El macho alfa de la familia 3

A la mañana siguiente, Pedro se levantó igual que lo habían dejado la noche anterior, golpeado, con la boca llena de mierda del amo y con un pepino metido en el culo, además a su lado estaba su tía Isabel, la cual le acababa de levantarse porque la dejaron dormir ahí después de la follada de la noche anterior, esta le dió los buenos días y fue la primera conversación que Pedro tuvo con un familiar sobre el gran cambio que había vivido su familia
Isa: buenos días sobrinito, que tal has pasado la noche?
Pedro: de verdad me lo estás preguntando tita?! Enserio?! En que momento hemos pasado a esto, toda nuestra familia es esclava de ese inútil desempleado y vosotras sois sus putas, donde está tu título de abogada? De que te sirve ahora? No eres más que una zorra de ese malnacido
Isabel: ay Pedrito, no lo entiendes aún? El amo es un macho alfa, nosotras no podemos oponernos a él por una cuestión de naturaleza, tú deberías saberlo bien porque tampoco noto que pongas mucha resistencia cuando lo tienes delante, ni tú ni mi marido, ni tu padre, ni tu hermano, ni tu cuñado y mucho menos el resto de mujeres de la familia, él nos hace sentir lo que los hombres de esta familia nunca habéis podido, no intentes oponerte a la naturaleza y por cierto, si vuelves a hablar así del amo me veré obligada a contárselo, entendido?

Pedro simplemente se resignó y se fue a darse una ducha, cuando subió las escaleras y pasó por la habitación de sus padres vio allí al amo, dormido junto a su madre, pero con la polla empalmada, se quedó un rato observando la escena, hasta que llegó su padre, cuando Manolo vio la escena se empalmo, Pedro lo noto ya que este había dormido en la caseta del perro desnudo, pero para sorpresa de Pedro, su padre no solo no se enfado y trató de parar la situación, sino que se acercó a ellos, puso su cara al lado de la gran polla del amo y empezó a pajearse mientras la olía.
Pedro no entendía como su padre, un hombre exitoso, envidiado por todo el pueblo, con una mujer codiciada por todos, había llegado a eso en cuestión de un mes, a ser otra putita más deseosa de verga como las mujeres de su Familia.
Después de eso Pedro por fin se dió la ducha y se lavó los dientes, estaba empezando a pensar que lo que le había dicho su tía era cierto y que si asumía su nueva vida, quizás podría llegar a disfrutarlo como el resto, después de darle unas cuantas vueltas fue a la mesa para comer, allí encontró al amo ya sentado con su cuñada Andrea chupandosela debajo de la mesa mientras Andrea le decía lo muy macho que era enfrente de su marido, el hermano de Pedro.
Justo cuando Andrea consiguió que el amo se corriera en su cara sirvieron la comida, el amo le dijo que no se levantara a limpiarse, que comiera así, Andrea que prácticamente veía al amo como un dios asintió con la cabeza mostrando sumisión, tras esto todos empezaron a comer, mientras hablaban en familia de lo que iban a hacer esta semana, como si todo fuera normal, Pedro no podía entender porque todos asumían su lugar y él por más que lo intentará no era capaz de hacerlo, ver a su prometida Claudia rendirse a él le rompía el corazón en mil pedazos y ver a su padre, tío y hermano asumir esto le daba lastima y decepción, no lo entendía, por eso tras acabar la comida se propuso a investigar volviendo a la idea inicial de que estaban drogados o algo por el estilo y fue a investigar sin que nadie se diera cuenta en las cosas del amo.

Mientras el amo se follaba a todas las mujeres en el salón Pedro buscó entre sus cosas en el piso de arriba, esperando encontrar un tipo de droga poco común o algo por el estilo, sin embargo no estaba encontrando nada, hasta que cuando estaba a punto de rendirse, en un bolsillo del pantalón del amo, encontró un papelito amarillo con una dirección, Pedro conocía la calle y no pillaba muy lejos por lo que intentó salir por si encontraba allí al camello que le proporcionaba las drogas que volvían así a su familia, pero cuando estaba a punto de salir por la puerta el amo se interpuso en su camino y le dijo que a donde iba, Pedro solo dijo que iba a tomar el aire, pero el amo le dijo que tenían algo mucho más importante aquí dentro y le dijo que tomará asiento, Pedro se sentó en el sofá a presenciar el espectáculo sexual que estaba ocurriendo, ahí el amo empezó a follar a la guarra de su madre.

María se sentó encima de su hijo y abrió las piernas para el amo, Pedro no se lo podía creer, se iban a follar a su madre mientras él la sujetaba, entonces el amo empezó, se la metió de golpe y Maria gimió de manera fuerte por el tamaño de la verga del amo, empezó a follarla a un ritmo calmado, las tetas de Maria rebotaban al ritmo de las embestidas, esas tetazas de mujer casada, enormes y naturales, rebotando mientras Maria gemia de puro placer por un verdadero macho alfa como era el amo, Pedro no pudo evitar empalmarse.
Después de unos minutos el amo aumentó el ritmo y la potencia, Maria cambió los gemidos de placer por gritos de dolor, pero seguía disfrutándolo al máximo, la agarró la mano a su hijo y le pidió que le sujetara las piernas mientras recibía las embestidas, entonces se vino, cada vez que el amo sacaba la verga de su coño salían disparados chorros de líquido que manchaba todo, mientras María empezó a sobarse las tetas fuertemente, ese hombre la iba a volver loca, si es que no lo estaba ya
El amo no bajaba el ritmo ni la potencia, y en cuestión de unos pocos minutos volvió a correrse, el coño de Maria estaba bien mojado y lubricado para mejorar la experiencia del amo, el cual le cogió la cara y le ordenó que abriera la boca para después escupirle en ella y abofetearla mientras sus tetas seguían rebotando y rebotando Al ritmo de las embestidas del amo, después de unos 35 minutos así, Pedro pudo salir de allí cuando el amo se corrió dentro de su madre, dejándola goteando de semen y rendida en el sofá sin energía para moverse.
Tras esto el amo se fue a la piscina un rato a refrescarse y Pedro pudo salir a buscar en esa dirección para acabar por fin con todo esto.