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El profesor de Educación física 2.

Hola! Me presento. Soy Jazmín. Soy una escritora erótica. Comencé a hacer relatos en Poringa y en algunas otras páginas para poder generar un ingreso extra para pagar mis estudios. Sepan que acepto y recibo cualquier crítica sobre mis relatos, mientras sea constructiva y sin faltar el respeto, me gusta leerlos a ustedes también!
Recuerden poner 10 puntos! Es la única manera en la que más gente pueda conocerme!
Cualquier duda sobre como poder apoyar mis relatos al privado. Desde ya, muchas gracias y espero que les guste.

Apenas bajé la escalera corriendo con la mochila al hombro, decidida a salir rápido para el colegio, mi mamá me sorprendió en la puerta de casa con las llaves del auto en mano. ¿Por qué estaría sorprendida, no? Es porque ella nunca me lleva al colegio, siempre voy caminando ya que estoy cerca, inmediatamente me di cuenta de algo. Ella quería hablar conmigo de algo, y algo me decía que era por los fuertes ruidos de su hija adolescente en la noche anterior. Sin decir nada ninguna de las dos, nos subimos al auto.
-Hija, tenemos que hablar.
-Si ma, perd-
-Me voy de viaje con unas amigas.
Me quedé callada. No callada de sorpresa, callada de felicidad. Ya que mamá no me dijo nada ni siquiera insinuó nada de lo que había hecho el día anterior. Tuve que acomodar mis pensamientos para responder y no parecer una tonta o disconforme con su decisión.
-Bien ma, después de la separación con papá no te viene mal un viaje con las chicas. ¿A donde van?
-Nos vamos a unas Termas cercanas, 200km de casa mas o menos, 5 días.
-Que lindo! Espero que cuando termine el colegio me lleves también!!
Las dos soltamos una sonrisa, mamá había estado mal estos días que estuvo sola en casa.
-Te parece bien que me vaya? No te molesta quedarte sola? Confío en vos, lo sabes. Me gustaría darte la libertad que te mereces y también darme mi propio respiro de todo este asunto.
Estaba totalmente feliz de pasar 5 días en casa sola, nadie me iba a molestar, podía dormir siesta sin que los ruidos me molesten, y sobre todo, podía tocarme pensando en el profesor sin preocuparme por mis gemidos.
-Ma, tomate un respiro, vos misma sabes todo lo que estas pasando y apoyo que te distraigas de las cosas.
-Gracias hija, te quiero mucho.
Ya habíamos llegado al colegio.
-Yo también ma, bueno me bajo que ya estoy media apretada con el tiempo, cualquier cosita decime!
Apenas entré por la puerta estaba Martina hablando con un chico de 4to o 3er grado, no lo reconocía pero sabía que era dos o tres años menor que ella.
-Aléjate nene, tiene piojos.
-Que decís Jazmín! No ves que ahuyentas al chico, bueno después háblame por WhatsApp que seguimos la charla!
Nos fuimos y dejamos al pobre chico quieto como una estatua.
-Ahora sos una robacunas?
-El pibe estaba lindo y es bastante tímido, me cansé de que los mayores me boludeen.
-Lo que digas, había tarea?
-Ni idea, trajiste el papel de Educación Física?
Con todo lo que había pasado ayer, me lo olvidé encima de la mesa.
-No te la puedo creer, que estúpida soy. Lo dejé en la mesa cuando iba saliendo de casa.
-JAJAJAJA
-No te rías el profesor me va a retar.
-Que te va a retar? Y cual es el problema? Capaz que te castiga con el cinto, no? Te encantaría trolita.
-Estas loca Martina! Me voy a ver si puedo llamar a mamá para que me traiga el papel.
-Ayy mami al rescate! 18 años nena!
-Me caes malll, chauchiss.
Le dejé un mensaje a mamá pero no le llegaban, terminé por rendirme y llevar el papel la siguiente semana.
Al volver al salón estaban todos hablando y riendo, me senté con Martina y esperamos que llegara la profesora mientras veíamos TikToks.
-Buen día chicos. Como están?
Había llegado la profesora de química. La clase fue bastante aburrida, no me llamaba mucho la atención su materia. Hasta que entró él. Estaba hablando con mi compañero de atrás cuando sentí que alguien golpeó la puerta del aula. Era un pelo oscuro con una campera de cuero, estaba medio despeinado y apurado, como si hubiera estado corriendo.
-Hola profesora, hola chicos. Paso a llevarme la ficha médica que tenían que traer.
Revisé mi celular y mamá había leído el mensaje pero no contestó, supuse que no podía traerlo y estaba ocupada.
Todos se levantaron y fueron dejando los papeles en la primer mesa y cuando nadie más se levantó, Tomás agradeció y se fue. Pero algo dentro de mí me dijo que tenía que seguirlo, no me malpiensen, quería avisarle que yo no había traído el papel porque me lo había olvidado ya que salí apurada de casa y no pude contactar a mi mamá para ver si me lo podía traer, no quería hacerle perder el tiempo a él pensando por qué le faltaba una ficha médica.
-Que haces? - Me preguntó Martina.
-Voy a decirle al profe que me olvidé la ficha.
-Ayy sii, vaya por su Romeoo!!
-Habla despacio inepta, te odio.
-Jijiji
Me levanté y le pregunté a la profesora si podía avisarle a Tomás algo que me olvidé de decirle. Se negó. No sabía que hacer, no soy una persona de mentir, pero algo dentro de mí me llevo a hacerlo, no sé qué.
-Me olvidé de incluir una alergia en la ficha médica profe, mamá me envió un mensaje diciendo que se le pasó.
-Bueno pero no tardes y no des vueltas.
-Muchas gracias profe.
Salí al pasillo, no había visto para donde se había ido el profesor así que lo primero que hice fue pensar que estaba yendo hacía el gimnasio. Me fui acercando despacio al gimnasio hasta llegar a la puerta, una puerta de madera gigante que pesaba como una tonelada. Entré al gimnasio y no había un alma. Hay que recalcar que el gimnasio es extremadamente grande, entran unas 500 personas con diferencia de espacio entre ellos seguramente, mi colegio era bastante grande. Estaba decidida a buscarlo por otro lado cuando vi que la luz del cuarto de pelotas, raquetas, colchonetas y material de educación física se prendió.
-Ahí está el profe! -Dije en voz baja para mi.
Estaba yendo cuando vi que la puerta se cerró sola, era una puerta bastante vieja y hacía ruidos que te hacían doler los dientes cuando los escuchabas. Me acerqué lo suficiente como para escuchar ruidos de pelotas y alguien hablando adentro, pero no podía escuchar lo que decía. Cuando pude escuchar la voz del profesor Tomás me decidí a entrar, tenía miedo de abrir la puerta y encontrarme al conserje del colegio, a la persona de limpieza o a un fantasma que atormenta alumnos.
Empecé a abrir despacio la puerta y empezó su gran orquesta, cuando entré el profesor estaba de espaldas a mi pero girando su cabeza para descubrir quien habría la puerta que no era para nada silenciosa, estoy segura de que se asustó un poco.
Hubo un problema en el momento que nuestros ojos se cruzaron. No un problema de que alguien cayó, alguien dijo algo o hizo un gesto extraño. El problema fui yo, de repente recordé al profesor en boxer, a como estuve tocandome pensando en él, en su pito y lo mucho que quería tocarlo. Me quedé sin saber que decir, fue un segundo que nos miramos pero mis pensamientos lo estaban desnudando prenda por prenda.
-Hola, pasó algo?
-Ah si, perdón. Soy Jazmin de 6to grado "A". Recién paso a buscar las fichas médicas y quería decirle que me olvidé la mía. La dejé encima de la mesa de casa porque salí apurada y mi mamá no puede alcanzarmela.
-No molestes a tu mamá tranqui, pero tenemos un problema, la fecha en la que se supone que yo tengo que entregar las revisiones de las fichas es hoy, yo ahora terminaba de hacer el conteo de material acá y ya iba a ponerme a revisarlas.
-Uh, disculpe no quería molestarlo, voy a llamar a mi mamá para ver que puedo hacer.
No podía sostener la mirada en esos ojos verdes ni un segundo, estaba totalmente sonrojada y tímida, no se que me estaba pasando.
-Ya sé que podemos hacer, tengo una hoja de más en mi mochila. Está colgada en esa percha, en el bolsillo grande hay una, si recordás los datos podes escribirla ahora y problema solucionado.
-Uy bien entonces, permiso la reviso un segundo.
-Si, hace tranquila.
Cada segundo que pasaba en esa habitación vieja estaba torturando mi cerebro, sentía que me ponía cada vez mas roja, que estaba mas exaltada y con más ganas de verlo a él desnudo.
-Otra molestia, tenes una lapicera de mas profe?
-Decime Tomi.
Fue raro, no supe como responder. ¿Era normal llamar a un profesor por su nombre? O peor aún. ¿Llamarlo por su apodo? Me quedé atónita.
-Si acá tengo una justito, tomá.
Mientras los dos estábamos en silencio terminé de escribir la ficha completa y se la dejé en su mochila de nuevo.
-Bueno profe era eso, gracias por ayudarme y perdón de nuevo!
-Por nada, de hecho me ahorré tiempo yo - Sonrió y me enamoró. - Necesito que me ayudes con algo ya que estas acá.
Quería que lo ayude con algo? Mis pensamientos lujuriosos recordaron algún libro sexual que he leído y empecé a imaginarme cosas sin sentido.
-Necesito que me alcances las pelotas que están en el fondo del canasto e ir diciéndome cuantas hay.
Tenía que volver rápido al salón pero tampoco quería irme de ahí, primero por el favor que me hizo él y segundo por él.
-Bueno, de que canasto?
-El azul de allá.
El canasto estaba en una esquina y era un poco mas grande que yo, eso significaba que tenía que hacer malabares para alcanzar las pelotas que estaban en el fondo.
-Una, dos, tres... Diez, once. - Ya comenzaba a costarme alcanzar las que estaban mas abajo. - Doce, trece. Ahí me estiro y sigo pasándole profe.
Sentí una respiración leve que me dio una pequeña corriente en el cuerpo. Y además sentí una voz en mi oído.
-Te dije que me digas Tomi. - Me susurró suave al oído.
Pegué un salto y me di vuelta, para mi sorpresa estaba frente a mi, mirándome fijo a los ojos y sin decir nada. Tragué saliva y él se acerco a mi muy rápido, como si fuese a apretarme entre la canasta y su abdomen. Sí, su abdomen, porque mido 1.53 y él un aproximado de 1.85. Cuando estaba tan cerca mío que ya sentía su ropa rozarme, cerré los ojos y él estiró su brazo para agarrar una pelota.
-Catorce y quince, perfecto, terminamos.
No sabía que decir, estaba estática. ¿Quería que el me besara? Obvio. Pero no podía creer que el se haya acercado de esa manera, y tampoco podía creer que por un momento pensé que iba a besarme.
-Dale dale, entonces ya me voy. - mi voz estaba media agitada.
-Perdón si me acerque muy rápido, estaba molestándote por tu estatura no porque quería acercarme a vos, espero que no confundas las cosas.
-No profesor, jajaja lo entendí perfectamente no hay problema, quédese tranquilo.
Empecé a caminar para la salida sin querer mirar atrás, cuando agarre el picaporte viejo y gastado de la puerta, alguien detrás mío empujo la puerta dejándome media atrapada. Por la sombra y la mano que estaba apoyada en la puerta, además de que no había nadie mas en la habitación, tenía que ser Tomás.
-Te dije que me digas Tomi. -Otra vez susurró a mi oído.
Esta vez fue tan cerca que pude sentir su nariz rozando con la parte de arriba de mi oreja. Me asusté, pero mas me calenté. Giré la cabeza y él estaba mirándome fijamente sin decir nada, otra vez tragué saliva.
-Perdón Tomi.
-Me gustan las mujeres que me hacen caso. Vos también estas interesada en saber si estoy de novio?
Estaba muy interesada.
-No profe, esas son cos-
-Te dije que me digas Tomi! - Se me acerco tanto a la boca que pude sentir su aliento a chicle de menta.
-Perdón, esas son cosas que se le ocurren a mis compañeras para molestarlo, Tomi. -Mi "Tomi" fue tan tímido que parecía que era una niña de 5 años.
-Bueno, entonces para mi mejor alumna Jazmin, le voy a conceder el capricho de saber que no estoy de novio.
Me puse feliz, no voy a mentirlo. Pero toda la situación en la que estaba no podía permitirme sonreír. No porque me sintiese acosada por un profesor, sino porque me gustaba ser la sumisa y que él haga el papel de dominante. Me calentaba bastante tenerlo frente a mí, no paraba de mirarle sus labios y relamerme los míos, quería besarlo y ya.
-Bueno, pero ese no era un capricho mío ni nada, ni siquiera estaba intrigada. - Claro que estaba intrigada.
-No me mientas, seguro también viste mis fotos en boxer de las que andan hablando todas las chicas de tu curso, no?
Me quedé callada porque me sorprendió lo que dijo, pero mi silencio fue más que nada porque dio justo en el clavo.
-Por tu carita de nenita callada, supongo que es verdad. Que hiciste con esas fotos, te tocaste? Acabaste viéndome casi en bolas?
No sabía que decir la situación era irreal y todo lo que estaba pasando no tenía sentido para mí. Me gustaba? Sí. Pero no tenía sentido, un día antes estaba tocándome mientras lo veía semidesnudo y ahora estaba frente a él y tan cerca que podía besarlo si daba un paso hacia delante.
-No vi nada
-A mi no me podes mentir.
-De verdad le digo.
-Estas caliente? Te estas mojando?
No supe que decir, me quedé callada. Que este presionándome más y más me encantaba, quería seguir su juego de dominante, soñaba con que me obligue a hacer lo que él quisiera.
Se dio vuelta un segundo y supuse que todo estaba terminado y podía alejarme tranquilamente de ese infierno placentero y fingir demencia de que nada había pasado. Pero apenas moví un musculo volvió a girar hacía mí y me agarro la muñeca con fuerza. Me dolió un poco, pero lo que había de dolor había de placer.
-Te gusta esto? -Puso mi mano en su pecho.
-Esto está mal.
-Si, está mal. Esta manito linda tendría que ir mas abajo. - Empezó a bajar la mano hasta su abdomen.
Estaba que no sabía que hacer, no quería sacar la mano, quería seguir bajando y se notaba que él quería lo mismo. Llegué a rozar su cinturón cuando de repente se escuchó como la puerta del gimnasio se abría y una voz conocida que decía:
-Jazmin!! Estás por aca? Tu mamá te trajo la ficha médica!
-Si Martu tiene que estar ahí en él cuarto donde guardan las pelotas, esta la luz prendida. - Se escuchó claro la voz de Julián, mi compañero.
Inmediatamente nos soltamos con Tomás, nos miramos fijamente y fingimos que estábamos contando pelotas.
-Hola Jaz, estás aca?
-Si amiga, estoy ayudando al profesor. - La cara de sorpresa de Martina al vernos a los dos solos en ese cuarto fue notoria. - Ahh, bueno. Tu mamá te trajo la ficha médica.
-Justo el profesor tenía una de más sin rellenar y hice otra, así que da lo mismo.
-Ahh bueno, la profesora de química dijo que vuelvas rápido.
-Dale, vamos.
Martina salió primero y yo fui caminando detrás, cuando estaba por agarrar la manija de la puerta, me di vuelta para ver a Tomás a los ojos verdes hermosos que tenía y ver claramente su dedo apuntando hacía abajo. Cuando bajé un poco la mirada, pude ver que tenía el cinturón desabrochado y estaba con medio pantalón abajo. Pude verlo en boxer.



El profesor de Educación física 2.

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