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Superando una ruptura

Hola, me llamo Sabri. 


Me encanta el cine, salir por bares a probar algún rico trago y...

"No no, muy virga. Parezco tonta."


Hola!! Me llamo Sabri!! 

"Ay dios, no... Soy mí tía?"


Hola, soy Sabri. 

Tengo 25 años, estudié en un colegio técnico y ahora soy contadora.

"Dios, sos imbécil Sabri? Parece un CV."


Soy Sabri, me gusta coger. 

"Muy directo, pero real. Aunque no."


Hola, acá Sabri. Vengo de que me deje mí ex y me bajé esta aplicación de mierda para superar una relación de toda mí pelotuda vida. 

Esa podría haber sido mi bio de Tinder perfectamente. Pero decidí tirar el esfuerzo de haber pasado 11 minutos eligiendo la foto en la playa con la bikini rosa que se me veía la pancita chatita y se asomaban mis lindas tetas de primer plano. También los 18 min que me costó encontrar aquella foto de viaje en Disney que está el castillo y el viento justo me vuela la pollerita naranja a lunares dejando ver un poco de mí cola que tanto me esmero en el gimnasio. Y claro está, los 7 min más que demoré en buscar una que se me vea bien de cara, con la cola de caballo bien tirante, el contraste de mí pelo y piel morena con los ojos verdes delineados previo al casamiento del mejor amigo del boludo de mí ex. 

Sabía que no me iba a costar hacer algún match, pero lejos estaba de querer tener una cita y contarles cómo mí novio... Perdón, ex... Me había metido los cuernos. 

Frustrada, me metí a mirar ofertas de vuelos. 

Quería evitar destinos clásicos, pero mí bolsillo quería evitar gastos que no podía afrontar. 

Por eso, me decanté por ir a Salta. Ví la excursion de un desierto que me llamó la atención, recordaba de algún compañera de la facu diciéndome de lo increíble que fué... Y dije... Es lo que necesito, desafiarme, aislarme y volver con un lindo recuerdo. 

El vuelo salía en 2 días, era el más barato. 

Armé un bolsito sencillo, literalemente una mochila en verdad que me prestó mí hermano. 

Puse un par de tangas, una malla por si acaso, short deportivos, dos vestiditos y algunos tops. Llevé un poco más de ropa abrigada, me dijeron que en el desierto hace frío de noche...

Tomé ese vuelo ansiosa, admito que lloré en algún tramo recordando al hijo de puta ese. Pero bueno, para eso viajaba, para sanar. 

Llegué un jueves, iba a dormir en una especie de hostel que quedaba por el desierto, era prácticamente el único, algunos escaladores pasaban por ahí previo a subir a un volcán (no era mí caso) y seguían viaje. 

Me subí a un taxi que me estaba esperando y emprendí viaje. La verdad que fuimos charlando e incluso le cebé mates a Francisco, un señor oriundo de la zona súper educado. Se me pasaron las horas en ese auto volando. 

Cuando llegamos, bajé mis cosas y sentí el primer impacto de no tener señal para nada, incluso el hostel no tenía internet alguno. 

Clarita me recibió, ella vivía en el hostel prácticamente, era la única empleada de ahí junto a Ramón, su papá quién hacía mantenimientos y algo de limpieza. Tenía rasgos muy típicos del norte argentino, era súper agradable para la charla y tenía una sonrisa divina! Tenía rulos morochos, ojos café y un cuerpo muy delgado. Asumo era más chica que yo, tendría 20 o 22 años como máximo. 

Me indicó que en esa época del año no éramos muchos en el hostel, pero que siempre que esté aburrida tenían tonelada de libros y que también estaba más que invitada a tomar unos mates con ella. 

Empecé a sospechar que 5 días ahí podía ser mucho. Pero quizás era la terapia de shock que me hacía falta. 

Me mostró las instalaciones, era gracioso que todo esté rodeado por desierto, traía mucha paz pero a su vez tenía algo de inquietante. 

El "jardín" era un arenero prácticamente. Algunas plantas en macetas, media sombras y reposeras, daban una sensación paradisíaca, pero sin olvidarte de dónde estabas. 

Tenía una modesta cocina muy antigua, de hecho, si bien estaba hecha con una conexión a gas, al lado había una de esas que se prendían con leña! 

Un largo tablón que podría albergar 20 personas fácilmente, coronaba ese espacio híbrido entre cocina y comedor. 

Ahí me encontré a Julián y Mateo. Un par de amigos argentinos que esperaban a la salida de la excursión al volcán el día sábado. Me invitaron un plato de pasta que los amé! Venía muerta de hambre y llevaba pocas provisiones realmente. Eran súper buena onda, los dos eran de pelo castaño claro, bien físicamente aunque no me parecían nada atractivos de cara ninguno de los dos, pero en ese momento se habían convertido en mis mejores amigos. 

Al rato se sumó Pablo, otro amigo de ellos, también muy bien físicamente (ahí entendí que la excursión que harían requería mucho entrenamiento físico) este si era más lindo de cara, pelo negro y una tez muy blanca. Daba algo de morbo su aire "vampirezco". 

Se nos pasó volando la hora, no había ni visto mí habitación así que los chicos me guiaron. El lugar tenía dos pisos. Ellos estaban en el de arriba, por lo que me dejaron y siguieron camino. 

Entré al cuarto y estaba sola, si bien había otra cama, no parecía haber nadie. Lo festejé un poco, quería un rato de privacidad. 

Dejé mis cosas en el piso, aproveché de elegir la cama contra un ventanal y me acosté por un rato. 

Cuando desperté, estaba a oscuras ya. Había dormido más de la cuenta. 

Ví que seguía sola y un impulso vino a mí cabrza. 
Decidí aprovechar, bajé suavecito mí mano por la pancita y empecé a acariciar mí conchita por encima de la tanguita. Empecé a recordar aquella vez con mí ex cuando cogimos en su auto en el estacionamiento de una fiesta. Me encantaba ese momento, estar sobre él y ver pasar a la gente tan drogada que ni se percataba... Ufff... Me sentía poderosa. 

Volviendo a la realidad, ya una de mis manos agarraba con fuerza mí teta izquierda, la otra se las había ingeniado para inconcientemente mover mí tanguita y jugar con mis dedos sin interferencia alguna. 

Estaba muy mojada producto de lo bien que mí memoria traía esas vivas imágenes a mí cabeza. 

Podía sentir su pija entrando y saliendo de dentro mío, gemia como aquél día, tenía la respiración agitada, mis dedos empapados dentro mío emulando ese momento. 

Estaba al borde de acabarme y siento el chirrido de la puerta, apenas pude distinguir una silueta femenina entrando que iluminó con su linterna del teléfono la habitación. 

Me tapé entre las sábanas, avergonzada pero sin parar mí paja. Estaba cerca de venirme, no podía por más que le suplique a mí cuerpo que se controle, mis dedos seguían moviéndose en mí empapada conchita, masajeando mí clítoris. 

Sentía los movimientos de aquella desconocida a pocos pasos de mí mientras seguía masturbándome con sigilo. 

Mordía la almohada para evitar que se escape algún sonido que me incrimine y concentraba mí respiración por la nariz. El morbo de esa situación superaba incluso mí fantasía elegida. 

Empecé a sentir que mí cuerpo convulsionaba y me acabé resistiendo de no gritar, disimulando esos torpes movimientos finales. 

Mí entrepierna estaba totalmente mojada, al igual que mí sábana. 

La puerta se cerró casi en un milagro que dejó que siga un poco más ya con una intensidad y unos gemidos que no pude ni quise detener. 

Me volví a venir de inmediato. Caí rendida y solo recuerdo a la mañana siguiente despertar y en la cama de enfrente, ver una pelirroja que hasta dormida era hermosa. Estaba destapada, tenía un cuerpo muy voluptuoso, esos que llaman la atención y supongo todo hombre fantasea por "las cosas que podría hacerte si te agarra". Se notaba muy culona, lejos de ser gorda, pero tenía esos cuerpos curvy muy llamativos por la cinturita angosta. 

Me levanté de la cama haciendo el menor ruido posible, me cambié la tanguita y me puse un short deportivo ajustado, un remeron y bajé a desayunar... 

3 comentarios - Superando una ruptura

roberating1987 -1
❤️ Hі) Мy nаme іs Bella, Іm 35 yеars оld) Bеginning SЕХ mоdel 18 ) І lоve bеing phоtographed іn thе nudе) Plеase ratе mi phоtos аt➤ https://erotits.fun
Pervberto +1
¿Se viene la pasión en el desierto?
BohemianFantasy +1
🤭 va a ser muy distinto a otros, veremos...