"Terapia Intensa: Shyla Stylez y Mike Chapman"

El estudio está tenuemente iluminado, con paredes negras y un sillón de cuero rojo en el centro. Una cámara graba desde un trípode, capturando cada ángulo. Mike Chapman, el terapeuta sexual ficticio de AnalVids, está sentado con las piernas cruzadas, vestido con una camisa negra ajustada que resalta su físico imponente. A sus 50 años, su piel oscura brilla bajo las luces, y su mirada penetrante promete una sesión intensa. Frente a él, Shyla Stylez, la reina canadiense del porno, se reclina en el sillón, sus curvas envueltas en un vestido rojo escotado que apenas contiene sus pechos voluptuosos. Su cabello rubio cae en ondas, y sus labios carnosos dibujan una sonrisa traviesa. El aire está cargado de tensión sexual, y la entrevista está a punto de tomar un giro ardiente.





La Entrevista

Mike (con voz grave, mirando fijamente a Shyla): "Bueno, Shyla, bienvenida a mi diván. Aquí en Terapia Sexual, no solo hablamos de placer, sino de lo que te prende de verdad. Eres la reina del hardcore, pero dime, ¿qué te hace perder el control? ¿Qué te pone al borde del abismo?" (Se inclina hacia adelante, sus ojos recorriendo el escote de Shyla).

Shyla (cruzando las piernas, dejando entrever un muslo bronceado): "Ay, Mike, ¿quieres saber qué me enciende? (Ríe, juguetona). Me gusta cuando un hombre sabe lo que quiere y va por ello sin rodeos. En la cama, me gusta el caos, que me sorprendan. Y, ¿sabes? A veces, un poco de adrenalina extra no hace daño..." (Guiña un ojo, lamiéndose los labios).

Mike (sonriendo con picardía): "Adrenalina, ¿eh? Hablando de eso, he oído que en el set a veces las cosas se calientan más allá de las cámaras. ¿Alguna vez has probado algo para subirle el volumen a la fiesta? Digamos... ¿un toquecito de coca para soltar los frenos?" (Su tono es provocador, pero mantiene la profesionalidad de su personaje de terapeuta).


Shyla (arquea una ceja, inclinándose hacia él): "¡Vaya, Mike, vas directo al grano! (Ríe, tocándose el cabello). Mira, soy una chica que vive al límite, pero la coca no es mi rollo. Prefiero que la química venga de aquí..." (Se señala el cuerpo, deslizando una mano por su escote). "¿Y tú? ¿Qué necesitas para ponerte en modo bestia? Porque, créeme, te he visto en acción, y eso no es solo talento natural." (Sonríe, mordiéndose el labio inferior).

Mike (se recuesta, abriendo las piernas ligeramente): "Ja, Shyla, sabes cómo leer a un hombre. En este negocio, todo se trata de control... y de soltarlo en el momento justo. Pero confiesa, ¿qué tan salvaje te pones cuando las cámaras giran? ¿Eres de las que grita ‘más duro’ o de las que toma el mando?" (Sus ojos brillan con desafío).

Shyla (se levanta del sillón, caminando lentamente hacia él, sus caderas balanceándose): "Mike, yo no pido, yo exijo. Si quiero más duro, lo hago saber... y lo consigo. (Se detiene frente a él, apoyando una mano en el respaldo del sillón). Pero, ¿sabes qué? Hablar de esto me está poniendo... inquieta. ¿Y a ti? ¿O eres todo profesionalismo, señor terapeuta?" (Su voz es un susurro seductor, y su perfume llena el aire).



Mike (mirándola de arriba abajo, su respiración se acelera): "Mierda, Shyla, estás jugando con fuego. (Se pone de pie, acercándose hasta que sus cuerpos casi se tocan). Este diván no es solo para hablar, ¿sabes? Si quieres mostrarme lo que exiges, estoy listo para darte una sesión que no vas a olvidar." (Su mano roza el brazo de Shyla, enviando un escalofrío por su piel).

Shyla (lo empuja suavemente hacia el sillón, sentándose a horcajadas sobre él): "Entonces, terapeuta, déjate de palabras y demuéstrame qué tienes. Pero te advierto, conmigo no hay límites..." (Se inclina, rozando sus labios contra los de Mike, mientras sus manos desabrochan los botones de su camisa).

El ambiente del estudio se transforma en un torbellino de deseo. La cámara sigue grabando, capturando cada gemido y movimiento.

Mike agarra a Shyla por las caderas, levantándola con facilidad y sentándola en el borde del sillón. El vestido rojo de Shyla cae al suelo, revelando su cuerpo desnudo, sus pechos firmes y sus pezones endurecidos por la excitación. Mike se quita la camisa, mostrando su torso musculoso, y desabrocha su cinturón con una mirada feroz.

Shyla (jadeando, con voz entrecortada): "Vamos, Mike, no me hagas esperar. Quiero sentirte... ahora." (Abre las piernas, invitándolo con una sonrisa desafiante).

Mike (gruñendo, mientras se arrodilla frente a ella): "Joder, Shyla, eres puro fuego. Vamos a ver cuánto puedes aguantar." (Besa el interior de sus muslos, subiendo lentamente hasta su sexo. Su lengua explora con maestría, arrancándole gemidos profundos a Shyla).

Shyla arquea la espalda, sus manos agarrando el cuero del sillón. Los dedos de Mike se suman al juego, penetrándola con ritmo mientras su boca no da tregua. Los gemidos de Shyla llenan el estudio, un crescendo de placer que hace vibrar el aire. "¡Más, Mike, más fuerte!", grita, tirando de su cabello.

Mike se pone de pie, su erección evidente bajo los pantalones. Los baja con un movimiento rápido, liberando su miembro grueso y pulsante.

Shyla lo mira con hambre, lamiéndose los labios. "Eso es lo que quiero", murmura, arrodillándose frente a él. Sus labios envuelven la punta, succionando con experiencia mientras sus manos acarician sus muslos.

Mike gime, su mano guiando la cabeza de Shyla con firmeza.Mike (con voz ronca): "Mierda, Shyla, sabes cómo volver loco a un hombre. Pero esto apenas empieza." (La levanta, girándola para que quede de espaldas, inclinada sobre el sillón).

Shyla apoya las manos en el respaldo, ofreciendo su trasero perfecto. Mike acaricia sus nalgas, dando un azote ligero que hace que Shyla suelte una risa traviesa. "¡Hazlo, terapeuta, no te contengas!", lo reta. Mike no se hace esperar. Lubrica su miembro con saliva y lo desliza lentamente en su entrada trasera, arrancándole un gemido gutural a Shyla.

Shyla (jadeando, con los ojos entrecerrados): "¡Sí, Mike, justo ahí! ¡Dame todo!" (Mueve las caderas, acompasando el ritmo de las embestidas).

Mike acelera, sus manos aferrando las caderas de Shyla mientras el sonido de sus cuerpos chocando llena el estudio. La intensidad crece, y Shyla gime sin control, sus pechos rebotando con cada thrust. "¡Más duro, joder!", grita, y Mike obedece, empujando con fuerza hasta que el sillón cruje bajo ellos.

La cámara captura cada ángulo: el sudor en la piel de Shyla, la expresión de placer puro en su rostro, y la potencia de Mike dominando la escena.De repente, Mike la gira, sentándola de nuevo en el sillón. Levanta sus piernas sobre sus hombros, penetrándola vaginalmente con un ritmo salvaje.

Shyla clava las uñas en sus brazos, su cuerpo temblando al borde del clímax. "¡Voy a correrme, Mike!", grita, y él intensifica el ritmo, gruñendo mientras siente su propio orgasmo acercarse.

Mike (jadeando): "Córrete para mí, Shyla. Vamos, déjame verte explotar." (Sus manos aprietan sus pechos, pellizcando sus pezones).Shyla se estremece, su cuerpo convulsionando en un orgasmo que la deja sin aliento.

Sus gemidos resuenan como una sinfonía de placer, y Mike no tarda en seguirla, retirándose para liberar su carga sobre sus pechos, marcándola con un gruñido de satisfacción. Shyla, aún temblando, lo mira con una sonrisa exhausta pero triunfal.

Shyla (respirando agitada): "Mierda, Mike... eso fue... terapia de otro nivel." (Se limpia con un dedo, llevándoselo a los labios con una risa).

Mike (sonriendo, limpiándose el sudor): "Te dije que este diván no es solo para hablar. Pero, Shyla, creo que necesitamos otra sesión..." (Le guiña un ojo, mientras la cámara se acerca para un último plano).

Epílogo

El estudio queda en silencio, salvo por el zumbido de la cámara. Shyla y Mike se visten lentamente, intercambiando miradas cómplices. La entrevista ha sido un éxito, y la escena, un incendio que los fans de AnalVids devorarán. Pero ambos saben que esto es solo el comienzo de una “terapia” que promete más sesiones candentes.