Saludos, cochina comunidad de Poringa! Xd, su anónimo favorito les manda saludos desde la concha de su hermana xd. Bueno basta de bromas jaja, en esta ocasión les traigo otro relato erótico y es que me he percatado que los relatos que he publicado, como el de Daniela (que aún faltan muchos de ella) y el ultimo que subí de la chava esa que hizo un trio o el de mi historia de la gótica y el tímido les han gustado mucho y es por eso que me he animado a seguir subiendo relatos cochinones jaja.
Este relato me lo mando un seguidor mío, en donde prefirió mantener su anonimato, eso se entiende, ya que tiene una historia muy fuerte pero excitante que creo que algún que otro le paso y es que pillo a su madre follando varias veces con su pareja. Esto es algo que lamentablemente a muchas personas les paso, pero él trata de darle un giro excitante y es por eso que nos trae este relato para tal vez superar su trauma o porque le excita recordar ese suceso, solo él lo sabe y nos toca a nosotros conocer su anécdota.
Antes de comenzar les quisiera pedir disculpas por la inactividad, pero estos últimos meses no han sido nada fáciles para mi, pues tuve deudas grandes, una mudanza que me dejo exhausto, además que me robaron mi celular, pero gracias a un amigo que sabe hacer cosas de informática pude recuperar mis datos y la contraseña de Poringa! Razón por la que no había podido ingresar, pues la contraseña no me la sabía de memoria, pero ahora estoy aquí de regreso jeje.
¡A darle con el relato!
Mi historia comenzó cuando tenía aproximadamente 8 años de edad. Mi madre me tuvo a una edad muy temprana, sino mal recuerdo a los 17, era de las chicas populares de la escuela así que ya se imaginaran que el sexo con los chicos populares era parte de su día a día. El caso es que una cosa lleva a la otra y en un descuido por parte suyo, no se percató de que el condón estaba dañado y de ahí salí yo.
Nunca tuve la suerte de conocer a mi padre, nunca supe si era compañero de escuela de mi madre o si ya era mayor ni nada por el estilo, ya que como todo buen padre mexicano, abandono a mi madre apenas se enteró de que estaba embarazada, así que mi mamá se las tuvo que ingeniar para poder sacarme adelante.
Los primeros años fueron muy difíciles; me vestían con ropa usada, mi madre pasaba hambre para poder alimentarme correctamente, dejo de estudiar para trabajar una jornada de varias horas mientras mi abuela me cuidaba. Sin embargo, cuando recién cumplí los 8 años, mi madre tenía 25, conoció en la fábrica a un tipo al que vamos a llamar Tarsicio, un hombre que creo que casi le doblaba la edad pues tenía como 38 años o incluso más.
El tipo no estaba para nada guapo, pero tenía un físico de infarto; era muy musculoso, de piel morena, alto y con un peinado que me parecía gracioso. Con el pasar de las semanas, si, semanas, mi mamá termino flechada por él y comenzaron a salir. Eso a mi abuela no le gusto pues si de por si mi madre salía de trabajar tarde ahora llegaba a casa todavía más noche y ya no le daba tiempo ni para cuidarme ni ayudarme con mis tareas y las cosas solo iban a empeorar.
Un sábado por la mañana me dijo que nos íbamos a cambiar de casa a donde vivía Tarsicio, ese día fue de pura cargadera de cosas a un camión. El tipo vivía muy lejos de donde mi abuela, aproximadamente como a 2 horas en auto, así que tuve que cambiarme de escuela y adaptarme al nuevo entorno. Tarsicio no vivía solo (un preliminar no gana mucho ¿Saben?) vivía con sus padres y su hermana menor que si no mal recuerdo tenía 15 años, era la única de esa familia que me caía bien, pero casi nunca estaba en casa.
Si les cuento mis experiencias viviendo en esa casa les puedo decir que eran una puta mierda, ese tal Tarsicio me trataba súper mal; era grosero, me ponía apodos insultantes, no me dejaba ver televisión ni aunque ya hiciera mi tarea ni jugar a la consola. Todo eso ya lo sabía mi madre, pero ya saben, una mujer enamorada es imposible hacerla cambiar de opinión y más si eres un niño.
Pero ahora veamos lo que les interesa, como les dije, el tipo me trataba muy mal, ni siquiera me dejaba jugar con mis juguetes por la casa, porque según hacía tiradero (como si él muy mierda supiera barrer), así que me metía a un cuarto grande sin foco, pero afortunadamente tenía una ventana arriba donde entraba luz y ahí me la pasaba jugando a gusto.
La cosa es así, cuando vives con muchas personas es difícil encontrar un tiempo para coger y no ser pillados, uno podría irse a un motel, pero sin plata no hay como hacerlo. El caso es que el único día en que mi madre podía tener intimidad con aquel imbécil eran los domingos por la mañana, ya que los padres de Tarsicio iban a misa y se quedaban un rato en el parque de la iglesia, su hermana menor se iba con sus amigos y yo me quedaba solo con ellos, pero como dije, me metían a un cuarto a jugar, pero los domingos siempre me ordenaban que bajo ningún motivo saliera o me darían una nalgada.
Yo obedecía, total, no me gustaba estar con ese culero. Nunca me interesaba lo que hacía mi madre con él, pero lo que si me picaba un poco la curiosidad era porque mi madre lloraba o se quejaba cuando estaban solos, aún recuerdo ese sonido mientras escribo, era como: “Oh… ohh… ohhh…” así por un rato hasta que se calmaba. Yo creía que la golpeaba, pero nunca me atreví a ir para allá porque pensaba que me golpearía a mí también por meter mis narices donde no me llaman.
Sin embargo, un domingo en el que me encontraba casual, jugando con mi muñecos, volví a escuchar esos quejidos de mi madre pero esta vez mucho más fuertes y más prolongados. Esta vez la curiosidad pudo más que yo y tuve que ir a averiguar que hacían. Salí del cuarto con mucho silencio y avance a gatas para no hacer ruido, por suerte, la puerta estaba entreabierta por lo que fue fácil asomar la cabeza y ahí los vi; ambos desnudos, dándome la espalda sobre la cama, mi madre estaba acostada boca abajo y Tarsicio encima de ella clavándole la verga a mi madre por el ano. Mi mamá solo gemía y decía “Que rico” mientras que Tarsicio daba brincos para poder embestirla y darle duro a mi madre por el fundillo. Una vez vi eso por espacio de unos minutos salí y me regrese al cuarto, confundido porque no sabía que era lo que estaban haciendo.

Cabe recalcar que mi madre por aquellos años iba al gym y estaba en forma, actualmente tiene varios kilos de más, pero en aquella época era toda una mamacita, quiero decir, tenía buenas tetas, piel morena, un culo bien sabroso y una carita juvenil qué harías lo que fuera por verla gemir con tu pija dentro de ella.
Creo que me desvíe del tema (Si lo hizo xd). Días después, aun con la curiosidad de saber que rayos estaban haciendo aquel domingo agarre fuerza y le pregunte a mi mamá sobre lo que vi que hacía ella y Tarsicio, su cara de espanto no la pudo ocultar y se le ocurrió decirme la cosa más tonta que se le vino a la mente al momento, dejándome aun con más duda al respecto. A los pocos minutos escuche a mi madre y a aquel mierda peleando en la cocina a gritos, pero por suerte no escalo a los golpes.
Después de aquella pelea llego el pendejo a gritarme y a interrogarme sobre la razón de la que salí de “Mi cuarto de juego”, yo solo me limite a decirle un poco asustado que me dio curiosidad los ruidos que hacía mi madre y que no estuve viendo mucho tiempo lo que estaban haciendo. Tarsicio se calmó momentáneamente y me dijo que eso es cosa de adultos que yo no podría entender porque soy muy joven y se fue todavía molesto, dejándome con mi madre quien me dio el típico pretexto de que él solo le estaba poniendo una inyección. Creo que a veces los padres subestiman la inteligencia de sus hijos, yo ya sabía de sobra que eso no era una inyección.
El siguiente domingo no pasó nada, mi madre de echo me llevo al parque y me divertí mucho con otros niños, ya era hora que mamá me pusiera atención y no solo a aquel animal. Sin embargo, el domingo siguiente los volví a pillar, esta vez en otro sitio. Recuerdo que aquel domingo ayude a la madre de Tarsicio a hacer el mandado muy temprano para un niño. Estuvimos un buen tiempo caminando de un lado para otro, cargando bolsas y yendo de un mercado a otro, íbamos con prisa porque aún les faltaba ir a misa, a mí me dejarían en casa así que teníamos que hacer las cosas casi corriendo, lo cual me termino agotando y apenas llegamos a casa me dormí.
Paso un buen tiempo cuando desperté en mi cuarto. La casa era pequeña y había muchas conexiones entre habitación y habitación, mi cuarto tenía una ventana que daba directamente al patio trasero donde estaba la lavadora, el fregadero y el baño. Al asomarme por dicha ventana volví a verlos cogiendo. Esta vez, mi madre estaba de pie recargada en la lavadora y Tarsicio detrás de ella, penetrándole ferozmente el ano. Ambos estaban de pie completamente desnudos, mi madre tenía la vista abajo, intentando ver cómo le entraba y le salía la verga de su pareja, Tarsicio por el contrario, la miraba a ella, tal vez viendo como disfrutaba de sus embestidas.
No paso mucho tiempo para que aquel inútil detectara mi presencia, volteo a verme a través de la ventana y sin decirle una sola palabra a mi mamá, le saco el pene de golpe de su culo y fue hasta donde estaba yo completamente desnudo y con el pene aun erecto. También, sin entablar conversación conmigo, solo llego, le puse seguro a la ventana y la tapo con las cortinas para que no pudiera verlos más y se regresó a donde mi madre, seguramente para seguírsela cogiendo.
Los vi varias veces más cogiendo, pero la verdad, no tengo mucha memoria para esas otras ocasiones, de lo que sí me acuerdo perfectamente aun, fue la ocasión en la que los pille follando de principio a fin, gracias a que me pude esconder muy bien. Si mi memoria no me falla, creo que fue la última vez que tuvieron sexo antes de separarse o por lo menos, la última vez que yo los vi haciéndolo antes de que se separaran finalmente.
Ese día estuvo medio raro, recuerdo que los padres de aquel mierda y su hermana no estarían en casa pues irían a un evento al cual yo también tendría que ir por lo que se quedarían solos mi mamá y aquel mierda. Ese día temprano por la mañana, mi mamá y Tarsicio salieron a hacer unas compras, la madre de Tarsicio, quizás al ver mi rostro de poco animo me pregunto si yo quería ir a ese evento a lo que yo respondí negativamente, tras pensárselo muy bien dijo que mejor yo me quedara en casa, que solo le avisara a mi madre que me quedaría y que los esperara aquí. Después de explicarme todo, solo agarraron unas cuantas cosas y se fueron, dejándome solo un rato.
Me metí a mi cuarto, que olvide mencionar que también era de mi madre y del mierda debido a lo pequeña que era la casa. Yo estaba jugando con mis juguetes tranquilamente hasta que escuche la puerta del patio abrirse, sin razón aparente me entro miedo sobre que pensaran mi madre y el imbécil de haberme quedado, no lo quise averiguar, por lo que rápidamente me metí debajo de mi cama y me tape lo mejor que pude con cajas de zapato y bolsas con sabanas que guardaba mi madre debajo de la cama para esos fríos inviernos, dejando solo dos pequeños huecos que me daban vista a la entrada y otra algo limitada a la cama de mi madre.
Entraron riéndose, pensando que estaban solos, rápidamente Tarsicio arrojo a mi madre a la cama y comenzó a desvestirla desesperadamente, revelando el bello cuerpo que en aquel entonces mantenía. Por mi parte, yo permanecí quieto, sin mover un solo musculo para evitar hacer ruido. Después de desnudar a mi mamá, Tarsicio se bajó los pantalones y el calzón liberando su pene a escasos centímetros del rostro de mi madre. El ángulo en el que se encontraban ellos estaba lejos de mi campo de visión pero no hay que ser un genio para saber que mi madre le estaba haciendo una felación a Tarsicio, escuchaba parte de su conversación, que pese a creer que estaban solos se la pasaban susurrando. Escuchaba ruidos de mi madre chupando, como si se estuviera atragantando y varios gemidos y suspiros de aquel pito corto.
Después de un rato de estar así, volvieron a mi campo de visión de aquel agujero. Entre risas y manoseos por parte de ambos, mi madre se subió a la cama y se puso en 4, dándole la espalda a su pareja y sin saberlo, a su hijo también, por lo que pude ver en todo su esplendor aquel culo que tenía tan enamorado a Tarsicio. No daré detalles sobre como lucia pues no lo recuerdo muy bien, solo les diré que era ese típico trasero que hace que varios hombres giren la cabeza hacía atrás cuando ven a una mujer portando ese culo por la calle, así de bien se veía mi madre en sus mejores años, pero como dije, actualmente está obesa.

Apenas mi madre se puso de perrita, Tarsicio subió un pie a la cama, tomo fuertemente a mi mamá por la cintura con ambas manos y comenzó a pegársele más a sus nalgas con la intención de penetrarle el ano, cosa que eventualmente consiguió y en ese preciso momento mi mamá soltó un grito. Eso la verdad me asusto un poco, pero no me atreví a moverme, me imagino que antes era más callada porque sabía que yo estaba en la casa, en esta ocasión, al creer que estaban solos se daba la libertad de desahogar el placer que sentía al ser penetrada por la cola.
El ángulo en el que estaban era perfecto, ya que podía ver perfectamente como el pene de Tarsicio entraba y salía del culo de mi mamá, el ano de ella se expandía y se contraía cada que el pene de Tarsicio la penetraba. Mientras hacían eso yo solo miraba anonadado de lo que estaba pasando, seguía sin entender que era eso, mi inocente mente infantil creía que estaban jugando, ya que por lo que veía se la estaban pasando bien, ya que además de los gemidos, también reían, se besaban y se acariciaban.
Era una mezcla de incredulidad y a veces miedo cuando Tarsicio le daba nalgadas a mi mamá mientras la seguía penetrando, miedo de cuando le jalaba el cabello y miedo de los alaridos que soltaba mi madre mientras todo eso pasaba. Sus gemidos y gritos me taladraban el cerebro y conforme pasaba el tiempo sus gritos solo aumentaban de volumen, parecía que estaba siendo poseída por el demonio. No paso mucho tiempo hasta que el pito chico comenzara a jadear y a tener contracciones para finalmente clavarle con fuerza su pene en el culo de mamá y venirse dentro de su ya abierto ano.
Solo recuerdo que Tarsicio saco de golpe su pene del culo de mi madre y acto seguido, del culo de la mujer que me dio la vida comenzó a brotar un líquido blanco y espeso (semen obviamente) que chorreo por su vagina y se deslizo por uno de sus muslos. Ambos estaban jadeando del cansancio, mi madre le decía cosas que ya no recuerdo que eran, pero seguro eran halagos hacía Tarsicio por haberlo hecho bien, ya que sonreía mientras lo veía a los ojos. Supongo que estaban tan distraídos que en ningún momento notaron que estaba bajo la cama, aunque apuesto a que si lo supieran, poco les hubiera importado.
Después de estar un rato platicando, un oral más por parte de mi madre hacía ese pito chico y unas cuantas caricias más, ambos se acostaron en la cama y se durmieron como dos amantes. Espere un momento más para salir de mi escondite, me dirigí a la puerta con cuidado y la abrí con extremo sigilo para salir de ahí y evitar ser atrapado. No recuerdo como me las arregle para que no supieran que estuve todo ese momento en casa y que los vi en pleno acto, solo sé que nunca se dieron cuenta afortunadamente. Secreto que mantengo hasta el día de hoy y que se los comparto de manera anónima gracias a anonymous666_.
Espero que les haya gustado este relato y Tarcisio, si estas viendo este relato, el día que te encuentre te voy a romper la cara maldito.
Bueno amigos, eso es todo por el día de hoy, de nuevo pido disculpas por los meses de inactividad, pero esta vez haré todo de mi parte para volver con más relatos. También para mis lectores de la historia de mi vida (La gótica y el tímido) también ya estoy trabajando en la continuación, solo ténganme paciencia.
Buena semana 🙂
Este relato me lo mando un seguidor mío, en donde prefirió mantener su anonimato, eso se entiende, ya que tiene una historia muy fuerte pero excitante que creo que algún que otro le paso y es que pillo a su madre follando varias veces con su pareja. Esto es algo que lamentablemente a muchas personas les paso, pero él trata de darle un giro excitante y es por eso que nos trae este relato para tal vez superar su trauma o porque le excita recordar ese suceso, solo él lo sabe y nos toca a nosotros conocer su anécdota.
Antes de comenzar les quisiera pedir disculpas por la inactividad, pero estos últimos meses no han sido nada fáciles para mi, pues tuve deudas grandes, una mudanza que me dejo exhausto, además que me robaron mi celular, pero gracias a un amigo que sabe hacer cosas de informática pude recuperar mis datos y la contraseña de Poringa! Razón por la que no había podido ingresar, pues la contraseña no me la sabía de memoria, pero ahora estoy aquí de regreso jeje.
¡A darle con el relato!
Mi historia comenzó cuando tenía aproximadamente 8 años de edad. Mi madre me tuvo a una edad muy temprana, sino mal recuerdo a los 17, era de las chicas populares de la escuela así que ya se imaginaran que el sexo con los chicos populares era parte de su día a día. El caso es que una cosa lleva a la otra y en un descuido por parte suyo, no se percató de que el condón estaba dañado y de ahí salí yo.
Nunca tuve la suerte de conocer a mi padre, nunca supe si era compañero de escuela de mi madre o si ya era mayor ni nada por el estilo, ya que como todo buen padre mexicano, abandono a mi madre apenas se enteró de que estaba embarazada, así que mi mamá se las tuvo que ingeniar para poder sacarme adelante.
Los primeros años fueron muy difíciles; me vestían con ropa usada, mi madre pasaba hambre para poder alimentarme correctamente, dejo de estudiar para trabajar una jornada de varias horas mientras mi abuela me cuidaba. Sin embargo, cuando recién cumplí los 8 años, mi madre tenía 25, conoció en la fábrica a un tipo al que vamos a llamar Tarsicio, un hombre que creo que casi le doblaba la edad pues tenía como 38 años o incluso más.
El tipo no estaba para nada guapo, pero tenía un físico de infarto; era muy musculoso, de piel morena, alto y con un peinado que me parecía gracioso. Con el pasar de las semanas, si, semanas, mi mamá termino flechada por él y comenzaron a salir. Eso a mi abuela no le gusto pues si de por si mi madre salía de trabajar tarde ahora llegaba a casa todavía más noche y ya no le daba tiempo ni para cuidarme ni ayudarme con mis tareas y las cosas solo iban a empeorar.
Un sábado por la mañana me dijo que nos íbamos a cambiar de casa a donde vivía Tarsicio, ese día fue de pura cargadera de cosas a un camión. El tipo vivía muy lejos de donde mi abuela, aproximadamente como a 2 horas en auto, así que tuve que cambiarme de escuela y adaptarme al nuevo entorno. Tarsicio no vivía solo (un preliminar no gana mucho ¿Saben?) vivía con sus padres y su hermana menor que si no mal recuerdo tenía 15 años, era la única de esa familia que me caía bien, pero casi nunca estaba en casa.
Si les cuento mis experiencias viviendo en esa casa les puedo decir que eran una puta mierda, ese tal Tarsicio me trataba súper mal; era grosero, me ponía apodos insultantes, no me dejaba ver televisión ni aunque ya hiciera mi tarea ni jugar a la consola. Todo eso ya lo sabía mi madre, pero ya saben, una mujer enamorada es imposible hacerla cambiar de opinión y más si eres un niño.
Pero ahora veamos lo que les interesa, como les dije, el tipo me trataba muy mal, ni siquiera me dejaba jugar con mis juguetes por la casa, porque según hacía tiradero (como si él muy mierda supiera barrer), así que me metía a un cuarto grande sin foco, pero afortunadamente tenía una ventana arriba donde entraba luz y ahí me la pasaba jugando a gusto.
La cosa es así, cuando vives con muchas personas es difícil encontrar un tiempo para coger y no ser pillados, uno podría irse a un motel, pero sin plata no hay como hacerlo. El caso es que el único día en que mi madre podía tener intimidad con aquel imbécil eran los domingos por la mañana, ya que los padres de Tarsicio iban a misa y se quedaban un rato en el parque de la iglesia, su hermana menor se iba con sus amigos y yo me quedaba solo con ellos, pero como dije, me metían a un cuarto a jugar, pero los domingos siempre me ordenaban que bajo ningún motivo saliera o me darían una nalgada.
Yo obedecía, total, no me gustaba estar con ese culero. Nunca me interesaba lo que hacía mi madre con él, pero lo que si me picaba un poco la curiosidad era porque mi madre lloraba o se quejaba cuando estaban solos, aún recuerdo ese sonido mientras escribo, era como: “Oh… ohh… ohhh…” así por un rato hasta que se calmaba. Yo creía que la golpeaba, pero nunca me atreví a ir para allá porque pensaba que me golpearía a mí también por meter mis narices donde no me llaman.
Sin embargo, un domingo en el que me encontraba casual, jugando con mi muñecos, volví a escuchar esos quejidos de mi madre pero esta vez mucho más fuertes y más prolongados. Esta vez la curiosidad pudo más que yo y tuve que ir a averiguar que hacían. Salí del cuarto con mucho silencio y avance a gatas para no hacer ruido, por suerte, la puerta estaba entreabierta por lo que fue fácil asomar la cabeza y ahí los vi; ambos desnudos, dándome la espalda sobre la cama, mi madre estaba acostada boca abajo y Tarsicio encima de ella clavándole la verga a mi madre por el ano. Mi mamá solo gemía y decía “Que rico” mientras que Tarsicio daba brincos para poder embestirla y darle duro a mi madre por el fundillo. Una vez vi eso por espacio de unos minutos salí y me regrese al cuarto, confundido porque no sabía que era lo que estaban haciendo.

Cabe recalcar que mi madre por aquellos años iba al gym y estaba en forma, actualmente tiene varios kilos de más, pero en aquella época era toda una mamacita, quiero decir, tenía buenas tetas, piel morena, un culo bien sabroso y una carita juvenil qué harías lo que fuera por verla gemir con tu pija dentro de ella.
Creo que me desvíe del tema (Si lo hizo xd). Días después, aun con la curiosidad de saber que rayos estaban haciendo aquel domingo agarre fuerza y le pregunte a mi mamá sobre lo que vi que hacía ella y Tarsicio, su cara de espanto no la pudo ocultar y se le ocurrió decirme la cosa más tonta que se le vino a la mente al momento, dejándome aun con más duda al respecto. A los pocos minutos escuche a mi madre y a aquel mierda peleando en la cocina a gritos, pero por suerte no escalo a los golpes.
Después de aquella pelea llego el pendejo a gritarme y a interrogarme sobre la razón de la que salí de “Mi cuarto de juego”, yo solo me limite a decirle un poco asustado que me dio curiosidad los ruidos que hacía mi madre y que no estuve viendo mucho tiempo lo que estaban haciendo. Tarsicio se calmó momentáneamente y me dijo que eso es cosa de adultos que yo no podría entender porque soy muy joven y se fue todavía molesto, dejándome con mi madre quien me dio el típico pretexto de que él solo le estaba poniendo una inyección. Creo que a veces los padres subestiman la inteligencia de sus hijos, yo ya sabía de sobra que eso no era una inyección.
El siguiente domingo no pasó nada, mi madre de echo me llevo al parque y me divertí mucho con otros niños, ya era hora que mamá me pusiera atención y no solo a aquel animal. Sin embargo, el domingo siguiente los volví a pillar, esta vez en otro sitio. Recuerdo que aquel domingo ayude a la madre de Tarsicio a hacer el mandado muy temprano para un niño. Estuvimos un buen tiempo caminando de un lado para otro, cargando bolsas y yendo de un mercado a otro, íbamos con prisa porque aún les faltaba ir a misa, a mí me dejarían en casa así que teníamos que hacer las cosas casi corriendo, lo cual me termino agotando y apenas llegamos a casa me dormí.
Paso un buen tiempo cuando desperté en mi cuarto. La casa era pequeña y había muchas conexiones entre habitación y habitación, mi cuarto tenía una ventana que daba directamente al patio trasero donde estaba la lavadora, el fregadero y el baño. Al asomarme por dicha ventana volví a verlos cogiendo. Esta vez, mi madre estaba de pie recargada en la lavadora y Tarsicio detrás de ella, penetrándole ferozmente el ano. Ambos estaban de pie completamente desnudos, mi madre tenía la vista abajo, intentando ver cómo le entraba y le salía la verga de su pareja, Tarsicio por el contrario, la miraba a ella, tal vez viendo como disfrutaba de sus embestidas.
No paso mucho tiempo para que aquel inútil detectara mi presencia, volteo a verme a través de la ventana y sin decirle una sola palabra a mi mamá, le saco el pene de golpe de su culo y fue hasta donde estaba yo completamente desnudo y con el pene aun erecto. También, sin entablar conversación conmigo, solo llego, le puse seguro a la ventana y la tapo con las cortinas para que no pudiera verlos más y se regresó a donde mi madre, seguramente para seguírsela cogiendo.
Los vi varias veces más cogiendo, pero la verdad, no tengo mucha memoria para esas otras ocasiones, de lo que sí me acuerdo perfectamente aun, fue la ocasión en la que los pille follando de principio a fin, gracias a que me pude esconder muy bien. Si mi memoria no me falla, creo que fue la última vez que tuvieron sexo antes de separarse o por lo menos, la última vez que yo los vi haciéndolo antes de que se separaran finalmente.
Ese día estuvo medio raro, recuerdo que los padres de aquel mierda y su hermana no estarían en casa pues irían a un evento al cual yo también tendría que ir por lo que se quedarían solos mi mamá y aquel mierda. Ese día temprano por la mañana, mi mamá y Tarsicio salieron a hacer unas compras, la madre de Tarsicio, quizás al ver mi rostro de poco animo me pregunto si yo quería ir a ese evento a lo que yo respondí negativamente, tras pensárselo muy bien dijo que mejor yo me quedara en casa, que solo le avisara a mi madre que me quedaría y que los esperara aquí. Después de explicarme todo, solo agarraron unas cuantas cosas y se fueron, dejándome solo un rato.
Me metí a mi cuarto, que olvide mencionar que también era de mi madre y del mierda debido a lo pequeña que era la casa. Yo estaba jugando con mis juguetes tranquilamente hasta que escuche la puerta del patio abrirse, sin razón aparente me entro miedo sobre que pensaran mi madre y el imbécil de haberme quedado, no lo quise averiguar, por lo que rápidamente me metí debajo de mi cama y me tape lo mejor que pude con cajas de zapato y bolsas con sabanas que guardaba mi madre debajo de la cama para esos fríos inviernos, dejando solo dos pequeños huecos que me daban vista a la entrada y otra algo limitada a la cama de mi madre.
Entraron riéndose, pensando que estaban solos, rápidamente Tarsicio arrojo a mi madre a la cama y comenzó a desvestirla desesperadamente, revelando el bello cuerpo que en aquel entonces mantenía. Por mi parte, yo permanecí quieto, sin mover un solo musculo para evitar hacer ruido. Después de desnudar a mi mamá, Tarsicio se bajó los pantalones y el calzón liberando su pene a escasos centímetros del rostro de mi madre. El ángulo en el que se encontraban ellos estaba lejos de mi campo de visión pero no hay que ser un genio para saber que mi madre le estaba haciendo una felación a Tarsicio, escuchaba parte de su conversación, que pese a creer que estaban solos se la pasaban susurrando. Escuchaba ruidos de mi madre chupando, como si se estuviera atragantando y varios gemidos y suspiros de aquel pito corto.
Después de un rato de estar así, volvieron a mi campo de visión de aquel agujero. Entre risas y manoseos por parte de ambos, mi madre se subió a la cama y se puso en 4, dándole la espalda a su pareja y sin saberlo, a su hijo también, por lo que pude ver en todo su esplendor aquel culo que tenía tan enamorado a Tarsicio. No daré detalles sobre como lucia pues no lo recuerdo muy bien, solo les diré que era ese típico trasero que hace que varios hombres giren la cabeza hacía atrás cuando ven a una mujer portando ese culo por la calle, así de bien se veía mi madre en sus mejores años, pero como dije, actualmente está obesa.

Apenas mi madre se puso de perrita, Tarsicio subió un pie a la cama, tomo fuertemente a mi mamá por la cintura con ambas manos y comenzó a pegársele más a sus nalgas con la intención de penetrarle el ano, cosa que eventualmente consiguió y en ese preciso momento mi mamá soltó un grito. Eso la verdad me asusto un poco, pero no me atreví a moverme, me imagino que antes era más callada porque sabía que yo estaba en la casa, en esta ocasión, al creer que estaban solos se daba la libertad de desahogar el placer que sentía al ser penetrada por la cola.
El ángulo en el que estaban era perfecto, ya que podía ver perfectamente como el pene de Tarsicio entraba y salía del culo de mi mamá, el ano de ella se expandía y se contraía cada que el pene de Tarsicio la penetraba. Mientras hacían eso yo solo miraba anonadado de lo que estaba pasando, seguía sin entender que era eso, mi inocente mente infantil creía que estaban jugando, ya que por lo que veía se la estaban pasando bien, ya que además de los gemidos, también reían, se besaban y se acariciaban.
Era una mezcla de incredulidad y a veces miedo cuando Tarsicio le daba nalgadas a mi mamá mientras la seguía penetrando, miedo de cuando le jalaba el cabello y miedo de los alaridos que soltaba mi madre mientras todo eso pasaba. Sus gemidos y gritos me taladraban el cerebro y conforme pasaba el tiempo sus gritos solo aumentaban de volumen, parecía que estaba siendo poseída por el demonio. No paso mucho tiempo hasta que el pito chico comenzara a jadear y a tener contracciones para finalmente clavarle con fuerza su pene en el culo de mamá y venirse dentro de su ya abierto ano.
Solo recuerdo que Tarsicio saco de golpe su pene del culo de mi madre y acto seguido, del culo de la mujer que me dio la vida comenzó a brotar un líquido blanco y espeso (semen obviamente) que chorreo por su vagina y se deslizo por uno de sus muslos. Ambos estaban jadeando del cansancio, mi madre le decía cosas que ya no recuerdo que eran, pero seguro eran halagos hacía Tarsicio por haberlo hecho bien, ya que sonreía mientras lo veía a los ojos. Supongo que estaban tan distraídos que en ningún momento notaron que estaba bajo la cama, aunque apuesto a que si lo supieran, poco les hubiera importado.
Después de estar un rato platicando, un oral más por parte de mi madre hacía ese pito chico y unas cuantas caricias más, ambos se acostaron en la cama y se durmieron como dos amantes. Espere un momento más para salir de mi escondite, me dirigí a la puerta con cuidado y la abrí con extremo sigilo para salir de ahí y evitar ser atrapado. No recuerdo como me las arregle para que no supieran que estuve todo ese momento en casa y que los vi en pleno acto, solo sé que nunca se dieron cuenta afortunadamente. Secreto que mantengo hasta el día de hoy y que se los comparto de manera anónima gracias a anonymous666_.
Espero que les haya gustado este relato y Tarcisio, si estas viendo este relato, el día que te encuentre te voy a romper la cara maldito.
Bueno amigos, eso es todo por el día de hoy, de nuevo pido disculpas por los meses de inactividad, pero esta vez haré todo de mi parte para volver con más relatos. También para mis lectores de la historia de mi vida (La gótica y el tímido) también ya estoy trabajando en la continuación, solo ténganme paciencia.
Buena semana 🙂
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