La madre de Pedro y el bully 40

Atención!
El relato será más fuerte o mejor extremo de los anteriores. Están avisados.
-NOO!
Se despertó gritando Pedro. Estaba sudado, vestido con su usual pijama, en su cuarto y en su propia cama. Era noche, las luces estaban apagadas y él estaba mirando al vacío haciendo orden en su cerebro. Ahora era todo normal, todo parecía normal. Encerio pudiera haber sido todo una pesadilla?
El echo de encontrarse donde estaba le dijeron que si. Tiró un respiro de alivio. “Ella nunca…ella…no era real”
Se echó en la cama, apretó hacia sí mismo su cobija especial dando las gracias que lo único de perverso ahí era su mente. La tranquilidad de su sueño estaba de nuevo para regresar cuando su madre entró de la puerta.
-Pedrito? Estas bien?
-Si mamá, estoy bien. Solo…Solo fue una pesadilla.
-Oh hijo mío, quieres que te de algo para calmarte?
Dijo ella sentada sobre su cama a su lado.
-No mamá. Estoy bien grac…
La oscuridad había asta ese momento ocultado la figura de su madre pero un cambio de posición del chico le reveló la verdad. Un poco luz de la noche logró entrar desde la cortina de su ventana no completamente cerrada.


A Pedro se le heló el sangre al ver a su madre desnuda ahí a su lado. No polera, no pantalones, sostén o interior, su piel estaba libre y sudada ahí, delante de él.
-Mamá…noo por favor.
Dijo en voz llorosa.


Pedro temblaba al sentir esa punzada al corazón y Teresa notó como las lágrimas comenzaban a salir de los ojos de su hijo.
-Duerme Pedrito, obedece a tu mamá.
Dice ella acariciándole tiernamente la mejilla limpiado sus lágrimas para después llevar ese mismo dedo que las limpió a los labios y chuparlo lentamente.
-Ahora tengo que ir a cocinar, tu quédate aquí en tu camita ok?
Pedro lloraba haciendo no con la cabeza sin lograr decir nada.
-Tomate este vaso le leche y verás que dormirás rápido.
Teresa lleva el vaso a la boca de su hijo y lo inclina haciéndole tomar lentamente.
-Así es, muy bien.
Teresa le pone una mano en su pecho y lo empuja abajo para que se eche. Ella se acerca a su frente y le da un beso para después bajar más abajo y poner sus labios sobre los suyos por solo un segundo.
-Asta mañana.
Dice la mujer para después pararse de pie y abrir la puerta. Lu luz del pasillo reveló el cuerpo de su madre saliendo hacia afuera caminando sensualmente.


Un sueño rápido y innatural se apodera de Pedro haciéndole cerrar los ojos mientras la última lagrima caía sobre su almohada.
DIA 3
Pedro despertó en su cama. Era día, la luz entraba de su ventana pero sabía que ya nada era normal. Los recuerdos estaban imprimidos permanentemente en su memoria y lo torturaban a cada respiro. Era como si cada ves que parpadear esas imagines le regresaban a la cabeza.


Era débil y desorientado como los otros días, sus piernas estaban dormidas, sus brazos apenas le funcionaban y su estómago pedía comida. Cuando tiempo había quedado dormido?
Intentó llamar a alguien pero su garganta seca lo dejaba casi sin voz. Tenía que salir de ahí. Con todas sus fuerzas se puso sentado esperando que su cuerpo tome de nuevo vida. Las piernas le tomaron más tiempo pero al final logró doblarlas y ponerlas al piso. Tuvo que esperar aún más tiempo para encontrar la fuerza y equilibrio para ponerse de pie pero cuando lo hizo se calló de rodillas al suelo.
Dolió pero no fue nada de grave. Esperó más tiempo para retomar fuerzas.
Apenas pudo hizo sus primeros pasos como un bebé y después de tanto esfuerzo notó que su puerta estaba cerrada a llave. Él intentó abrir tirando y tirando pero no había modo.
FELIPE
Felipe estaba preocupado por su hijo, sabia que algo estaba mal aunque si su esposa decía el contrario. Era como un instinto o simplemente su subconsciente que analizaba la situación mejor que él. De todos modos sabía que tenía que irse. Terminada la última pero la misma presentación llamó a su trabajo informando a su jefe que tenía que volver. Que había un emergencia familiar.
Para su sorpresa le dijo que no había problema, que su trabajo ya estaba cumplido y que podía volver a casa. Fue verdaderamente un alivio para él pero el único problema era él vuelo. Faltaba todavía demasiado tiempo para su avión así que llamó a su esposa para pedirle como estaban. Nadie respondió. Esperaba que Teresa lo hubiera tranquilizado con sus palabras diciendo que estaba todo bien, que estaba feliz que regrese, que lo esperaba ansiosamente pero no fue así.
TERESA
La madre de Pedro estaba boca abajo en el sofá del salón ofreciéndole bien sus nalgas a Marcelo que las partía en dos metiendo su vergon en su culo haciéndola gritar como loca. Eran horas que pasaban follando, orgasmo después de orgasmo los amantes se apoderaron de la casa atrapando al hijo de ella en su mismo cuarto.


-Toma perra! Toma!
-Sii, si, si, si, dame, dámelo, dámelo todooo!
Marcelo había vaciado todo su semen adentro del ano de Teresa que finalmente pudo tomar un poco de respiro.
-Tengo hambre perra. Que hay para comer?
-…
Teresa se tarda unos segundos para hablar tratando de retomarse de la bestial cogida que le dio su macho.
PAAFFF
Una nalgada de Marcelo la ayudó a encontrar las palabras.
-Salchichas!...Salchich, arroz y…espera un momento y me pongo a cocinar.
-Esta bien pero apúrate que tengo hambre.
Teresa se puso de pie y con las piernas que temblaban fue a la cocina a preparar el almuerzo para su amo.
Marcelo vio la sexy mamá alejarse de él apreciando su cuerpo como fuese la primera vez. Su verga se movió por sí sólo, seño que quería regresar nuevamente en acción.


Ella se quedó desnuda poniéndose solo un delantal para cocinar mientras él, siempre desnudo, estaba acomodado en el sofá viendo la tele y tomando de la cerveza que todavía había en la botella.


-Falta poco para la comida. Separaré algo para Pedro y se lo llevaré…
-No es ese su nombre.
-Separaré algo para la mierdita y se lo llevaré. Es desde ayer que no come, seguramente estará muriendo de hambre.
-Deja que se muera de hambre. Harías un favor al mundo.
-Pero sabes que no podemos. Primero te sirvo a ti y después a mi, lo que queda…
-No, hoy tengo mucha hambre y me servirán energías para seguirte follando así que yo tomaré también su porción.
-Entonces que le doy?
-Ve tu, para mi es igual.
PEDRO
Pedro había probado a salir pero asta la ventana de su cuarto no se habría. Había encontrado una manera de bloquearla. En su desesperación Pedro asta había pensado de romper el vidrio y notarse de la ventana pero temía el dolor del impacto y de la caída así que se encontraba sentado en su cama cuando su madre tocó la puerta.
TOCK, TOCK
La llave se giró y la puerta se abrió. El chico no lograba creer a la locura de su madre que se había presentado a él cubría solo por una simple delantal.
-Que…que haces?
Dice él mirando hacia abajo.
-Te llevo la comida. Después de tanto dormir necesitarás…
-Ósea que ahora te preocupas por mi?
-….
-Como pudiste? Como? Tu eres mi mamá! Tu, tu….él. Te odio! Te odio y me das asco!
Decía Pedro con los ojos llorosos y llenos de rabia de la traición.
-Oh hijo mío, no puedes entender, gente como vos y como tu padre nunca podrán entender.
-Que hay de entender? Eres una puta! Una asquerosa ramera que se…
Al chico le costaba decir eso tanto era el odio y el asco por lo que vivía.
-…te acostas con él. ÉL! El mismo que pegaba, que me aterrorizaba, me humillada y me torturaba cada día en la escuela. Como es posible? Porque? Dime porque?
-Me dio, me hizo sentir algo que nunca había probado, algo que nunca había imaginado. Algo que nunca tu padre o está familia me dieron…Felicidad.
-…
Pedro escuchaba mientras se le rompía el corazón otra vez.
-Una felicidad que no se puede describir. Es placer, es locura, es deseo al estado puro, algo de simple y primordial del cual no quieres vivir más después de haberlo saboreando.
-NO! BASTA! No digas eso. No es verdad. Es mentira!
Decía Pedro poniéndose las manos a las orejas.
-Dime que mientes. Dime que estas mintiendo mamá. Tu no eres esto. Dime que él te obliga. Por favor dímelo.
Teresa lo mira por unos segundos.
-Hijo mío eres patético. Como pude tener un hijo así? Creo que asta eres peor de tu padre.
Pedro se sentía morir.
-Mírame.
Teresa le agarra de su cara y lo fuerza a mirarla de frente.
-Nunca podrán darme lo que Marcelo me da. Él es un hombre, un verdadero hombre. Su verga es monumental. Me llena de placer como nunca podrás imaginar. Eso es amor.
-…Amor? Y él amor a tu marido? Te olvidaste que lo amas, que estas casada? Él amor a mi? Jonás? Soy tu hijo, a caso no…
-NO! Solo existe Marcelo. Solo existe si verga. Acéptalo.
Teresa se levanta y se va dejándolo llorando otra vez.
-Nos veremos más tarde mierdita.
Dice Teresa cerrando la puerta. Pedro ve que su madre le había dejando un vaso de agua y un plato con medio pan duro.
TERESA
Teresa baja las escaleras y llegada al salón ve como Marcelo de nuevo estaba listo para la acción ya que tenia su verga erecta en la mano subiendo arriba abajo y mirándola con una sonrisa..


-Siii!
Exclama Teresa alegre como una niña en navidad.
-Ya esta lista mi salsa?
-No ve el momento de salir.
Teresa con pasos pequeños y rápido corre a la cocina agarra su plato de comida y se dirige ande su macho alegre casi saltando cada paso.
-Prepárate linda.
Teresa sonriente se pone de rodillas delante de Marcelo sosteniendo el plato con sus dos manos frente a ella esperando ser servida.
Unos chorros de esperma salen de la verga del bully y se depositan dentro el plato de la mamá de Pedro. Mucha y mucha salsa para Teresa.




-Cuanta salsa…muchas gracias.
-De nada.
Teresa agarra el cubierto y comienza a moverlo mesclando el arroz y el resto con el semen del bully.
-Ñam, Ñam jeje
-Buen apetito.
Dice Marcelo viendo cómo su hembra ponía a la boca la primera cucharada.
PEDRO
-Abran! Abraaan!
Grita el chico golpeando fuerte la puerta.
-Que quieres?
Teresa había abierto la puerta de golpe golpeándolo por accidente en la cara.
-AUU!
-Entonces?
-Tengo que ir al baño.
-AAJJ…Esta bien pero te alejas mi vista.
Teresa sigue a su hijo por detrás como una guardia con un prisionero. Habían llegado al baño y Pedro cierra la puerta detrás de él sólo por ser interrumpido por la mano de su madre.
-No fuera de mi vista he dicho.
-Pero…el baño.
El chico estaba incómodo al tener su madre cerca de él cuando tenía que mear. “Al menos está vestida” pensó él. Una minúscula consolación.
-Recogiste a Jonás?
-No, él está en casa de uno de sus amigos. Me puse de acuerdo con una de las madres para que duermas ahí…Dos niños en la casa son demasiados.
Pedro sentía las duras palabras de su madre y no sabía que decir.
-Entonces? Que quieres que te de una mano?
-No! Es solo…estoy incómodo.
Al decir eso, Teresa baja la mirada abajo fijándose en el pene de su hijo.
-Jajajaja
Pedro se sorprendió por las risas de su madre.
-Veo que esa astilla nunca creció.
El chico estaba mortificado inmensamente por las palabras de su madre que insultaba su hombría. Otra vez más no sabía que decir así que apenas terminó de mear se puso inmediatamente su pene adentro.
El prisionero fue acompañado a su celda.
TERESA
Teresa baja las escaleras y va ande su hombre.
-Tenía que ir al baño. Ahora voy y verás que cena que te preparo.
-Recuérdate lo que te dije de comprar.
-Claro.
Teresa se dirige a la puerta, la abre y se voltea a su dirección.
-No lo vayas a molestar ok?
Dice ella con una sonrisa picara dejando la llave ahí cerca. Marcelo sonríe.
FELIPE
El cornudo esperaba sentado en el aeropuerto ya que su vuelo estaba atrasado. Veía personas pasar cerca de él. Hombres vestidos en trajes elegantes como él suyo, seguramente trabajadores. Chicas jóvenes riendo y conversando con maletas en la mano, amigas de vacaciones juntas. Una copia de ancianos caminando lentamente mano en la mano y en fin una bella familia como la suya. Un marido, una bellísima esposa y una pequeña hija. Felipe extraño su familia aún más y sacó su celular del bolsillo.
TERESA
La mujer terminaba de poner las ultimas cosas en el carrito para después dirigirse a pagar. Mientras pasaba vio a una madre pasar en la dirección opuesta con su niño en el carrito. Le recordó como mucho tiempo atrás hacia lo mismo con Pedro. Su vida era tan diferente en esos tiempos.


-Hola?
-Teresa! Finalmente respondes. Te llamé tantas veces al…
-Que quieres?
-Teresa que te pasa? Porque me hablas así? Todo bien con los niños?
-Si, te dije que esta todo bien. Supongo que estás para decirme que tendrás que quedarte unos días mas trabajando no?
-No tesoro, de echo ya estoy en el aeropuerto esperando que llegue mi avión. Esta atrasado.
-Me alegro muchísimo Felipe. No veo la hora de tenerte en casa.
Dice ella esforzándose de fingir sorpresa y alegría.
-Yo también tesoro. Pásame a Pedro que quiero hablarle.
-Ya te dije que esta enojado Felipe.
-Bueno, entonces pásame a Jonás.
-Estoy en el supermercado ahora.
-Entiendo…entonces llámame cuando regreses que me faltan mucho.
-Promesa!
Dice ella y cuelga la llamada.
-Son 189 y…
-Tenga el resto.
Dice Teresa dándole un billete de 200 para después dirigirse a su carro en toda tranquilidad. Sabía que tenía todo el tiempo que quería.


DIIING
Llega un mensaje. Teresa abre la notifica y ve que es una foto enviada por Marcelo. La madre de Pedro no logra contenerse y apoyada a su carro mete su mano entre sus piernas u comienza a darse placer.
Cerca de ahí una copia joven la ve. La chica agarra a su novio del brazo llevándoselo lejos mientras él no para de mirar a esa belleza masturbarse viendo su celular.


PEDRO
Pedro pensaba a que hacer, como podía escapar pero nada le venia a la mente, nada que no fuese demasiado peligroso para su cobarde ser. La desesperación y confusión habían pasado pero le quedaba todavía la tristeza y amargura por la traición de su madre.
-Tock, tock mierdita.
Dice el bully abriendo la puerta. Pedro aterrorizado se aleja de ella lo más rápido posible.
-Tienes hambre minipolla?
-No.
-Claro que tienes hambre idiota. Mírate. Todo piel y huesos, si no supiera que siempre fuiste así diría que tu mamá no te da comer.
-Aléjate de mi pedazo de…
Marcelo le tira un buen puñete al estómago dejándolo sin aire y en el piso.
-Que malcriado. Yo aquí tratando de ser educado y tu me quieres insultar. Tu madre debía haberte educado mejor…me aseguraré de castigarla por tus faltas cuando regrese.
Dice Marcelo apretándose el paco.
-Esto son los avances de tu mami. No tendrás más de comer asta mañana.
El bully deja el plato de comida al lado de Pedro que recién terminaba de retomar la respiración.
CLICK
Marcelo le hace una foto.
-Te dejaría salir pero se que me arruinaría la fiesta así que mejor te quedas aquí por un poco mas.
Marcelo sale de ahí riendo y cerrando la puerta a llave.
TERESA
-Tesorooo, estoy a casaaa.
Dice Teresa divertida al entrar en casa. No había nadie en el salón o en la cocina así que subió arriba buscando a su amante asta que escuchó el sonido de la ducha del baño principal. La puerta estaba abierta y ella vio que el bully se estaba duchando así que se fue a ver como estaba su hijo.
Le bastó girar la llave que estaba en la cerradura de la puerta para entrar y ver a su hijo echado en su cama espaldas a la puerta que dormía.
Teresa sabia que ya era noche así que quiso ir inmediatamente a preparar la comida pero en salir notó cerca de la cama un plato, su plato de comía del almuerzo vacío. Teresa cerró la puerta y corrió al baño sacándose la ropa en el camino.
-Wooo! Me extrañaban tanto?
Dijo el bully la ver Teresa entrar en la ducha con él con todavía el intimo puesto.
-No sabes cuanto.
Ella se lanzó a besarlo y inmediatamente la verga del bully se despertó para ella.
El algua caía sobre los cuerpos de los amantes y ellos continuaban besándose, labios sobre labios, lengua con lengua. Marcelo le apretaba sus nalgas acercándola más a él de modo de sentir sus tetonas sobre él mientras ella se frotaba arriba y abajo para masturbar con su vientre la verga del bully que le causaba tanto morbo.
-Dime que le hiciste?
-Ya lo viste.
-Quiero que me lo digas.
-Le metí un puñete en el estómago a la mierda esa, se cayó al suelo sin poder respirar. Hubieras tenido que estar ahí. Su cara de idiota era chistosa mientras trataba de recuperar oxígeno.
-Aaaaah
Las solas palabras del abuso sobre su hijo le causaron un orgasmo del cual tuvo quedarse sujetada de él para no caerse ya que sus piernas temblaban por el placer. La amada esposa y madre Teresa no había más.


El bully no estaba intencionado en desperdiciar ese momento hacía que le levantó una pierna para metérsela asta más al fondo que podía y después que la había puesto con las espaldas a la pareja comenzó a moverse.




Ella gemía con los brazos todavía sujetados al cuello de él mientras Marcelo aprovechaba de cada minuto para decirle un nuevo insulto.
-Perra!
-Eres una puta!
-Te corres al saber que le pegue a tu hijo.
-Eres una madre de mierda!
-Sirves solo para guardar mi verga.
Teresa no respondía. Estaba demasiado presa del momento para soltar palabras. Los gemidos se hacían más y más fuertes y ya que estaban en el piso de arriba asta llegaron a las orejas de su hijo. Ella lo esperaba. Lo que para ella a un principio era impensable y enfermo, ahora era lo más excitante y magnifico del mundo.


Cada regla o moral había sido abandonada y quedaba sólo el placer sin importar quien pagaba el precio. Sentirse insultada, degrada y malvada eran el máximo afrodisíaco.
PEDRO
Pedro apretó sus ojos y durmió con las manos sobre las orejas tratando de alejarme de él la traición de su madre.
Fue despertado a las primeras horas de la mañana cuando un peso le cayó encima.
-Jajaja
La risas de su madre encima de él fueron la peor alarma para despertarlo y comenzar el día. Ella estaba encima de él, las manos a sus lados sobre la cama y sus pechos apretados contra él a pocos centímetros de su cara.
-Basta…por favor.


La suplica de Pedro tuvo el efecto contrario al que quería ya que su madre y su bully se emocionaron aún más y este último le clavó su miembro en su vagina que producía ruidos obscenos a cada penetración.
-Oh si, si, si, más fuerte, más fuerte! Cógeme, párteme en dos, arruíname!
Marcelo hacia exactamente lo que quería ella sonriendo delante los ojos llorosos de su víctima. Su sadismo en esos momentos estaba completamente satisfecho.
-Mírame pitocorto. Mira como se cogen a tu mamita!
Decía Teresa entre gemidos. Los ruidos de carne contra carne ocupaban todo el cuarto sin acepción de sus orejas que aunque cubiertas, todavía escuchaban los ruidos de placer de los dos.
-Miraaa! Miraaa a tu madre, hijo.
-…No, tu no eres mi madre.
-Aaah, claro que si. Yo soy, ah, ah, ah…soy tu madre, siempre lo he sido así que mírame. Me está reventando la concha. Esta entrando de donde tu saliste. Ah, ah, ah, ah. Pero sólo él me sabe dar placer.


Las crueles palabras de su madre atormentaban a su hijo no menos que sus depravados actos. Todavía en él había una cierta incredulidad. Como podía alguien hacer lo que estaba haciendo? Como podía ella gozar de esa manera, con ese tipo de persona, al precio de su familia? Como podía su misma madre hacerle eso?


Teresa y Marcelo no se movían de ahí asta que los dos no terminaron anunciándolo con un único y unido gran gemido de placer. Pedro sabia que su bully se había corrido adentro de su madre y para hacer todo peor sintió como el líquido caía sobre las sabanas como un grifo que perdían agua.
Marcelo se dejó ir por el agotador día de sexo salvaje y cayó a peso muerto sobre ella que ya estaba sobre su hijo haciéndole sentir a Pedro todo el peso de su traición.
DIA 4
Como era obvio el chico no pudo dormir pero cuando los dos se despertaron para salir de su cuarto él vio que la puerta no estaba cerrada. Una luz vertical entraba de la abertura de la puerta y dibujaba una línea en la oscura pared delante de él. Era su momento. Dio una patada para alejar al bully lo más posible y corrió hacia la salida.
-Hijo de…
-MARCELO!
Dijo primero él y luego ella. Pedro salió como desesperado fuera de su prisión, bajó las escaleras y estaba casi para tropezar, cruzó el salón en menos de un segundo y al final había llegado. Marcelo todavía estaba al piso de arriba y la mano del chico giraba la manilla de la puerta principal.
Continúa…