Hola mi nombre es Stefania, soy de Venezuela tengo 30 años, mido 1.53 cm. De cuerpo soy regular, tengo buena figura, en particular mis piernas y tengo bien cuidado mis pies (algo que gusta a los hombres).



Esta historia paso hace 3 años cuando pase por México como inmigrante para cruzar a E.U.
Soy casada, mi esposo se fue primero que yo de Venezuela para E.U. yo tenia que esperar en lo que el lograba tener algo de estabilidad por allá. Cuando finalmente el me dio luz verde para irme, me mando el dinero que yo necesitaba para iniciar mi viaje a México.
Yo iba con mucha emoción pero también con miedo pues había escuchado que los migrantes lo pasaban mal por México, especialmente las mujeres, pero trate de no darle importancia así que me aventure a mi nueva vida junto a mi querido esposo que ya lo extrañaba.
Cuando llegue a México todo parecía estar bien, me iba a tardar en ese país cerca de un mes, iba con la caravana y las indicaciones eran que nadie se separará del grupo porque podía ser peligroso, en el trayecto hice algunas amistades y todo era perfecto a pesar de las dificultades que había.
Yo siempre he llamado la atención de los hombres, pero en México fue otro nivel, recibía muchas propuestas de los locales a quedarme con ellos, todo tipo de hombre me decía cosas por la calle, yo desde niña he sido muy religiosa y sobre todo muy apática con el sexo, solo he tenido un novio (mi actual esposo), el sexo con mi esposo era nada especial ya que yo no había tenido otras experiencias más que con el, nuna había intentado cosas extravagantes, solo nos limitamos a sexo vaginal.
Yo era muy recta, a lo que los hombres llaman una santa, mustia y con cara de pocos amigos. Yo no tenía idea que en ese viaje todo iba a cambiar.
Justo cuando pasábamos por Tijuana, se nos advirtió que de ninguna manera nos atreveríamos a ir a conocer la ciudad por nuestra cuenta, especialmente las mujeres, yo ya estaba cansada de la misma situación que vivía, quería despejarme y sentirme menos estresada. Nadie se atrevia a irse solos por ahí y ni las amistades que había hecho querían. Asi que tome la decisión de separarme del campamento migrantes que se había establecido en un sector de la ciudad en lo que esperabamos el permiso para ir a E.U.
Me fuí de día para disminuir según yo el peligro y con indicaciones del celular fui a conocer los lugares importantes de esa ciudad y algunos centros comerciales, fue en uno de estos últimos donde mi historia comenzó.
Estaba yo en un centro comercial viendo las cosas lindas que vendían, ropa, zapatillas, maquillaje etc. Y note que un grupo de hombres (unos 6) me estaban siguiendo desde hace algunos minutos, en mi país Venezuela es peligroso pero nunca algo asi como en México, comencé a entrar en crisis y perdía la razón del miedo, no sabía que hacer, esos hombres eran altos, estaban vestidos con ropa cara y tenían lajas, pero especialmente uno de ellos parecía ser el lider o que se yo, pues que su ropa superaba a lo de sus acompañantes en costo y los otros cinco individuos parecian que lo escoltaban.
Yo miraba una prenda de ropa, cuando note que dos de ellos se me acercan más, justo cuando iba a salir corriendo me tomo del brazo uno de ellos y dijo: "hola buenas tardes señorita, no tenga miedo, venimos de parte de mi jefe que está allá, ha notado que no ha comprado nada y ha visto varias cosas, mire mi jefe mando a comprar todo lo que usted estuvo viendo y quiere regalarselo, cuál es su nombre señorita"
-Yo conteste " me llamó Stefania"
Al escuchar mi asentó venezolano me dijo "se nota que usted no es de por acá"
en eso el otro hombre me tomo de mi otro brazo de manera brusca. y me dijeron
"Así esta la cosa perra, seguro eres de esas venezolanas putas, hemos estado estresados estos meses refundidos en el monte, y cada cuánto bajamos porque el patrón nos da algunos días para divertirnos y la verdad es que tu eres perfecta para eso"
Yo intenté gritar, pero me susurraron, "si gritas puta, aquí mismo quedas perra asquerosa"
Asi que con eso me silenciaron y me llevaron fuera del centro comercial y me subieron a una camioneta.
El jefe de ellos me volvió a preguntar mi nombre "yo dije, me llamo Stefania"
el replico - "Eres muy bella Stefania, tienes acento de Venezuela, eres de allá cierto"
yo - "si, soy de allá, estoy intentando llegar a E.U para encontrarme con mi esposo, por favor no me hagan nada (yo entre lágrimas)
el jefe- "mira no te preocupes, si te portas bien con nosotros y vemos que respondes bien, te vamos a dejar ir solo queremos divertirnos contigo por hoy, asi que deja de llorar si no vas a estresar mas a mi hombres, asi que cálmate ya Stefania"
Bueno yo me clame, ya que su jefe parecía ser más atento, estos hombres no eran como me había imaginado que eran este tipo de gente, eran altos y fornidos, parece que no eran simplemente unos matones comunes, preguntando a algunos conocidos de México me han dicho que algunos militares desertan y se unen a estar organizaciones para servicio elite de algunos jefes de alto rango. supongo que este era el caso que me tocó. No eran. feos.
Como ya les había comentado yo siempre fuí muy hermetica en el sexo y muy conservadora, pero en ese momento de miedo y desesperación, al imaginarme lo que me querían hacer que seguro seria tener sexo, comencé a sentirme extremadamente y extrañamente excitada.
Mientras me llevaban a la casa donde me iban usar, me iban besando, mi cuerpo reaccionaba a sus besos, ya que eran muy intensos, y como era una situación se vida o muerte decidí entregarme a ellos también, asi que correspondía sus besos con la misma intensidad, nos besamos de lengua, dejaba mi saliva en sus lenguas y ellos en la mía
Al percatarse que yo correspondía me decían "uffff así esta mejor Stefania, ya viste que es no es nada malo"
También se decían uno al otro "mira esta perra parece que lo esta disfrutando, ahora si vamos a disfrutar bastante con esta putita"
Parece que era obvio que mi reacción no era habitual a lo que ellos solían ver.
Los besos eran cada vez mas intensos, y mi vagina se mojaba más y más jamás habia probado otros labios que no fueran los de mi esposo, será que estas situaciones tan vulgares me gustasen? será que siempre me reprimia?
Sus bultos comenzaron a notarse, y para mi sorpresa tenían miembros grandes, de acuerdo a la estatura que tenían.
Llegamos a una casa, y rápidamente uno de ellos me cargó me llevo hasta la sala, me arrojó al sillón y se desnudaron los 6 hombres, yo no dude y también me saque mi ropa, cosa que seguía sorprendiendo a ellos.
"mira esta puta, se ve que quiere verga" decían
" Que buena estas Stefania ahora mismo te vamos a reventar tus deliciosos hoyos"
Tal como lo había previsto, los 6 tenían penes grandes, nunca había visto algo así y había seis hombres parados ante mi con sus vergas gruesas y duras ante mí.
No tenía experiencia con esto les dije, no se como lidiar con los sies y sus tamaños es algo que no había visto, se rieron y me dijeron "ahora vas a aprender perra"
Abre tu boca lo mas que puedas - me dijo uno de ellos.
Me arrodille y abrí mi boca.
Pero primero me hicieron escupirles los penes, luego lo iban metiendo hasta mi garganta, mientras con mis manos masturbaba a los que tenía a lado.
Mientras hacía eso, mi maquillaje se escurría, por mi boca se escurría saliva mezclada con los fluidos de sus penes, nunca en mi vida imaginé estar así y menos pensar que lo esta disfrutando.
A medida que me lo metían a mi garganta iba a aprendiendo a aguantar y darles más placer, mi cabeza saltaba de pene en pene, como una desquiciada. Los miraba a los ojos mientras sus gruesos penes inundaban mi garganta.
Mientras hacía eso, uno se puso abajo de mi, abrio mi vagina y me comenzó a chupar, yo me quejaba con todas mis fuerzas, era demasiado caliente para mi, no podía creer que estaba disfrutando siendo la puta de ese grupo de hombres.
El que me estaba chupando, también me chupaba mi culo, me decía "Stefania tienes tus hoyos muy apretados, se ve que nos los has usado bien he perra"
Luego comenzó a chuparme y a oler mis pies, me decía que los tenía muy bellos, que eran blancos y mi suela rosita, me lamia entre los dedos, y golpeaba su pene grande contra mis pies, y dijo "ahorita me la vas a jalar con tus patas"
Cuando se hubieran cansado de darme por mi boca, me subieron al sillón, me pusieron en 4, un hombre se puso abajo de mi, metiendomela por mi estrecha vagina, solo solte un quejido de placer, nunca me había penetrado un pene de ese tamaño.
El hombre que dijo que lo iba a pajear con mis pies, los tomo, puso su pene en medio y yo subia y bajaba sobre su tronco, mientras me penetraban, mis pies resbalosos de sudor masturbaban a otro.
El jefe de ellos me preguntó si ya había dado mi culo alguna vez, yo respondí que no, buena noticia para él, porque el se quería asegurar ese privilegio. Dió órdenes a sus hombres: "escuchen cabrones, yo voy a ser el primero en romperle el. culo a la güerita"
Yo me puse nerviosa pues nunca había hecho anal, mi vagina comenzó a apretar más de la excitación, el que me daba por mi vagina dijo "owww zorra mira que puta te has puesto de que el patrón dijo eso"
El jefe se monto encima de mi, abrio mi culo, le unto crema y me hizo un anal, enseguida que me penetro por mi culo, se comenzó a quejar, decía que mi culo estaba muy apretado y le encantaba su color rosado.
Yo estaba explotando de placer, no puedo describir la sensación de ser penetrada doblemente, tantos años de ser recatada se fueron a la basura, la chica impecable, religiosa estaba siendo penetrada por sus dos hoyos al mismo tiempo. También me la metían por la boca, y con mi mano libre masturbaba a otro, estaba siendo llenada de placer.
Así se paso el tiempo, se iban turnado para romper mis hoyos, me iban cambiando de posición.
Como estaban abusando de mi cuerpo no les importaba nada, yo embriagada de placer ler permitía todo.
hasta el límite que me penetraron dos al mismo tiempo por mi culo, y otro de ellos por mi vagina, se había convertido en una triple penetración. Me dolió, pero más movía mi cadera para que llegaran más profundo.
me decían "si perra así, muévete, te vamos a entregar a ti marido toda usada y con tus hoyos todos flojos"
Y la verdad lo cumplieron, me dieron placer por todos lados. Mi ano y vagina estaban súper dilatados, uno a uno se fueron corriendo, unos dentro de mi culo o vagina, también en mi boca (me lo tragué) y otro en mis pies, y dos en mi cara.
Terminé lamiendo todo el semen que me escurría y que estaba en el piso, les estaba dando un espectáculo de primera.
Y de premio por haberme portado bien y haber disfrutado todas sus pervertidas acciones, me dejaron libre, me permitieron bañarme y me dieron todo lo que me había gustado del la plaza comercial.
Llegué al otro día al campamento migrante con regalos y con mi cuerpo todo adolorido, y exhausta de tanto gemir.
Un momento que debío de ser de pánico, se convirtió en el momento más placentero de mi vida, hasta la fecha me acuerdo y me mojo entera. Quisiera ser usada de nuevo por un grupo de hombres perversos.



Esta historia paso hace 3 años cuando pase por México como inmigrante para cruzar a E.U.
Soy casada, mi esposo se fue primero que yo de Venezuela para E.U. yo tenia que esperar en lo que el lograba tener algo de estabilidad por allá. Cuando finalmente el me dio luz verde para irme, me mando el dinero que yo necesitaba para iniciar mi viaje a México.
Yo iba con mucha emoción pero también con miedo pues había escuchado que los migrantes lo pasaban mal por México, especialmente las mujeres, pero trate de no darle importancia así que me aventure a mi nueva vida junto a mi querido esposo que ya lo extrañaba.
Cuando llegue a México todo parecía estar bien, me iba a tardar en ese país cerca de un mes, iba con la caravana y las indicaciones eran que nadie se separará del grupo porque podía ser peligroso, en el trayecto hice algunas amistades y todo era perfecto a pesar de las dificultades que había.
Yo siempre he llamado la atención de los hombres, pero en México fue otro nivel, recibía muchas propuestas de los locales a quedarme con ellos, todo tipo de hombre me decía cosas por la calle, yo desde niña he sido muy religiosa y sobre todo muy apática con el sexo, solo he tenido un novio (mi actual esposo), el sexo con mi esposo era nada especial ya que yo no había tenido otras experiencias más que con el, nuna había intentado cosas extravagantes, solo nos limitamos a sexo vaginal.
Yo era muy recta, a lo que los hombres llaman una santa, mustia y con cara de pocos amigos. Yo no tenía idea que en ese viaje todo iba a cambiar.
Justo cuando pasábamos por Tijuana, se nos advirtió que de ninguna manera nos atreveríamos a ir a conocer la ciudad por nuestra cuenta, especialmente las mujeres, yo ya estaba cansada de la misma situación que vivía, quería despejarme y sentirme menos estresada. Nadie se atrevia a irse solos por ahí y ni las amistades que había hecho querían. Asi que tome la decisión de separarme del campamento migrantes que se había establecido en un sector de la ciudad en lo que esperabamos el permiso para ir a E.U.
Me fuí de día para disminuir según yo el peligro y con indicaciones del celular fui a conocer los lugares importantes de esa ciudad y algunos centros comerciales, fue en uno de estos últimos donde mi historia comenzó.
Estaba yo en un centro comercial viendo las cosas lindas que vendían, ropa, zapatillas, maquillaje etc. Y note que un grupo de hombres (unos 6) me estaban siguiendo desde hace algunos minutos, en mi país Venezuela es peligroso pero nunca algo asi como en México, comencé a entrar en crisis y perdía la razón del miedo, no sabía que hacer, esos hombres eran altos, estaban vestidos con ropa cara y tenían lajas, pero especialmente uno de ellos parecía ser el lider o que se yo, pues que su ropa superaba a lo de sus acompañantes en costo y los otros cinco individuos parecian que lo escoltaban.
Yo miraba una prenda de ropa, cuando note que dos de ellos se me acercan más, justo cuando iba a salir corriendo me tomo del brazo uno de ellos y dijo: "hola buenas tardes señorita, no tenga miedo, venimos de parte de mi jefe que está allá, ha notado que no ha comprado nada y ha visto varias cosas, mire mi jefe mando a comprar todo lo que usted estuvo viendo y quiere regalarselo, cuál es su nombre señorita"
-Yo conteste " me llamó Stefania"
Al escuchar mi asentó venezolano me dijo "se nota que usted no es de por acá"
en eso el otro hombre me tomo de mi otro brazo de manera brusca. y me dijeron
"Así esta la cosa perra, seguro eres de esas venezolanas putas, hemos estado estresados estos meses refundidos en el monte, y cada cuánto bajamos porque el patrón nos da algunos días para divertirnos y la verdad es que tu eres perfecta para eso"
Yo intenté gritar, pero me susurraron, "si gritas puta, aquí mismo quedas perra asquerosa"
Asi que con eso me silenciaron y me llevaron fuera del centro comercial y me subieron a una camioneta.
El jefe de ellos me volvió a preguntar mi nombre "yo dije, me llamo Stefania"
el replico - "Eres muy bella Stefania, tienes acento de Venezuela, eres de allá cierto"
yo - "si, soy de allá, estoy intentando llegar a E.U para encontrarme con mi esposo, por favor no me hagan nada (yo entre lágrimas)
el jefe- "mira no te preocupes, si te portas bien con nosotros y vemos que respondes bien, te vamos a dejar ir solo queremos divertirnos contigo por hoy, asi que deja de llorar si no vas a estresar mas a mi hombres, asi que cálmate ya Stefania"
Bueno yo me clame, ya que su jefe parecía ser más atento, estos hombres no eran como me había imaginado que eran este tipo de gente, eran altos y fornidos, parece que no eran simplemente unos matones comunes, preguntando a algunos conocidos de México me han dicho que algunos militares desertan y se unen a estar organizaciones para servicio elite de algunos jefes de alto rango. supongo que este era el caso que me tocó. No eran. feos.
Como ya les había comentado yo siempre fuí muy hermetica en el sexo y muy conservadora, pero en ese momento de miedo y desesperación, al imaginarme lo que me querían hacer que seguro seria tener sexo, comencé a sentirme extremadamente y extrañamente excitada.
Mientras me llevaban a la casa donde me iban usar, me iban besando, mi cuerpo reaccionaba a sus besos, ya que eran muy intensos, y como era una situación se vida o muerte decidí entregarme a ellos también, asi que correspondía sus besos con la misma intensidad, nos besamos de lengua, dejaba mi saliva en sus lenguas y ellos en la mía
Al percatarse que yo correspondía me decían "uffff así esta mejor Stefania, ya viste que es no es nada malo"
También se decían uno al otro "mira esta perra parece que lo esta disfrutando, ahora si vamos a disfrutar bastante con esta putita"
Parece que era obvio que mi reacción no era habitual a lo que ellos solían ver.
Los besos eran cada vez mas intensos, y mi vagina se mojaba más y más jamás habia probado otros labios que no fueran los de mi esposo, será que estas situaciones tan vulgares me gustasen? será que siempre me reprimia?
Sus bultos comenzaron a notarse, y para mi sorpresa tenían miembros grandes, de acuerdo a la estatura que tenían.
Llegamos a una casa, y rápidamente uno de ellos me cargó me llevo hasta la sala, me arrojó al sillón y se desnudaron los 6 hombres, yo no dude y también me saque mi ropa, cosa que seguía sorprendiendo a ellos.
"mira esta puta, se ve que quiere verga" decían
" Que buena estas Stefania ahora mismo te vamos a reventar tus deliciosos hoyos"
Tal como lo había previsto, los 6 tenían penes grandes, nunca había visto algo así y había seis hombres parados ante mi con sus vergas gruesas y duras ante mí.
No tenía experiencia con esto les dije, no se como lidiar con los sies y sus tamaños es algo que no había visto, se rieron y me dijeron "ahora vas a aprender perra"
Abre tu boca lo mas que puedas - me dijo uno de ellos.
Me arrodille y abrí mi boca.
Pero primero me hicieron escupirles los penes, luego lo iban metiendo hasta mi garganta, mientras con mis manos masturbaba a los que tenía a lado.
Mientras hacía eso, mi maquillaje se escurría, por mi boca se escurría saliva mezclada con los fluidos de sus penes, nunca en mi vida imaginé estar así y menos pensar que lo esta disfrutando.
A medida que me lo metían a mi garganta iba a aprendiendo a aguantar y darles más placer, mi cabeza saltaba de pene en pene, como una desquiciada. Los miraba a los ojos mientras sus gruesos penes inundaban mi garganta.
Mientras hacía eso, uno se puso abajo de mi, abrio mi vagina y me comenzó a chupar, yo me quejaba con todas mis fuerzas, era demasiado caliente para mi, no podía creer que estaba disfrutando siendo la puta de ese grupo de hombres.
El que me estaba chupando, también me chupaba mi culo, me decía "Stefania tienes tus hoyos muy apretados, se ve que nos los has usado bien he perra"
Luego comenzó a chuparme y a oler mis pies, me decía que los tenía muy bellos, que eran blancos y mi suela rosita, me lamia entre los dedos, y golpeaba su pene grande contra mis pies, y dijo "ahorita me la vas a jalar con tus patas"
Cuando se hubieran cansado de darme por mi boca, me subieron al sillón, me pusieron en 4, un hombre se puso abajo de mi, metiendomela por mi estrecha vagina, solo solte un quejido de placer, nunca me había penetrado un pene de ese tamaño.
El hombre que dijo que lo iba a pajear con mis pies, los tomo, puso su pene en medio y yo subia y bajaba sobre su tronco, mientras me penetraban, mis pies resbalosos de sudor masturbaban a otro.
El jefe de ellos me preguntó si ya había dado mi culo alguna vez, yo respondí que no, buena noticia para él, porque el se quería asegurar ese privilegio. Dió órdenes a sus hombres: "escuchen cabrones, yo voy a ser el primero en romperle el. culo a la güerita"
Yo me puse nerviosa pues nunca había hecho anal, mi vagina comenzó a apretar más de la excitación, el que me daba por mi vagina dijo "owww zorra mira que puta te has puesto de que el patrón dijo eso"
El jefe se monto encima de mi, abrio mi culo, le unto crema y me hizo un anal, enseguida que me penetro por mi culo, se comenzó a quejar, decía que mi culo estaba muy apretado y le encantaba su color rosado.
Yo estaba explotando de placer, no puedo describir la sensación de ser penetrada doblemente, tantos años de ser recatada se fueron a la basura, la chica impecable, religiosa estaba siendo penetrada por sus dos hoyos al mismo tiempo. También me la metían por la boca, y con mi mano libre masturbaba a otro, estaba siendo llenada de placer.
Así se paso el tiempo, se iban turnado para romper mis hoyos, me iban cambiando de posición.
Como estaban abusando de mi cuerpo no les importaba nada, yo embriagada de placer ler permitía todo.
hasta el límite que me penetraron dos al mismo tiempo por mi culo, y otro de ellos por mi vagina, se había convertido en una triple penetración. Me dolió, pero más movía mi cadera para que llegaran más profundo.
me decían "si perra así, muévete, te vamos a entregar a ti marido toda usada y con tus hoyos todos flojos"
Y la verdad lo cumplieron, me dieron placer por todos lados. Mi ano y vagina estaban súper dilatados, uno a uno se fueron corriendo, unos dentro de mi culo o vagina, también en mi boca (me lo tragué) y otro en mis pies, y dos en mi cara.
Terminé lamiendo todo el semen que me escurría y que estaba en el piso, les estaba dando un espectáculo de primera.
Y de premio por haberme portado bien y haber disfrutado todas sus pervertidas acciones, me dejaron libre, me permitieron bañarme y me dieron todo lo que me había gustado del la plaza comercial.
Llegué al otro día al campamento migrante con regalos y con mi cuerpo todo adolorido, y exhausta de tanto gemir.
Un momento que debío de ser de pánico, se convirtió en el momento más placentero de mi vida, hasta la fecha me acuerdo y me mojo entera. Quisiera ser usada de nuevo por un grupo de hombres perversos.

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