Semana 3
Ese domingo por la noche, comienza la tercera ronda de sesiones.
Después de la cena, Marcelo invita a Jimena a otra sesión de hipnosis y Jimena acepta felizmente.
La puerta se cierra, las luces comienzan a encenderse y yo intento escuchar.
Marcelo: "...lencería... amiga..."
No pude escucharlo bien, pero eso parece estar en línea con lo que acordamos.
Pronto las luces se apagan y, como siempre, Jimena sale bien, aunque un poco aturdida.
Jimena se fue directo a la cama mientras decido preguntarle a Marcelo cuál fue su "programación".
Pero antes de que pueda decir algo, Marcelo dice:
Marcelo: "Somos mejores amigos y está bien usar lencería sexy y reveladora frente a tu mejor amigo."
Yo: "Ah... entiendo."
Marcelo sonríe, cierra su puerta y me uno con Jimena en la cama.
Comienza la tercera semana, lunes.
Es lunes por la mañana y me despierto en mi cama. Miro a mi lado y no veo a Jimena en la cama conmigo. Sin embargo, escucho ruidos en la cocina. Supongo que Jimena está preparando el desayuno, así que me visto y voy a saludarla.
Al salir a la cocina, veo a Jimena... usando lencería.
En ocasiones, solía caminar por la casa en ropa interior, lencería o algo sexy, pero nunca lo hacía cuando había un invitado en casa.
Justo cuando estaba a punto de saludar a Jimena y comenzar una conversación, Marcelo entra y saluda a ambos, abrazando a Jimena.
Marcelo: "Buenos días, chicos, ¿cómo están?"
Jimena: "Bien, estoy a punto de preparar café. ¿Quieres un poco?"
Marcelo: "Sí, por favor. Ah, por cierto, linda lencería."
Jimena: "¡Me alegra que te guste! Es mucho más cómoda que mi ropa de estar por casa."
Marcelo: "Bueno, se ve bien, pero... todavía creo que estás usando demasiada ropa. Deberías estar más cómoda frente a mí, ¿no es así, Sebastián?"
Yo (Sebastián): "Sí, tienes toda la razón. Es demasiada ropa. Quiero decir, Jimena, Marcelo es nuestro mejor amigo y se quedará aquí un tiempo, así que deberías ser menos modesta. Confías en él, ¿verdad?"
Jimena: "Mmm, supongo que tienes razón. Quiero decir, solo quería ser modesta porque tenemos un invitado, pero tienes razón... ¡él es nuestro mejor amigo! Intentaré comprar ropa más cómoda después del trabajo."
Marcelo: "Estoy ansioso por verla."
Durante los siguientes días, Jimena usó lencería más sexy que la que llevaba el lunes. Aunque contaba como lencería, parecía más bien ropa que comprarías en una sex shop.
Más que la lencería, Jimena cambió en la forma en que interactuaba con Marcelo. Se reía más, su lenguaje corporal era más relajado y los abrazos eran frecuentes. Parecía que, en sus ojos, Marcelo
ERA su mejor amigo. Casi se comunicaba con Marcelo tanto como lo hacía conmigo.
Las cosas iban a un ritmo emocionante pero cómodo hasta el viernes.
El viernes, Jimena usó algo que parecía lo suficientemente inocente.
El viernes por la noche, Jimena estaba a punto de preparar la cena para todos.
Mientras Marcelo y yo estábamos en la sala charlando, Jimena sale con lencería, como lo había hecho los últimos días. Esta vez, sin embargo, hubo un pequeño problema con su atuendo y parte de su pecho quedó al descubierto. Nada obsceno, por supuesto, pero aún así estaba allí.
Marcelo pareció notarlo y decidió mencionarlo.
Marcelo: "Oye, Jimena, lindo pezón que tienes ahí."
Jimena instintivamente se cubre y se ve extremadamente avergonzada.
Marcelo: "Oh, no te preocupes, Jimena, está completamente bien si quieres mostrar un poco, jaja."
Jimena: "Supongo que..."
En ese momento, parecía que Jimena estaba pensando profundamente y, basado en mis interacciones con ella durante las últimas semanas, dijo...
Jimena: "Tienes toda la razón, Marcelo, mostrar un pezón de vez en cuando no es gran cosa, jaja."
Jimena decidió dejar su pezón al descubierto, dándole a Marcelo una buena vista durante el resto de la cena.
Al día siguiente, Marcelo decidió sorprender a Jimena con un regalo.
Era sábado por la mañana y Jimena y yo estábamos en la sala.
Marcelo sale de su habitación, saluda a ambos y se va. Marcelo pasaba la mayor parte del tiempo en su habitación, así que tenerlo fuera de casa era un buen cambio.
Pero pronto regresó, una hora más tarde, con un "regalo" para Jimena.
Marcelo: "Oye, Jime, decidí comprarte un regalo para agradecerte por dejarme quedarme aquí un tiempo."
Jimena: "¡Oh, eso es muy pensado! ¿Qué me compraste?"
Marcelo le entrega el paquete a Jimena y ella tarda un par de segundos en mirar dentro de la bolsa.
Jimena: "Bueno, esto es... um... ¿lindo?"
Marcelo: "Sí, creo que te verías genial con esto. ¡Deberías probártelo!"
Jimena: "Seguro..."
Después de un par de minutos, Jimena sale con su nueva lencería. Si es que podía llamarse así.
Los pechos de Jimena estaban completamente al descubierto, apenas cubiertos por una malla.
Jimena: "Bueno, es un poco reveladora, pero creo que técnicamente cubre mis pechos."
No lo hacía. Este atuendo estaba al límite de su programación, pero debido al refuerzo positivo que habíamos hecho durante las últimas semanas, parecía estar bien con este vacío legal.
Continuará...
Ese domingo por la noche, comienza la tercera ronda de sesiones.
Después de la cena, Marcelo invita a Jimena a otra sesión de hipnosis y Jimena acepta felizmente.
La puerta se cierra, las luces comienzan a encenderse y yo intento escuchar.
Marcelo: "...lencería... amiga..."
No pude escucharlo bien, pero eso parece estar en línea con lo que acordamos.
Pronto las luces se apagan y, como siempre, Jimena sale bien, aunque un poco aturdida.
Jimena se fue directo a la cama mientras decido preguntarle a Marcelo cuál fue su "programación".
Pero antes de que pueda decir algo, Marcelo dice:
Marcelo: "Somos mejores amigos y está bien usar lencería sexy y reveladora frente a tu mejor amigo."
Yo: "Ah... entiendo."
Marcelo sonríe, cierra su puerta y me uno con Jimena en la cama.
Comienza la tercera semana, lunes.
Es lunes por la mañana y me despierto en mi cama. Miro a mi lado y no veo a Jimena en la cama conmigo. Sin embargo, escucho ruidos en la cocina. Supongo que Jimena está preparando el desayuno, así que me visto y voy a saludarla.
Al salir a la cocina, veo a Jimena... usando lencería.
En ocasiones, solía caminar por la casa en ropa interior, lencería o algo sexy, pero nunca lo hacía cuando había un invitado en casa.
Justo cuando estaba a punto de saludar a Jimena y comenzar una conversación, Marcelo entra y saluda a ambos, abrazando a Jimena.
Marcelo: "Buenos días, chicos, ¿cómo están?"
Jimena: "Bien, estoy a punto de preparar café. ¿Quieres un poco?"
Marcelo: "Sí, por favor. Ah, por cierto, linda lencería."
Jimena: "¡Me alegra que te guste! Es mucho más cómoda que mi ropa de estar por casa."
Marcelo: "Bueno, se ve bien, pero... todavía creo que estás usando demasiada ropa. Deberías estar más cómoda frente a mí, ¿no es así, Sebastián?"
Yo (Sebastián): "Sí, tienes toda la razón. Es demasiada ropa. Quiero decir, Jimena, Marcelo es nuestro mejor amigo y se quedará aquí un tiempo, así que deberías ser menos modesta. Confías en él, ¿verdad?"
Jimena: "Mmm, supongo que tienes razón. Quiero decir, solo quería ser modesta porque tenemos un invitado, pero tienes razón... ¡él es nuestro mejor amigo! Intentaré comprar ropa más cómoda después del trabajo."
Marcelo: "Estoy ansioso por verla."
Durante los siguientes días, Jimena usó lencería más sexy que la que llevaba el lunes. Aunque contaba como lencería, parecía más bien ropa que comprarías en una sex shop.
Más que la lencería, Jimena cambió en la forma en que interactuaba con Marcelo. Se reía más, su lenguaje corporal era más relajado y los abrazos eran frecuentes. Parecía que, en sus ojos, Marcelo
ERA su mejor amigo. Casi se comunicaba con Marcelo tanto como lo hacía conmigo.
Las cosas iban a un ritmo emocionante pero cómodo hasta el viernes.
El viernes, Jimena usó algo que parecía lo suficientemente inocente.
El viernes por la noche, Jimena estaba a punto de preparar la cena para todos.
Mientras Marcelo y yo estábamos en la sala charlando, Jimena sale con lencería, como lo había hecho los últimos días. Esta vez, sin embargo, hubo un pequeño problema con su atuendo y parte de su pecho quedó al descubierto. Nada obsceno, por supuesto, pero aún así estaba allí.
Marcelo pareció notarlo y decidió mencionarlo.
Marcelo: "Oye, Jimena, lindo pezón que tienes ahí."
Jimena instintivamente se cubre y se ve extremadamente avergonzada.
Marcelo: "Oh, no te preocupes, Jimena, está completamente bien si quieres mostrar un poco, jaja."
Jimena: "Supongo que..."
En ese momento, parecía que Jimena estaba pensando profundamente y, basado en mis interacciones con ella durante las últimas semanas, dijo...
Jimena: "Tienes toda la razón, Marcelo, mostrar un pezón de vez en cuando no es gran cosa, jaja."
Jimena decidió dejar su pezón al descubierto, dándole a Marcelo una buena vista durante el resto de la cena.
Al día siguiente, Marcelo decidió sorprender a Jimena con un regalo.
Era sábado por la mañana y Jimena y yo estábamos en la sala.
Marcelo sale de su habitación, saluda a ambos y se va. Marcelo pasaba la mayor parte del tiempo en su habitación, así que tenerlo fuera de casa era un buen cambio.
Pero pronto regresó, una hora más tarde, con un "regalo" para Jimena.
Marcelo: "Oye, Jime, decidí comprarte un regalo para agradecerte por dejarme quedarme aquí un tiempo."
Jimena: "¡Oh, eso es muy pensado! ¿Qué me compraste?"
Marcelo le entrega el paquete a Jimena y ella tarda un par de segundos en mirar dentro de la bolsa.
Jimena: "Bueno, esto es... um... ¿lindo?"
Marcelo: "Sí, creo que te verías genial con esto. ¡Deberías probártelo!"
Jimena: "Seguro..."
Después de un par de minutos, Jimena sale con su nueva lencería. Si es que podía llamarse así.
Los pechos de Jimena estaban completamente al descubierto, apenas cubiertos por una malla.
Jimena: "Bueno, es un poco reveladora, pero creo que técnicamente cubre mis pechos."
No lo hacía. Este atuendo estaba al límite de su programación, pero debido al refuerzo positivo que habíamos hecho durante las últimas semanas, parecía estar bien con este vacío legal.
Continuará...
3 comentarios - De Esposa a HotWife Cap.3