Hola! Me presento. Soy Jazmín. Soy una escritora erótica. Comencé a hacer relatos en Poringa y en algunas otras páginas para poder generar un ingreso extra para pagar mis estudios. Sepan que acepto y recibo cualquier crítica sobre mis relatos, mientras sea constructiva y sin faltar el respeto, me gusta leerlos a ustedes también!
Recuerden poner 10 puntos! Es la única manera en la que más gente pueda conocerme!
Cualquier duda sobre como poder apoyar mis relatos al privado. Desde ya, muchas gracias y espero que les guste.
Lo que estaba sucediendo para mi era un sueño. No podía creerlo. Estaba totalmente desnuda, agachada y de espaldas a mi profesor. No lo estaba viendo, porque todo el valor que tomé también estuvo acompañado por vergüenza, pero podía sentir como me estaba comiendo con la mirada. Estaba convencida, iba a ir hasta lo último, quería tener sexo con él, lo necesitaba dentro mío.
-¿Estas segura de que podes controlar la situación? -Me dijo mientras se mordía los labios mirándome.
-No lo sé.
-No voy a tener ningún tipo de compasión con vos, te aviso de antemano.
-No la tengas. - Me di vuelta y me quedé viéndolo a los ojos.
Esa frase fue la desencadenante de todo, esa mirada que cruzamos entre los dos, las ganas que nos teníamos, la situación morbosa en la que estábamos y la manera en la que habíamos terminado así, todo era un círculo perfecto de tensión sexual, la cual queríamos liberar.
Se empezó a acercar despacio hacía mi, estaba avergonzada, mis cachetes estaban rojos y no sabía donde poner las manos, empecé a transpirar un poco y sentirme con mas presión de la que debería. Se paró frente a mi, me agarro fuerte con una mano la cara, apretando sus dedos contra mi mandíbula, me levantó el rostro y lo apuntó hacía el de él. Estaba con el cuello apuntando hacía arriba ya que era mucho más alto que yo.
-Abrí la boca. -Me dijo en un tono dominante y algo enojado. Me calentaba bastante que me de órdenes.
No sabía si abrirla o no, estaba completamente siendo superada por un hombre mayor que tenía muchas ganas de cogerme. Cedí ante su pedido de que abriese la boca y lo hice. Apenas abrí la boca pude ver como un chorro de saliva salía de su boca y terminaba en la mía. Podría parecer extraño para algunas personas que nunca habían sentido eso, como yo. Pero tuvo todo el efecto contrario, pude sentir mi cuerpo retorcerse y mi concha mojarse de a poco. No dudé un segundo y todo el temor se fue al instante. Empecé a comerle la boca como de manera apresurada, necesitaba besarlo más y más, el siguió mi ritmo, los besos se acentuaban cada vez más y más. Me agarro de la cintura y empezó a pegarme a su cuerpo, podía sentir como mis pezones rozaban con su remera, quería sentir su cuerpo también, no quería ser la única desnuda.
-Sácate la remera. -Le dije sintiéndome poderosa por haberle dado una orden a él.
Ese poder se terminó repentinamente. Me dio una cachetada en la mejilla derecha. No entendí que había pasado, si estaba enojado por haberle dado una orden o si había hecho algo malo. Pero mis dudas se despejaron al momento. Me revoleó para la cama, levanto mis manos mientras yo lo veía atónita. Agarro mis dos manos con una de las suyas, eran tan grandes comparadas a las mías, que podía agarrar dos de mis manos con una suya. Con una mano sostenía dos que estaban sobre mi cabeza y con la otra me agarraba el cuello.
-No me des órdenes pendeja.
-Perdón.
Sonrió satisfecho y siguió besándome, esta vez mas lento. El ritmo era lento pero su respiración rápida, estaba agarrando mis manos cada vez mas fuertes y controlaba mi cuello a su gusto. Bajó su mano del cuello para mis tetas y empezó a apretarlas, pasaba su dedo por el pezón despacio y lo apretaba cada tanto. Yo estaba muy caliente, quería hacer las cosas más rápidas, lo necesitaba adentro mío ya. Libero sus dos manos de mí y se sacó la remera, como era de esperar, era musculoso y tenía marcado cada musculoso de su abdomen, brazos y pecho. Se acerco a mi, me dio besos en el cuello, empezó a subir, me beso la boca, los cachetes y se paró en mi oído.
-Si tanto te gusta lo que ves, tócalo.
Estaba perpleja por la situación, deseaba tocarlo y fue lo que hice. Su cuerpo parecía una piedra de lo duro que estaba, tenía algunos pelos en el pecho y todo estaba firme, lo acaricie todo lo que quise y el se dejaba tocar, me miraba con lujuria y me encantaba. Me agarró del brazo fuerte y me sentó mientras el estaba frente a mí con las rodillas al costado de mis piernas. Levanto mi cara y empezó a darme besos más rápido. Sentí como puso una de sus piernas por medio de las mías, hizo un gesto para los costados con ella como queriendo que las abriera, hice caso omiso y las abrí para el. Su rodilla chocó con mi concha mojada y la apretaba despacio. Me estaba encantando el roce que provocaba con su pierna, era algo tan leve, pero mientras me besaba, me agarraba el cuello, me apretaba los cachetes y la concha, estaba que explotaba de placer.
-Mmm. - Empecé a gemir despacio.
-Veo que tenes ganas de que te haga gritar.
-Si profe porfa, haceme gritar como puta.
-Así me gusta pendeja.
Terminó de desvestirse cuando se sacó el pantalón. Estaba con un bóxer negro con rayas blancas en los bordes. Se notaba que tenía la pija parada, quería sacárselo ya. El hizo el favor por mí, empezó a bajarlo despacio mientras miraba mi cara, lo sacó y su pito rebotó de abajo para arriba unas veces. Quise agarrarlo como por instinto pero me frenó con su mano agarrándome de la muñeca, lo miré como implorando que me dejara hacerlo.
-Primero se arranca por abajo, acariciame acá. - Puso mi mano en sus huevos, se los empecé a apretar y acariciar suavemente mirando sus reacciones.
-Uuff si, seguí así trola de mierda.
-Te gusta profe?
-Me encanta, tócame la pija.
Por fin había logrado lo que quería, agarre su pito con todas las ganas del mundo, empecé a mirarlo mas de cerca y a sentir su olor, era grueso y con bastantes venas, le salía algo de semen por la punta y no podía cerrar la mano, era mas grande de lo que me imaginaba. Lo pajeaba despacio y como la inexperta que era.
-Chúpalo.
-Yo nunc-
-Chúpalo dije.
Quise explicarle que nunca había hecho antes eso, pero me cortó y me obligó a hacerlo, eso me gustaba más. Empecé sacando mi lengua y chupando la punta, sentí el sabor del semen y después seguí con el resto del pito, me sentía una trola total, lo miraba a los ojos y el gemía más fuerte que antes, me digné a ponérmelo entero en la boca y tuve que abrirla demasiado para que pudiera entrar. Empecé a cabecear despacio y intentando de no rasparlo con mis dientes, Martina me había dicho que era importante en alguna conversación de sexo que tuvo conmigo. Empecé a subir el ritmo de a poco hasta que estaba haciéndolo bastante rápido, sentía que iba bien ya que él estaba gimiendo más y más.
-¿Quéres ir rápido no? Yo te voy a mostrar lo que es rápido.
Envolvió mi pelo con su mano haciendo un rodete improvisado, me agarró fuerte y empezó a empujar mi cabeza contra su pija, entraba y salía sin ningún tipo de delicadeza, me estaba cogiendo la boca como él quería, estaba atragantándome demasiado, quería salir y intentaba de ir para atrás agarrando sus piernas y empujándome. No me dejaba, estaba totalmente desesperado porque se la chupe sin parar y a su modo, mi concha estaba empapándose por eso, quería ser totalmente sumisa frente a él, quería ser su puta, su objeto sexual y que me trate como eso.
-Voy a acabar cerra los ojitos trola. - Me sacó rápidamente y agarro con su mano su pija, estaba apuntándome a mí.
-Dámela toda.
-Abrí la boquita.
Cerré los ojos y abrí la boca para él, empezó a acabarme en la frente, el pelo, los párpados, los cachetes, los labios y dentro de la boca. Abrí los ojos y sentí un gusto raro en la boca, y atiné a escupirlo inmediatamente.
-Trágatela. -Me dijo mientras me miraba.
No sabía que hacer, no me gustaba mucho pero tenía que hacerlo, necesitaba obedecerlo a él. Me la tragué toda sin quejarme.
-Así es como tenes que ser, mi puta.
-Si Tomi, soy tu puta.
Esa última frase cambió algo en su mirada y no solo en ella, también en su pito. Se volvió a parar de repente. Me levantó las caderas y me tiró a la cama, yo estaba cansada pero eso no le importó nada. Se apoyó en mi cuerpo, me besaba las tetas y me mordía los pezones, me acariciaba cerca de la concha y cada tanto me miraba a los ojos para ver mis reacciones. Yo me mordía los labios, revoleaba mis ojos y le agarraba el pelo fuerte. Empezó a darme besos bajando de a poco por mi panza, saltó el ombligo de un beso y se posicionó entre mis dos piernas, las abrió fuertemente y las levantó. Mis rodillas quedaron apuntando hacía arriba y yo estaba muy avergonzada. Me miraba la concha de muy cerca y eso me daba cosa. Empezó a besarme la parte de adentro de las piernas y yo estaba que volaba de calentura. Pasaba la lengua muy despacio y iba rozando todo alrededor.
-No aguanto más, chupamela Tomi.
-Es la única orden que voy a seguir tuya, porque tengo muchas ganas de hacerlo.
Sentí un placer que nunca había sentido en la vida, pasaba su lengua por mis labios vaginales despacio y cada tanto rozaba mi clítoris. Metió su lengua adentro de mi concha mientras con los dedos la abría para que entre más profunda, la sacudía de arriba abajo mientras estaba adentro mío. Sentí como un dedo entraba despacio y mis gemidos empezaron a aumentar su volumen, mientras me metía un dedo, me chupaba toda la concha y su lengua no paraba, yo estaba gritando a mas no poder, pidiéndole que me chupe más.
Llegué de nuevo a ese punto que esta semana estuve sintiendo bastante, me estaba por venir. Mis palabras no salían, el ya tenía dos dedos dentro mío y los movía rápido y sin parar mientras me chupaba el clítoris. Solo gemía y no podía decirle nada, quería comunicarle que estaba por venirme pero no me dejaba el placer. Me vine en su cara. Grité como una verdadera puta un segundo antes de venirme.
-Me vengo!
Pudo correr su cara un poco, pero su cuerpo recibió una cantidad grande de mi flujo mientras yo no paraba de temblar. El problema principal no fue que se manchó, el problema fue que se excitó. Yo estaba exhausta y no controlaba mi respiración, mi pecho estaba agitado y mis dos piernas temblaban mientras me retorcía del placer reciente. Se levantó y quise ver para donde iba. Pude registrar como sacó un preservativo de su pantalón que estaba en el piso. Me iba a coger.
-Espera profe, paremos un poco.
-No quiero. - Estaba decidido a cogerme, y yo quería eso, No dije nada y lo miré con miedo.
-¿Es tu primera vez?
-Si.
Se agarró el pito, abrió mis piernas un poco y empezó a acercarse hasta poder apoyarlo en mi concha, empezó a frotarlo de a poco, yo todavía goteaba flujo y temblaba un poco.
-Respira profundo y decime si te duele, voy a hacerlo despacio.
Se había calmado un poco pero se notaba que quería cogerme fuerte. Lo empezó a meter de a poco, estaba muy empapada y eso había hecho que la lubricación sea buena, me dolía pero no mucho. Su pito no para de entrar, el empujaba y nunca paraba, me estaba ardiendo mucho, pero era un dolor que me encantaba, miraba su cara de placer y sentía que me estaba por venir de nuevo.
-¿Te duele? Voy a moverme.
-Podes hacerlo más rápido profe. - Le puse ojos de putita y me miró con una cara de pervertido que me encantó.
Empezó a moverse de atrás para adelante y empujarme, sentía como mi cuerpo se movía de arriba abajo y mis piernas se sacudían, lo sentía entrar y salir más y más rápido. Estaba loca, seguía gimiendo como si me estuviesen matando, los vecinos podían escucharme si se pegaban a mi pared, estaba segura.
-Si profe seguí cogiéndome toda.
-Vas a tener que acostumbrarte porque esta semana voy a cogerte cuando y donde quiera, ¿Me escuchaste?
-Si profe quiero que me cojas todos los días.
Empezó "la recta final", me agarró de las piernas y las abrió para los costados, se levantó de la cama y me trajo hacía el borde mientras tenía su pija adentro mío, la altura de la cama encajaba perfecto para que el estuviese parado y pudiera cogerme sin problemas. Estaba adolorida y a nada de acabar, quería que él siga así terminaba eso rápido y podía descansar, pero también necesitaba que ese momento nunca termine, estaba sintiéndome como en el cielo.
-Estoy por acabar voy a moverme rápido. -Me dijo mientras se acomodaba y agarra fuerte mis piernas.
-Si dale termina, acabemos juntos profe.
Se movía desesperadamente, me cogía sin ningún tipo de afecto y amor hacía a mí, me trataba como un objeto, como algo que pudiera agarrar cuando el quisiera y eso me encantaba, yo gemía y le pedía que acabe conmigo. Sentía que estaba viniéndome y su pija palpitaba dentro de mi concha, se estaba por venir también.
-Aaahhh. - Los dos gemimos a la vez después de un silencio, habíamos acabado al mismo tiempo.
Se recostó sobre mi cuerpo, mis piernas cayeron por los bordes de la cama, estábamos agitados los dos y sin poder decir una palabra. Me miró, sonreímos los dos y nos besamos de nuevo.
Todo el amor y sexo se terminó de un segundo para otro.
Ringg, Ringg.
El timbre estaba sonando. Lo separé de mis labios y nos miramos asustados los dos.
Recuerden poner 10 puntos! Es la única manera en la que más gente pueda conocerme!
Cualquier duda sobre como poder apoyar mis relatos al privado. Desde ya, muchas gracias y espero que les guste.
Lo que estaba sucediendo para mi era un sueño. No podía creerlo. Estaba totalmente desnuda, agachada y de espaldas a mi profesor. No lo estaba viendo, porque todo el valor que tomé también estuvo acompañado por vergüenza, pero podía sentir como me estaba comiendo con la mirada. Estaba convencida, iba a ir hasta lo último, quería tener sexo con él, lo necesitaba dentro mío.
-¿Estas segura de que podes controlar la situación? -Me dijo mientras se mordía los labios mirándome.
-No lo sé.
-No voy a tener ningún tipo de compasión con vos, te aviso de antemano.
-No la tengas. - Me di vuelta y me quedé viéndolo a los ojos.
Esa frase fue la desencadenante de todo, esa mirada que cruzamos entre los dos, las ganas que nos teníamos, la situación morbosa en la que estábamos y la manera en la que habíamos terminado así, todo era un círculo perfecto de tensión sexual, la cual queríamos liberar.
Se empezó a acercar despacio hacía mi, estaba avergonzada, mis cachetes estaban rojos y no sabía donde poner las manos, empecé a transpirar un poco y sentirme con mas presión de la que debería. Se paró frente a mi, me agarro fuerte con una mano la cara, apretando sus dedos contra mi mandíbula, me levantó el rostro y lo apuntó hacía el de él. Estaba con el cuello apuntando hacía arriba ya que era mucho más alto que yo.
-Abrí la boca. -Me dijo en un tono dominante y algo enojado. Me calentaba bastante que me de órdenes.
No sabía si abrirla o no, estaba completamente siendo superada por un hombre mayor que tenía muchas ganas de cogerme. Cedí ante su pedido de que abriese la boca y lo hice. Apenas abrí la boca pude ver como un chorro de saliva salía de su boca y terminaba en la mía. Podría parecer extraño para algunas personas que nunca habían sentido eso, como yo. Pero tuvo todo el efecto contrario, pude sentir mi cuerpo retorcerse y mi concha mojarse de a poco. No dudé un segundo y todo el temor se fue al instante. Empecé a comerle la boca como de manera apresurada, necesitaba besarlo más y más, el siguió mi ritmo, los besos se acentuaban cada vez más y más. Me agarro de la cintura y empezó a pegarme a su cuerpo, podía sentir como mis pezones rozaban con su remera, quería sentir su cuerpo también, no quería ser la única desnuda.
-Sácate la remera. -Le dije sintiéndome poderosa por haberle dado una orden a él.
Ese poder se terminó repentinamente. Me dio una cachetada en la mejilla derecha. No entendí que había pasado, si estaba enojado por haberle dado una orden o si había hecho algo malo. Pero mis dudas se despejaron al momento. Me revoleó para la cama, levanto mis manos mientras yo lo veía atónita. Agarro mis dos manos con una de las suyas, eran tan grandes comparadas a las mías, que podía agarrar dos de mis manos con una suya. Con una mano sostenía dos que estaban sobre mi cabeza y con la otra me agarraba el cuello.
-No me des órdenes pendeja.
-Perdón.
Sonrió satisfecho y siguió besándome, esta vez mas lento. El ritmo era lento pero su respiración rápida, estaba agarrando mis manos cada vez mas fuertes y controlaba mi cuello a su gusto. Bajó su mano del cuello para mis tetas y empezó a apretarlas, pasaba su dedo por el pezón despacio y lo apretaba cada tanto. Yo estaba muy caliente, quería hacer las cosas más rápidas, lo necesitaba adentro mío ya. Libero sus dos manos de mí y se sacó la remera, como era de esperar, era musculoso y tenía marcado cada musculoso de su abdomen, brazos y pecho. Se acerco a mi, me dio besos en el cuello, empezó a subir, me beso la boca, los cachetes y se paró en mi oído.
-Si tanto te gusta lo que ves, tócalo.
Estaba perpleja por la situación, deseaba tocarlo y fue lo que hice. Su cuerpo parecía una piedra de lo duro que estaba, tenía algunos pelos en el pecho y todo estaba firme, lo acaricie todo lo que quise y el se dejaba tocar, me miraba con lujuria y me encantaba. Me agarró del brazo fuerte y me sentó mientras el estaba frente a mí con las rodillas al costado de mis piernas. Levanto mi cara y empezó a darme besos más rápido. Sentí como puso una de sus piernas por medio de las mías, hizo un gesto para los costados con ella como queriendo que las abriera, hice caso omiso y las abrí para el. Su rodilla chocó con mi concha mojada y la apretaba despacio. Me estaba encantando el roce que provocaba con su pierna, era algo tan leve, pero mientras me besaba, me agarraba el cuello, me apretaba los cachetes y la concha, estaba que explotaba de placer.
-Mmm. - Empecé a gemir despacio.
-Veo que tenes ganas de que te haga gritar.
-Si profe porfa, haceme gritar como puta.
-Así me gusta pendeja.
Terminó de desvestirse cuando se sacó el pantalón. Estaba con un bóxer negro con rayas blancas en los bordes. Se notaba que tenía la pija parada, quería sacárselo ya. El hizo el favor por mí, empezó a bajarlo despacio mientras miraba mi cara, lo sacó y su pito rebotó de abajo para arriba unas veces. Quise agarrarlo como por instinto pero me frenó con su mano agarrándome de la muñeca, lo miré como implorando que me dejara hacerlo.
-Primero se arranca por abajo, acariciame acá. - Puso mi mano en sus huevos, se los empecé a apretar y acariciar suavemente mirando sus reacciones.
-Uuff si, seguí así trola de mierda.
-Te gusta profe?
-Me encanta, tócame la pija.
Por fin había logrado lo que quería, agarre su pito con todas las ganas del mundo, empecé a mirarlo mas de cerca y a sentir su olor, era grueso y con bastantes venas, le salía algo de semen por la punta y no podía cerrar la mano, era mas grande de lo que me imaginaba. Lo pajeaba despacio y como la inexperta que era.
-Chúpalo.
-Yo nunc-
-Chúpalo dije.
Quise explicarle que nunca había hecho antes eso, pero me cortó y me obligó a hacerlo, eso me gustaba más. Empecé sacando mi lengua y chupando la punta, sentí el sabor del semen y después seguí con el resto del pito, me sentía una trola total, lo miraba a los ojos y el gemía más fuerte que antes, me digné a ponérmelo entero en la boca y tuve que abrirla demasiado para que pudiera entrar. Empecé a cabecear despacio y intentando de no rasparlo con mis dientes, Martina me había dicho que era importante en alguna conversación de sexo que tuvo conmigo. Empecé a subir el ritmo de a poco hasta que estaba haciéndolo bastante rápido, sentía que iba bien ya que él estaba gimiendo más y más.
-¿Quéres ir rápido no? Yo te voy a mostrar lo que es rápido.
Envolvió mi pelo con su mano haciendo un rodete improvisado, me agarró fuerte y empezó a empujar mi cabeza contra su pija, entraba y salía sin ningún tipo de delicadeza, me estaba cogiendo la boca como él quería, estaba atragantándome demasiado, quería salir y intentaba de ir para atrás agarrando sus piernas y empujándome. No me dejaba, estaba totalmente desesperado porque se la chupe sin parar y a su modo, mi concha estaba empapándose por eso, quería ser totalmente sumisa frente a él, quería ser su puta, su objeto sexual y que me trate como eso.
-Voy a acabar cerra los ojitos trola. - Me sacó rápidamente y agarro con su mano su pija, estaba apuntándome a mí.
-Dámela toda.
-Abrí la boquita.
Cerré los ojos y abrí la boca para él, empezó a acabarme en la frente, el pelo, los párpados, los cachetes, los labios y dentro de la boca. Abrí los ojos y sentí un gusto raro en la boca, y atiné a escupirlo inmediatamente.
-Trágatela. -Me dijo mientras me miraba.
No sabía que hacer, no me gustaba mucho pero tenía que hacerlo, necesitaba obedecerlo a él. Me la tragué toda sin quejarme.
-Así es como tenes que ser, mi puta.
-Si Tomi, soy tu puta.
Esa última frase cambió algo en su mirada y no solo en ella, también en su pito. Se volvió a parar de repente. Me levantó las caderas y me tiró a la cama, yo estaba cansada pero eso no le importó nada. Se apoyó en mi cuerpo, me besaba las tetas y me mordía los pezones, me acariciaba cerca de la concha y cada tanto me miraba a los ojos para ver mis reacciones. Yo me mordía los labios, revoleaba mis ojos y le agarraba el pelo fuerte. Empezó a darme besos bajando de a poco por mi panza, saltó el ombligo de un beso y se posicionó entre mis dos piernas, las abrió fuertemente y las levantó. Mis rodillas quedaron apuntando hacía arriba y yo estaba muy avergonzada. Me miraba la concha de muy cerca y eso me daba cosa. Empezó a besarme la parte de adentro de las piernas y yo estaba que volaba de calentura. Pasaba la lengua muy despacio y iba rozando todo alrededor.
-No aguanto más, chupamela Tomi.
-Es la única orden que voy a seguir tuya, porque tengo muchas ganas de hacerlo.
Sentí un placer que nunca había sentido en la vida, pasaba su lengua por mis labios vaginales despacio y cada tanto rozaba mi clítoris. Metió su lengua adentro de mi concha mientras con los dedos la abría para que entre más profunda, la sacudía de arriba abajo mientras estaba adentro mío. Sentí como un dedo entraba despacio y mis gemidos empezaron a aumentar su volumen, mientras me metía un dedo, me chupaba toda la concha y su lengua no paraba, yo estaba gritando a mas no poder, pidiéndole que me chupe más.
Llegué de nuevo a ese punto que esta semana estuve sintiendo bastante, me estaba por venir. Mis palabras no salían, el ya tenía dos dedos dentro mío y los movía rápido y sin parar mientras me chupaba el clítoris. Solo gemía y no podía decirle nada, quería comunicarle que estaba por venirme pero no me dejaba el placer. Me vine en su cara. Grité como una verdadera puta un segundo antes de venirme.
-Me vengo!
Pudo correr su cara un poco, pero su cuerpo recibió una cantidad grande de mi flujo mientras yo no paraba de temblar. El problema principal no fue que se manchó, el problema fue que se excitó. Yo estaba exhausta y no controlaba mi respiración, mi pecho estaba agitado y mis dos piernas temblaban mientras me retorcía del placer reciente. Se levantó y quise ver para donde iba. Pude registrar como sacó un preservativo de su pantalón que estaba en el piso. Me iba a coger.
-Espera profe, paremos un poco.
-No quiero. - Estaba decidido a cogerme, y yo quería eso, No dije nada y lo miré con miedo.
-¿Es tu primera vez?
-Si.
Se agarró el pito, abrió mis piernas un poco y empezó a acercarse hasta poder apoyarlo en mi concha, empezó a frotarlo de a poco, yo todavía goteaba flujo y temblaba un poco.
-Respira profundo y decime si te duele, voy a hacerlo despacio.
Se había calmado un poco pero se notaba que quería cogerme fuerte. Lo empezó a meter de a poco, estaba muy empapada y eso había hecho que la lubricación sea buena, me dolía pero no mucho. Su pito no para de entrar, el empujaba y nunca paraba, me estaba ardiendo mucho, pero era un dolor que me encantaba, miraba su cara de placer y sentía que me estaba por venir de nuevo.
-¿Te duele? Voy a moverme.
-Podes hacerlo más rápido profe. - Le puse ojos de putita y me miró con una cara de pervertido que me encantó.
Empezó a moverse de atrás para adelante y empujarme, sentía como mi cuerpo se movía de arriba abajo y mis piernas se sacudían, lo sentía entrar y salir más y más rápido. Estaba loca, seguía gimiendo como si me estuviesen matando, los vecinos podían escucharme si se pegaban a mi pared, estaba segura.
-Si profe seguí cogiéndome toda.
-Vas a tener que acostumbrarte porque esta semana voy a cogerte cuando y donde quiera, ¿Me escuchaste?
-Si profe quiero que me cojas todos los días.
Empezó "la recta final", me agarró de las piernas y las abrió para los costados, se levantó de la cama y me trajo hacía el borde mientras tenía su pija adentro mío, la altura de la cama encajaba perfecto para que el estuviese parado y pudiera cogerme sin problemas. Estaba adolorida y a nada de acabar, quería que él siga así terminaba eso rápido y podía descansar, pero también necesitaba que ese momento nunca termine, estaba sintiéndome como en el cielo.
-Estoy por acabar voy a moverme rápido. -Me dijo mientras se acomodaba y agarra fuerte mis piernas.
-Si dale termina, acabemos juntos profe.
Se movía desesperadamente, me cogía sin ningún tipo de afecto y amor hacía a mí, me trataba como un objeto, como algo que pudiera agarrar cuando el quisiera y eso me encantaba, yo gemía y le pedía que acabe conmigo. Sentía que estaba viniéndome y su pija palpitaba dentro de mi concha, se estaba por venir también.
-Aaahhh. - Los dos gemimos a la vez después de un silencio, habíamos acabado al mismo tiempo.
Se recostó sobre mi cuerpo, mis piernas cayeron por los bordes de la cama, estábamos agitados los dos y sin poder decir una palabra. Me miró, sonreímos los dos y nos besamos de nuevo.
Todo el amor y sexo se terminó de un segundo para otro.
Ringg, Ringg.
El timbre estaba sonando. Lo separé de mis labios y nos miramos asustados los dos.

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