Hola. Voy a escribir lo que tuvo que hacer mi señora por el silencio de la amiga, aunque ambos sabíamos que no tenía que hacerlo, pero ella estaba curiosa.
Y ahí fue mi flaquita con su carita de puta, tetitas chicas, cintura estrecha, sapo muy carnoso y ése culo muy apetecible acompañado de unas lindas gambas.
La amiga era una chica más grande edad, digamos unos 50 pirulos, petisas, con muy buenas curvas para lo veterana que era. Castaña, lindas tetas y un ojete de parar la pija. No la tenía como muy garchadora, pero me sorprendió y mucho.
El favor que le pidió a mi señora fue el de que le ayudara a garcharse a un par de pendejos que conoció. Según me contó mi señora, los peteó y quedó en cojerlos, pero ellos querían estar juntos. Lo estuvo aplazando hasta que la pescó a mi mujer. Y ahí se le ocurrió un cuarteto.
La cosa es que quedaron en ir a su casa y garchar. Cuando los pendejos vieron que no era una hembra apetitosa, sino dos, se enloquecieron. Pelaron un par de buenas pijas, duritas y aguantadoras, según mi mujer. Lo primero fue mamarlas por turnos, las dos. Mi mujer quería pija ya, así que no perdió tiempo y se lo llevó a uno al sofá y la amiga al otro al dormitorio. Mi mujer le puso el sapo pulposo en la cara al pendejo y lo hizo bañarse en acabadas hasta que no dió más y lo montó. Al rato de subir y bajar, recibió su primera lechada, bien adentro de la concha como le gusta. Bajó y se puso a mamar hasta que la dejó dura otra vez, a lo que ayudaba bastante los gemidos de la amiga siendo cojida en el dormitorio. Se notaba que la estaban clavando muy bien. Para el próximo polvo, se acostó en misionero y le abrió las piernas para que le cojiera el sapo con ganas. El pendejo se la enterraba con ganas y los huevos no entraban porque no había lugar. Después de unos 25 o 30 minutos de cojida, la llenó de leche en la concha otra vez y mientras descansaban apareció el amigo y le pidió cambiar de hembra y empezó a saborear la pija mojada con la acabada de su amiga. Este no perdió tiempo y empezó una clavada hasta el fondo de la concha por un buen rato hasta que tuvo otra lechada al fondo otra vez.
Ahí cambió de posición y la empezaron a lamer el culo de cuatro, hasta que sintió una buena clavada de concha, haciéndola gemir y pedir más pija, hasta que la sacó y la enterró en la boca, para que se tome toda la lechita.
Se fue al baño y cuando salía entraba su amiga muy sonriente, yendo ella al sofá, porque quería más pija y su machito le pidió el culo. La muy puta se lo dió en cuatro y gemía a los gritos cuando le enterró la pija de una y la clavó con muchas ganas. Al recibir la leche caliente adentro, se tiró boca abajo a descansar, pero no pasó mucho hasta que sintió una pija entrando en el culo de nuevo, así que se volvió a quejar y pedir pija al otro pendejo que era el que se la estaba clavando boca abajo.
Cuando recibió su leche, la llevaron al dormitorio para que vea como su amiga era cojida por los dos pendejos turnándose en cada agujero hasta que se la acabaron .
Ella pensó que ahí terminó todo, pero le dijeron que se las mame hasta que estaban otra vez listos y ahí fue ella la que recibió por partida doble las pijas de los pendejos y su doble ración de leche.
En fin, ella terminó llegando como a las 7 de la mañana, agotada y se bañó, se acostó y recién a la tarde cuando se despertó, me contó todo lo que pasó. Estaba feliz. Había recibido muchas leche y pija para unos días, jajajaja.
La próxima les cuento una en una reunión familiar.
Y ahí fue mi flaquita con su carita de puta, tetitas chicas, cintura estrecha, sapo muy carnoso y ése culo muy apetecible acompañado de unas lindas gambas.
La amiga era una chica más grande edad, digamos unos 50 pirulos, petisas, con muy buenas curvas para lo veterana que era. Castaña, lindas tetas y un ojete de parar la pija. No la tenía como muy garchadora, pero me sorprendió y mucho.
El favor que le pidió a mi señora fue el de que le ayudara a garcharse a un par de pendejos que conoció. Según me contó mi señora, los peteó y quedó en cojerlos, pero ellos querían estar juntos. Lo estuvo aplazando hasta que la pescó a mi mujer. Y ahí se le ocurrió un cuarteto.
La cosa es que quedaron en ir a su casa y garchar. Cuando los pendejos vieron que no era una hembra apetitosa, sino dos, se enloquecieron. Pelaron un par de buenas pijas, duritas y aguantadoras, según mi mujer. Lo primero fue mamarlas por turnos, las dos. Mi mujer quería pija ya, así que no perdió tiempo y se lo llevó a uno al sofá y la amiga al otro al dormitorio. Mi mujer le puso el sapo pulposo en la cara al pendejo y lo hizo bañarse en acabadas hasta que no dió más y lo montó. Al rato de subir y bajar, recibió su primera lechada, bien adentro de la concha como le gusta. Bajó y se puso a mamar hasta que la dejó dura otra vez, a lo que ayudaba bastante los gemidos de la amiga siendo cojida en el dormitorio. Se notaba que la estaban clavando muy bien. Para el próximo polvo, se acostó en misionero y le abrió las piernas para que le cojiera el sapo con ganas. El pendejo se la enterraba con ganas y los huevos no entraban porque no había lugar. Después de unos 25 o 30 minutos de cojida, la llenó de leche en la concha otra vez y mientras descansaban apareció el amigo y le pidió cambiar de hembra y empezó a saborear la pija mojada con la acabada de su amiga. Este no perdió tiempo y empezó una clavada hasta el fondo de la concha por un buen rato hasta que tuvo otra lechada al fondo otra vez.
Ahí cambió de posición y la empezaron a lamer el culo de cuatro, hasta que sintió una buena clavada de concha, haciéndola gemir y pedir más pija, hasta que la sacó y la enterró en la boca, para que se tome toda la lechita.
Se fue al baño y cuando salía entraba su amiga muy sonriente, yendo ella al sofá, porque quería más pija y su machito le pidió el culo. La muy puta se lo dió en cuatro y gemía a los gritos cuando le enterró la pija de una y la clavó con muchas ganas. Al recibir la leche caliente adentro, se tiró boca abajo a descansar, pero no pasó mucho hasta que sintió una pija entrando en el culo de nuevo, así que se volvió a quejar y pedir pija al otro pendejo que era el que se la estaba clavando boca abajo.
Cuando recibió su leche, la llevaron al dormitorio para que vea como su amiga era cojida por los dos pendejos turnándose en cada agujero hasta que se la acabaron .
Ella pensó que ahí terminó todo, pero le dijeron que se las mame hasta que estaban otra vez listos y ahí fue ella la que recibió por partida doble las pijas de los pendejos y su doble ración de leche.
En fin, ella terminó llegando como a las 7 de la mañana, agotada y se bañó, se acostó y recién a la tarde cuando se despertó, me contó todo lo que pasó. Estaba feliz. Había recibido muchas leche y pija para unos días, jajajaja.
La próxima les cuento una en una reunión familiar.
0 comentarios - Pagando el silencio.... jajaja