooooo…!!! Mmmmm…!!! Ahhhhh…!!!
El enardecido pordiosero viendo la caliente porrista que tenía abierta de patas y haciéndole barra a grito limpio comenzó a chupar y a lamer cada vez más fuerte y más profundo introduciendo su lengua lo más adentro que podía, al mismo ritmo en que se lo solicitaban.
--Mmmmffffsss…!!! Sigaaa…!!! chupemelaaaa…!!! Diossss…!!! Diosssss…!!! Que ricoooo…!!! Me va a mandar cortadaaaa…!!! Me va a mandar cortadaaaaa…!!!, Ohhhh…!!! Ohhhhh…!!!! Me corrrooooooo!!!!, -le gritaba y repetía Jennifer una y otra vez al mismo tiempo que sufría un arrebatador orgasmo, por lo que el indigente ardientemente entusiasmado se concentró en profundizar con su lengua rápidamente y hasta lo más recóndito que podía al interior de la mojada panocha que se estaba sirviendo y que no cesaba de soltarle chorros de caldos íntimos y calientes, mientras que la curvilínea cantante orgasmeandose como una posesa tensaba todo su cuerpo a la misma vez que se abría de muslos todo lo que podía.
El negro pordiosero que estaba preso de una infinidad de sensaciones tan lascivas como carnales lentamente se fue separando de la encharcada panocha que se acababa de devorar, su desdentada bocota abierta la tenia bañada y chorreante de los líquidos que le había regalado esa hembra de ensueño a quien veía tirada entre sus pulguientos sacos harapientos y que aún estaba siendo atacada por los últimos tiritones de cuerpo, así que aprovechando el estado en que la tenía se dio a proponerle.
--Quieres que te culie mi amor…!?
CONTINUARA…

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nukissy4162
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