Mi amiga y yo

Con Kati, mi mejor amiga, descubrí el lesbianismo antes de que supiera que el lesbisnismo existía. Con Kati presente, perdí mi virginidad mientras ella me besaba. Con Kati descubrí que a muchos hombres les gusta ser cornudos, siempre y cuando se sientan amados y respetados, algo que ella y yo descubrimos primero con nuestros machos, después novios, y en mi caso ahora con mi marido.

Mi confesión: Sé que tu amiga, mi mejor amiga, realmente espero que leas esto, mi confidente y amante femenina, te estás follando a mi marido a mis espaldas. No es que me moleste que te lo estés follando, te lo he compartido en varias ocasiones como solemos hacer desde hace mucho con nuestras parejas. Me molesta en cambio que te lo folles a mis espaldas, y que él era tu cómplice. Con él las cosas ya las tengo arregladas y él sufrirá su penitencia del castigo que le he impuesto durante muchos meses. Pero ahora toca encargarme de ti, ex-amiga de toda la vida. No sólo me voy a follar a tu macho y marido (ese que a diferencia de mi que sí comparto, tú te has negado de siemore a dejarne probar). Bueno ex-amiga, para cuando leas este relato en los próximos dias o semanas ya tus cuernos estarán largos, anchos y pulidos. Para ese entonces no solamente ya me habré follado a tu marido en tu mismo lecho de matrimonio, sino qie lo tendré enculado de mi. Lo voy a enamorar (ambas sabemos que ese es mi arte y don) y te va a dejar por mi.

Kati, espero leas este relato en las próximas semanas. Para entonces ya será demasiado tarde y lo habrás perdido todo.