Hola qué tal?
Les contaré cómo Andrea, una chica de 25 años termino poniendo los cachos a su novio, actualmente esposo...y lo mejor es que aún lo sigue haciendo.
Ella en aquel entonces tenía 20 años, para que se den una idea de como es (por qué aún es bastante buena) es de tez morena, chaparrita, buenas tetas, piernas torneadas y un culo que ufff dios maravilla de mujer.
Todo paso en una noche donde celebramos el 2 aniversario de su relación, había copas, musica y amigo de ambos. Todo marchaba bien pero la pareja de Andrea, bueno se le subieron las copas, ella detesta que su pareja tome, así que lo llevamos a su cuarto y la fiesta continuo, poco a poco se fueron los invitados hasta que quedamos ella y yo.
En un baile, note que estaba ya subida de bebida, ¿Cómo lo noté? Bueno, bailaba más sensual, sonreía más y sus mejillas las tenía sonrojadas, hasta todo bien, pero algo detonó todo.
Ella empezaba arrimar su cuerpo al mío, dándome un roce de su suculento trasero a mi pene ya erecto, claro ella al notarlo solo dio la vuelta y fue ahí donde empezó besarme.
Me deje llevar y claro que nos dimos un beso donde nuestras lenguas se entrelazaban y ella empezaba desabrochar mi pantalón, mi boxer, y así fue como empezó a darme una mamada que ufff dios, sabía perfectamente como hacerlo.
Me sentía en la gloria, realmente Andrea tenía experiencia en el tema.
De ahí, pasamos al sillón, le empeze a besar desde su cuello hasta su entrepierna, disfrutando cada centímetro escuchando como gemía y me pedía más, de una forma dulce y seductora.
Al quitarle su tanga negra con un olor a hembra deseando ser montada, me fui recorriendo su entrepierna hasta su boca, al mismo tiempo acomodando mi pene a su vagina y dejársela enterrar lentamente y ahí fue donde ella habrio.los ojos y no pudo evitar soltar un gemido, la tenía en misionero primero lento y suave, dejándose la enterrar toda, quise gozar centímetro a centímetro, de ahí cambiamos en posición de 4, ahí fue donde deje de ser tierno y aumente la velocidad, el sillón amenazando en desarmarse y ella gimiendo y gritando de lo lindo, admito que pensé que su novio quizás despertaría (confieso quera que sucediera pero tenía el sueño pesado) y ese culo deseoso esa noche iba ser mío y si se me hizo.
En un movimiento saque mi verga y se la deje ir por su culpa, vaya que ella grito como endiablada, pensé que era de dolor pero no, era de placer por qué cuando la sintió me confesó que el sexo anal era su favorito, así que le di con gozo y lujuria hasta que descargue mi semen dentro de ella, nos quedamos acostados un. Rato, pasándola rico y después nos cambiamos y me retire.
Y así hasta ahora confieso que cada vez que se puede, Andrés y yo nos vemos a escondidas de su actual esposo, desantandonos como dos animales haciéndo que el sexo sea desenfrenado y a pesar de que es mamá de un hijo, le sentó bastante bien, cosas que aprovecha ella para darnos placer mutuo
Les contaré cómo Andrea, una chica de 25 años termino poniendo los cachos a su novio, actualmente esposo...y lo mejor es que aún lo sigue haciendo.
Ella en aquel entonces tenía 20 años, para que se den una idea de como es (por qué aún es bastante buena) es de tez morena, chaparrita, buenas tetas, piernas torneadas y un culo que ufff dios maravilla de mujer.
Todo paso en una noche donde celebramos el 2 aniversario de su relación, había copas, musica y amigo de ambos. Todo marchaba bien pero la pareja de Andrea, bueno se le subieron las copas, ella detesta que su pareja tome, así que lo llevamos a su cuarto y la fiesta continuo, poco a poco se fueron los invitados hasta que quedamos ella y yo.
En un baile, note que estaba ya subida de bebida, ¿Cómo lo noté? Bueno, bailaba más sensual, sonreía más y sus mejillas las tenía sonrojadas, hasta todo bien, pero algo detonó todo.
Ella empezaba arrimar su cuerpo al mío, dándome un roce de su suculento trasero a mi pene ya erecto, claro ella al notarlo solo dio la vuelta y fue ahí donde empezó besarme.
Me deje llevar y claro que nos dimos un beso donde nuestras lenguas se entrelazaban y ella empezaba desabrochar mi pantalón, mi boxer, y así fue como empezó a darme una mamada que ufff dios, sabía perfectamente como hacerlo.
Me sentía en la gloria, realmente Andrea tenía experiencia en el tema.
De ahí, pasamos al sillón, le empeze a besar desde su cuello hasta su entrepierna, disfrutando cada centímetro escuchando como gemía y me pedía más, de una forma dulce y seductora.
Al quitarle su tanga negra con un olor a hembra deseando ser montada, me fui recorriendo su entrepierna hasta su boca, al mismo tiempo acomodando mi pene a su vagina y dejársela enterrar lentamente y ahí fue donde ella habrio.los ojos y no pudo evitar soltar un gemido, la tenía en misionero primero lento y suave, dejándose la enterrar toda, quise gozar centímetro a centímetro, de ahí cambiamos en posición de 4, ahí fue donde deje de ser tierno y aumente la velocidad, el sillón amenazando en desarmarse y ella gimiendo y gritando de lo lindo, admito que pensé que su novio quizás despertaría (confieso quera que sucediera pero tenía el sueño pesado) y ese culo deseoso esa noche iba ser mío y si se me hizo.
En un movimiento saque mi verga y se la deje ir por su culpa, vaya que ella grito como endiablada, pensé que era de dolor pero no, era de placer por qué cuando la sintió me confesó que el sexo anal era su favorito, así que le di con gozo y lujuria hasta que descargue mi semen dentro de ella, nos quedamos acostados un. Rato, pasándola rico y después nos cambiamos y me retire.
Y así hasta ahora confieso que cada vez que se puede, Andrés y yo nos vemos a escondidas de su actual esposo, desantandonos como dos animales haciéndo que el sexo sea desenfrenado y a pesar de que es mamá de un hijo, le sentó bastante bien, cosas que aprovecha ella para darnos placer mutuo
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