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cogida por un maduro del jardin de mi hijo

En lo íntimo, soy una mujer muy caliente y apasionada, disfruto mucho teniendo relaciones sexuales, me fascina recibir y dar sexo oral. Tengo un hijo de3 años. Vivo en 
El año pasado, 2024 , mi hijo entró al jardin , Entonces empecé a tratar con personas que no conocía. A los pocos días, la maestra formó un grupo de padres para apoyar en los asuntos de los niños y eligió a tres madres como vocales; una de ellas era yo. Nos llevamos bien entre todas las madres poco a poco, todo iba fluyendo de manera agradable. En diciembre del año pasado, en el evento de los niños, una vocal llevó a su esposo.
Desde el primer momento que lo miré me pareció un hombre muy atractivo, realmente me gustó bastante. A él también le gusté, me miró fijamente. Era un hombre de aspecto rudo, atlético, alto, de piel morena, aparentaba unos 42 o 45 años,


El 14 de febrero del presente año 2025 hubo otro evento en la escuela y volvió a ir, esta vez me lo presentó mi compañera vocal. Fue muy educado, me dijo que se llamaba Julián  Hablamos muy poco porque estaba con su esposa (mi compañera vocal). Ese día yo vestía un pantalón de vestir muy ajustado color negro y un saco del mismo color.
Discretamente me miraba las nalgas, lo que me provocaba cierta inquietud, pero no pasaba nada. A principios del mes de marzo empecé con problemas de separación con mi esposo, por problemas que ya teníamos de meses atrás. Las semanas pasaban y, , tomamos la decisión de separarnos y darnos un tiempo para pensar bien las cosas y no perjudicar a nuestro hijo. Me fui a vivir a casa de mi padre  a unas cuadras de donde vivía con mi esposo. 
. Ese día me vestí con un vestido ajustado y elegante. De nuevo fue Julián, el marido de una compañera, quien me acompañó. al acto 


Pasaron unos diez días y una tarde, cuando sali del gimnasio me encontré con Julián. Al verme, me saludó y nos detuvimos un rato a hablar. Como no iba su esposa, me dijo que había ido a comprar algo. Yo le dije que regresaba del gimnasio . Esa tarde, yo vestía una calza negra  y una camiseta deportiva.. Al despedirnos, me pidió mi número de teléfono y le dije que fuera discreto por su esposa. Me respondió que no me preocupara.
una tarde , mi padre  me dijo que se iría unos dias afuera   y que se llevaría a mi hijo.  y yo me quedé sola.
Ese viernes por la noche, Julián me escribió y le dije que estaba sola, que la familia estaba fuera de la ciudad.
El sábado por la mañana, me sentía muy caliente; ya eran más de ocho meses sin tener relaciones sexuales. Mi vagina se me mojaba constantemente y deseaba que me cogieran.  Ya como a las 7 p. m., me metí a bañarme  Esa tarde me vestí con una falda de color café claro que me llegaba casi a las rodillas, una blusa de manga larga y como ropa interior llevaba una tanga  blanca 


Serían como las 20:30 h cuando llegué al bar a tomar algo y, en ese momento, entró una llamada en mi móvil: ¡era Julián! Al responder, me preguntó:
—Hola,  ¿dónde estás?

En menos de 10 minutos llegó Julián, me saludó dándome un beso en la mejilla y me dijo:
—Estás muy hermosa.
Permanecimos parados unos minutos mientras charlábamos un poco. Entonces Julián me dijo:
—¿Quieres tomar algo? Me apetecen unos tequilas. , Julián me comentó que llevaba unos días distanciado de su mujer por algunas discusiones que ya duraban más de dos semanas. Yo le conté que llevaba más de ocho meses separada.
Seguimos hablando y riéndonos un poco de algunos chistes, cuando me di cuenta ya habíamos tomado seis tequilas  y eran casi las doce de la noche.
—Nos tomamos uno más y me voy porque ya es tarde —le dije.
—¡De acuerdo, está bien!
Las veces que me paraba al baño, sentía la mirada de Julián en mis nalgas. Cuando salimos del bar 
Yo me sentía un poco mareada, pero muy tranquila y consciente. Empecé a calentarme y sentí que sería el momento de coger con Julián.
Julián me dijo al oído: «Se te marca la tanga en la pollera  ¡Te deseo mucho,  pero le respondí: «La edad no importa, tú también me gustas bastante y te deseo». Desde que te conocí siento deseos de que me cojas.
Empezamos a besarnos con ganas. Julián fue bajando sus manos hacia mis nalgas. Yo empecé a gemir mientras mi respiración se agitaba.
Miramos alrededor para que no pasara gente. Julián bajó sus manos y empezó a agarrarme las nalgas mientras me acercaba a su cuerpo. Se acercó nuevamente al oído y me preguntó:
—¿Vamos a un hotel?
—¡Sí! Empezamos a caminar  Le pedí un Uber y, en menos de diez minutos, llegamos al hotel . Mientras íbamos en el taxi, sentía cómo palpitaba mi vagina. Antes de subir a la habitación, empezó a besarme mientras me acariciaba las nalgas con sus manos. Me besaba y me acariciaba con mucha pasión y experiencia. Me tenía recargada en la pared.
Mientras me besaba el cuello, yo gemía de placer y de excitación. Empezó a bajarme el cierre de la pollera hasta quitarla, dejándome en tanga. En ese momento, se desabrochó la blusa y empezó a chuparme los pechos con ansia. Empezó a desabrocharse los pantalones y me dijo: «Sácame la pija para que sientas lo que te vas a comer, putita». Bajó sus pantalones hasta las mitades de sus piernas y empezó a acariciar su pene por encima de los bóxer mientras Julián me metía la mano en la vagina y me dijo: «¡Qué rica la tienes, peluda, cabroncita!». Bajé su bóxer y agarré su verga, que estaba bien parada. En el momento en que la agarré, la sentí gruesa y larga.  empecé a rozar su verga con  mi vagina.
—Vamos a subir a la cama —le dije.
—Sí, pero vas a subir sin nada —me respondió.
En ese momento, me quité todo 
—También quítate la ropa —me respondió. La oscuridad de la recámara me excitaba, así que empezamos a subir las escaleras hacia la cama totalmente desnudos. Al entrar, encendió la luz, me recosté en la cama, abrió mis piernas y empezó a chuparme el coño con toda su experiencia. Empecé a gemir como una puta en brama. Después de un rato, empezó a meterme su verga en la boca. Era una verga de unos 20 cm, pero bien gruesa y con la cabeza pelada. La de mi exmarido era más pequeña. Minutos después, empezamos a hacer un delicioso 69 cuando sentí que ya no podía más de caliente y le dije:
—¡Ya clavame tu verga, papi! Me acomodé en la esquina de la cama con las piernas sobre sus hombros y le dije:
—¿Ya quieres sentir la verga, putita?
—¡Sí, amor, ya cógeme!
Se colocó la cabeza del pene en la entrada de mi vagina, que ya estaba muy húmeda, y me dio un empujón suave seguido de otro más fuerte, clavándomela hasta el tronco.
Empecé a gemir como una puta en celo mientras me daba empujones duros y rápidos. Sentí que me dolía un poco por lo gruesa, pero me gustaba.
El morbo de estar cogiendo con un hombre maduro y casado me excitaba tanto que no pude aguantar y le dije:
—Me voy a venir.
Mientras lo decía, empecé a salpicar mis fluidos, parecía que me estaba orinando.
—¡Así, amor! ¡Meteme la verga, cojeme duro, amor, hazme tu puta! Julian me daba empujones con fuerza mientras yo gemía de placer. Posteriormente, me puse de perrito en la orilla de la cama y empezó a clavarme la verga fuerte y recio, dándome unas nalgadas. Llegó el momento en que le dije: «No tan fuerte, porque no te la aguanto bien». Me respondió: «Aguántate, putita, porque desde que te conocí quería tenerte así. Siempre te miraba el culo y me la ponías dura, se te marcaba el calzón bien rico, putita». Yo le respondía: «Nunca me imaginé tu verga, pero nunca me imaginé que la tuvieras así de gruesa y de larga». —respondió Julián.
—Yo me imaginaba tu vagina depilada, pero la tienes bien rica así peluda —comentó mientras estábamos hablando. Sentí que me venía de nuevo y le dije:
—Cógeme más, que me voy a venir. Me agarró de la cintura y me la metió más fuerte, mientras yo daba gritos de placer mientras me venía. Después de unos minutos, me sacó la verga y me dijo que me montara. Empecé a darme unos sentones y unas movidotas que sentía tan rico mientras daba unos gemidos fuertes. En esa pose, sentía la verga hasta dentro, lo que me hacía mirar las estrellas. Cuando sentía la cabeza de su verga que me llegaba hasta el ombligo, me volvía loca de placer. Me quedé recostada en su pecho con la verga adentro. Julián me preguntó: «¿Terminaste dentro de mí?». Le dije que sí y me dijo que me echara su leche adentro. No quedamos embarazadas porque aún tengo un dispositivo anticonceptivo. Se dio la vuelta y quedó encima de mí.
Me abrió bien las piernas y empezó a penetrarme mientras me besaba. Sentía cómo su verga entraba y salía de mi vagina. De pronto, empezó a penetrarme rápido y fuerte.
—¡Hay, te va mi leche, putita! —me dijo.
—¡Sí, amor, échame toda tu leche! Empecé a sentir cómo me bombeaba la leche dentro de mi vagina mientras, con las piernas, lo jalaba hacia mí para que me diera toda su leche. Después de terminar así, nos quedamos unos minutos mientras me besaba. Entonces, me sacó la verga y sentí cómo me escurría la leche entre las piernas.
—Nos bañamos —dije—. Ya eran más de las tres de la mañana. Nos quedamos dormidos. Como a las seis de la mañana, sentí que Julián se metió entre mis piernas y me dijo al oído:
—¿Sabes cómo amanecen los hombres? Le respondí: «Con la verga bien parada». Volvió a colocarme la cabeza de su verga en la entrada de mi vagina y empezó a metérmela. Ya no estaba con los efectos del alcohol, pero sentía cómo chocaban sus huevos en la entrada de mi vagina con los duros empujones que me daba. Yo gemía fuerte mientras abrazaba a Julián. Notaba cómo mi vagina se abría con lo grueso de su verga. Me estuvo cogiendo varios minutos en esa posición. Cuando sentí que me quería venir, le dije: «¡Basta!». Ponme en cuatro, amor. Me puse en cuatro con las piernas abiertas para que me la metiera bien. Empezó a meterla duro y rápido mientras me jalaba del pelo y me daba unas nalgadas. Le decía: «Así, papacito, cógeme más, qué rica verga tienes». No resistí las embestidas fuertes y me vine.
Fue una cogida tan dura que notaba que mis piernas temblaban, le dije a Julián:
—¡Quiero mamártela y que termines en mi boca!
—De acuerdo, pero primero nos bañaremos. Mientras estábamos en la ducha  empecé a mamar su verga. Le chupaba los huevos cuando, de pronto, Julián me dijo:
toma  mi leche, mamita.
Empecé a sentir su leche caliente en mi boca. Tenía un sabor muy rico que no dejé ni una gota.
Regresamos a la cama y estuvimos hablando un rato. Antes de salir del hotel, me volvió a coger.
Salimos directamente a un restaurante a desayunar. Ya eran casi las 12 del día cuando nos despedimos. Yo me fui a mi casa bien cogida con la vagina bien abierta y él con su esposa bien deslechado.
Al llegar a mi casa notaba mi vagina un poco rozada por tantas metidas y por lo grueso de la verga de Julián. . Era domingo y me puse toda la tarde a ver películas yo sola. Me sentía muy satisfecha y complacida. Ahora Julián y yo somos amigos. Cuando nos encontramos en la calle, nos saludamos. De hecho, cuando lo veo con su mujer, él saluda a los dos con mucho más respeto.

2 comentarios - cogida por un maduro del jardin de mi hijo

lbdt_19x5
Té mandé un privado hermosa
lbdt_19x5
cogida por un maduro del jardin de mi hijo
nukissy464
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