You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Capítulo 13: La joda que me tenté

Capítulo 13: La joda que me tenté

Siguiendo con lo del capítulo anterior, como les decía, mi amiga me invitó a la boda de su hermano. Había elegido un vestido rojo ajustado que era hermoso —no lo digo por vanidosa, pero me quedaba lindo, me marcaba todo y me hacía sentir zarpada—. Debajo, solo una tanguita rojita también, de esas que se me metían toda en la colita, con un triangulito de encaje adelante que apenas tapaba algo. Me miré al espejo antes de salir y pensé “Nico se muere si me ve así”, pero esa noche no estaba con él, estaba sola, y con esa bronca todavía guardada en el pecho.La fiesta estaba divina, mucho glamour porque ellos eran medianamente de plata. El salón tenía luces por todos lados, mesas llenas de comida que ni probé y una barra libre que no paraba de sacar tragos. Yo me la estaba pasando bárbaro, tomando gin-tonics con las chicas, riéndonos y bailando como si el mundo se fuera a acabar. La música estaba fuerte, el frío de julio quedaba afuera, y por un rato me olvidé de todo. Pero, como digo a veces, siempre hay un pero. Aparecieron unos amigos del novio, ya con algunos tragos arriba, simpáticos, divertidos y… qué papitos. Por un momento pensé “¿dónde está la fábrica que hace a estos?”, porque eran de esos que te giran la cabeza sin que te des cuenta.Eran tres, pero uno me llamó la atención de entrada. Alto, con una camisa blanca medio desabrochada que le marcaba el pecho, pelo oscuro y una sonrisa de esas que te dicen “acá pasa algo”. Se acercó con los otros dos a nuestro grupo, ofreciendo tragos y tirando charla como si nos conociéramos de siempre. “¿De dónde salieron ustedes, eh?”, nos dijo, y mi amiga le siguió la joda, “De donde vos no llegás ni en pedo”. Nos reímos, y él me miró fijo, “Vos con ese vestido vas a matar a alguien esta noche”. Yo le sonreí, “Capaz ya maté a unos cuantos”, y me tomó el trago, sintiendo cómo la bronca con Nico me pinchaba por dentro.Sí, tenía novio, pero estaba rencorosa, ya lo saben. Después de esa foto, de sus excusas de mierda y de perdonarlo como boluda, seguía con ese gustito amargo en la boca. Y ahí estaba yo, en una boda, con un vestido que gritaba “mirame” y un papito que no me sacaba los ojos de encima. Las chicas seguían bailando, pero él se quedó cerca, charlando conmigo mientras los tragos seguían fluyendo. “¿Siempre sos tan peligrosa o es el vestido?”, me tiró, y yo me reí, “El vestido ayuda, pero yo le pongo lo mío”. Estaba jugando, y él también, y por un momento pensé en Nico, en cómo se pondría si me viera así, pero después pensé “que se joda”.

0 comentarios - Capítulo 13: La joda que me tenté