Una jovencita, practicamente vuelve a perder su virginidad en unas vacaciones en la cual, a partir de un pequeño incidente, empieza a conocer y aprender lo que es la sexualidad y sus placeres practicamente de 0.
3 buenos señores se ofrecen a enseñarle con mucho gusto.
Hola a todos: mi nombre es Elizabeth, de ahora en adelante seré Eli. Tengo 22 años. Desde hace un tiempo me la paso leyendo los relatos de muchos de ustedes. Con ellos he aprendido e imaginado cosas. Entonces decidí intentar escribir mis propias historias. Le he hecho y ahora quiero compartirlas con todos ustedes, para que igual que yo, aprendan, imaginen y disfruten como yo con las de ustedes. Gracias por leerlas y me encantaría escribirme con quienes les guste mis relatos. elizabethx69@hotmail.com
Mi despertar sexual en la isla de las tres vergas
Está historia logró que a mis 20 años, mi vida cambiara cantidades. Lo digo así porque a pesar de ser una chica moderna y fresca, nunca me di a los placeres del sexo, ni participe en excesos sexuales antes de los que les contare en seguida. Tuve varios novios desde los 17. Prácticamente, tuve mi primera relación con un hombre a los 19. Se que para algunos es una edad tardía para perder la virginidad, pero así era yo. Después tuve varios novios y con todos tuve sexo, pero nada extraño, hasta que decidí ir con mis padres a una isla del caribe a pasar vacaciones...
Aquella era una noche muy linda. Repleta de estrellas, pero sin luna. Deje a mis padres en medio del concierto de regué cerca al hotel. Me fui a caminar un rato por la isla. Lo hice convencida de disfrutar del paisaje y el clima. Soy delgada, de piel canela, cabello negro- lo llevaba en trenzas- , tengo senos grandes debido a mi trabajo en el gimnasio y piernas delgadas pero torneadas, tengo ojos miel, y la verdad, me gusto mucho!; aquella noche llevaba puesto una falda de tela hindú larga y un top a modo de bikini. Las trenzas iban a ambos lados de mi cabeza. Camine durante un buen rato. Lo hice por la calle de los hoteles, donde había mucha rumba. Algunos chicos me decían cosas al pasar. Pase al lado de la playa y camine por el borde durante varios minutos. Encontré un tronco desde donde podía divisar el paisaje del mar y las estrellas. Me senté. Hacía una brisa encantadora. Estando ahí unos minutos. Pasó una pareja que se sentó a unos metros de mi. Estaban un poco borrachos. Empezaron a hacer el amor. Yo me puse muy incomoda ante los gemidos y sonidos. Quise irme pero justo en ese momento, la chica se quejo y salió corriendo del lugar. La vi perderse por entre las calles que estaban a lo lejos. Me asusto ver como se marchaba, y mucho más cuando el hombre se me acercó. - - ¿Porqué las mujeres son así? - me pregunto mientras se abrochaba el pantalón. Yo me quedé petrificada. - - ¿No me escucho?... Your espeak hispanish or Inglish?- - - Hablo español... ¿Cómo me dijo?- - - ¿por qué ustedes las mujeres son así?- - - No le entiendo.- - - Pues dicen una cosa y hacen otra. Mire a Vanesa. La conocí hace unas horas, nos tomamos unos tragos, me contó de sus fracasos amorosos, me pidió que viniéramos acá y acaba de salir corriendo porque la empecé a tocar...- me decía mientras prendía un cigarro. Mientras lo hacía pude verlo detenidamente. Tendría unos 35 años. Era trigueño. Muy acuerpado. Alto. Llevaba un short de cierre y botones, una camiseta de marca y botas caras de deporte. - - No se- le respondí- tal vez lo invito a mirar el paisaje y usted se propaso...-
Se sonrió. Dio un vistazo al paisaje. - - si es de lo más encantador. Pero ella no me invito hasta acá precisamente a ver las estrellas, a no ser a que yo le hiciera ver estrellas... - se río. Yo lo iba a hacer pero me contuve. - - ¿Y le gusta ver las estrellas o "ver estrellas"?- me pregunto dándole una chupada a su cigarro. Yo me sentí incomoda e intente levantarme para irme. - - ¿Ya se va?... - - Si, creo que ya es tarde- - - ¿No me va a contestar? - - Creo que no...- me levante y empecé a caminar. - - Debería contestar la pregunta educada de un caballero!- me grito. Yo detuve la huida. Gire y le di una sonrisa. Regrese hasta donde estaba parado el hombre. - - Me encanta ver las estrellas, de una u otra forma... ¿Ok?- - - Veo que es usted una niña educada... me encanta una mujer educada- el tipo hablaba con una tranquilidad pasmosa. Daba caladas a su cigarrillo y me miraba a los ojos. - - Gracias, por lo de educada. Ahora con su permiso debo regresar.- Boto su cigarro a un lado. Me dio una mirada de arriba a bajo que fue como si me desnudara. Me recorrió centímetro a centímetro con sus ojos. - - ¿Se tiene que ir de verdad?- Dude en contestar. - - La verdad es que no me tengo que ir, pero creo que sería la mejor idea...- - - Eso es exactamente lo que le pregunte al principio: ¿Por qué ustedes las mujeres son así?- - - No le entiendo.- - - Usted me entiende bien. Sabe que aquí puede pasar cualquier cosa. Cosas que ustedes se están imaginando, pero a la hora de afrontarlas se marchan... ¿Cierto o no?-
Lo quede mirando. Le hice una mueca de indiferencia y quise responderle, pero algo me detuvo. Lo mire detenidamente. Me gustaba aquél tipo. Con su piel dorada por el sol y las piernas fuertes, además de su mirada escrutadora y sexual. - - ¿Señorita?... ¿Me escucho?- me dijo sacándome de mis pensamientos. - - Si, si le escuche... discúlpeme es que estaba pensando en...- - - En cómo seria una hora de sexo conmigo- me interrumpió con esa frase. Lo mire con rabia. - - Yo se lo que piensa una mujer como usted a estas horas de la noche. Se que debe estar sola en esta isla, porque a esta hora y en compañía es para estar recibiendo una buena tunda de verga en una cómoda habitación de hotel.- Me quede de una sola pieza. El tipo prendió un nuevo cigarro. - - Además está usted lo suficientemente deliciosa con ese vestido, esas trenzas, y ese cuerpo. Para andar sola en una playa en esta isla. Y si está sola, pensara en todas las posibilidades de sexo. Las cuales no ha podido satisfacer por miedo, por timidez o por que ningún hombre se las insinuado. Y no debe de faltar el mesero, turista o vendedor que le halla dicho alguna porquería en la calle. ¿cierto? Y por favor respóndame.-
yo estaba abrumada con el "sicólogo" que tenía en frente. Había adivinado todos mis sentimientos en aquella isla. Lo mire. Me le acerque lo suficiente para quitarle el cigarro y dar una absorbida. - - La verdad... si estoy sola; con mis padres de vacaciones; tiene usted razón, van más de una decena de hombres que me han dicho cosas mientras paso. Y tiene razón en decir que a esta hora debería de estar en una buena cama recibiendo lo que tanto deseo.- El me miro y me quito el cigarro. Dio una absorbida. Lo tiro. - - A la falta de una cama, buena es la arena.-
Me tomo de la cintura y me beso con fuerza. Yo le respondí. El me tocaba mis piernas y nalgas. Yo comencé a tocarle esos brazos enormes que tenía. Levantó el bikini y toco mis tetas enormes ante la excitación. Yo estaba en otro mundo!. Me tiro sobre la arena besando mis senos como si fueran las últimas de su vida. Metió la mano entre mi falda y enterró sus dedos en mi coño mojado hasta más no poder. - - Esta bien mojadita usted señorita.-
Se lamió los dedos saboreándolos. Eso me puso a mil. Le quite la camiseta tocándole su pecho fuerte. De inmediato pude ver la tremenda erección bajo su pantalón. Lo desabroche y quede atónita con lo que vi: un pene gigantesco. Sus dimensiones me asustaron. Le quite el short de una. Él a su vez estaba levantándome la falda y sacando mis interiores. Todo fue muy rápido y apasionado. Ya estaba tirada en la arena con la verga de aquél tipo atravezandome mientras se apoyaba en mis piernas abiertas. Daba empollones fuertes. Yo no paraba de gemir y tocarle sus piernas. - - ¿Esto es lo que tanto deseabas desde que llegaste? Ya era hora que te la metieran...- me decía el hombre mientras me follaba con todas sus fuerzas... - - Nisiquiera se tu nombre y ya te estoy penetrando ¿Será que sos una puta?...-
yo no quería responder. Estaba totalmente concentrada en tener un orgasmo para ponerme a hablar. - - ¿Te quedaste muda?. Pues entonces no vas a hablar nunca después de lo que te voy a hacer...-
sin sacarme la verga, puso sus piernas a un lado de mis caderas y se sentó sobre ellas. Así su verga me martillaba. Ya no podía de la excitación. Comenzó a clavarme su pene y lo sentía hasta el útero. Aquella ración de sexo nunca la había tenido ni imaginado. Mi orgasmo estaba a la vuela de un vergaso más. - - Métemelo todo, dámelo, dámelo...- comencé a hablar casi gritando. - - No se me quedo muda. Que bueno.- entonces se levanto. Yo estaba que moría. - - No te detengas ahora...- le dije con una cara de lujuria que él mismo vio. - - Tranquila mi niña que ya continuo.
Se agachó y me volteo. Quedé en cuatro. Sentí que intentaba darme por mi trasero y de una me senté. - - No yo no le hecho nunca por ahí...- - - Mejor aun. Hasta ahora no he desvirgado a ninguna en la playa...- lo dijo con una sonrisa enorme. Me hizo ponerme en cuatro de nuevo. Yo estaba muy asustada. Así que el hombre comenzó a besar mi orificio y a tocar mi espalda y senos. Pronto estuve muy excitada. Él continuo con el tratamiento mientras me iba acercando su voluminoso miembro. De pronto lo sentí en la entrada. Chille. Él paro. Se lleno de saliva el pene y volvió a meterlo. Está vez entro la punta. - - ¿Te dolió la puntica? - - No mucho...-
Entonces avanzo. Lo fue metiendo de a poco hasta que estuvo dentro. yo sentía de todo. Y fue allí cuando empezó a meter y sacar su verga. Me atravesaba con fuerza. Me tomo de las caderas y me halaba hacía su pene. Con sus bolas me golpeaba los labios. Empezó a gemir de lo bien que se sentía. Yo estaba en la gloria sintiendo aquella verga dentro. - - ¿Te imaginaste esta tunda en tus vacaciones?- - - No, no...- - - Pues ahora está en vivo y en directo.-
Me perforaba más y más con su pene enorme hasta que sentí todo su líquido llenándome por dentro de mi culito ex virgen. Dio un grito de satisfacción al venirse dentro mío. - - Que ricura amor...-
saco su monstruo de mi cueva y me miro con lujuria. - - ¿Te gusto?-
le dije si con la cabeza. Entonces vi como su pene se volvía a poner enorme. - - Todavía no acabamos señorita.-
Se me acerco y me brindo su verga. Yo, que estaba arrodillada. Me la metí en la boca y comencé a mamarle, de una forma que nunca había imaginado. Él estaba feliz. Después de un rato se vino sobre mi rostro. Nos acostamos en la arena desnudos durante un buen rato. Hablamos de muchas cosas. Nos metimos al mar y nadamos un rato y antes de irme, volvió a follarme, esta vez dentro del agua. Fue una experiencia magnifica.
Al siguiente día amanecí feliz. Mis padres estaban convencidos de que me la había pasado en le concierto divirtiéndome hasta muy tarde. Eso me puso muy cachonda. Mi hombre de 35, me dio su número de habitación de hotel para que fuera en la tarde. Invente una disculpa y me fui para allá. Hasta ese momento no había penado ni un minuto en lo que ha había sido mi vida sexual hasta ese momento. Ahora si lo pienso: definitivamente nunca había tenido sexo con un hombre como aquél, nunca me había metido con un tipo que no conociera y menos haber sido desvirgada por mi trasero como lo hizo él. No sabía su nombre pero recordaba sus manos por todo mi cuerpo, su pene dentro de mi y su voz de hombre mayor diciéndome qué hacer. Desde esa noche decidí que aquello era lo que buscaba. No me importaba si encontraba un novio o no, que me lo hiciera así, lo que quería era sentirlo de esa forma.
Toque a la puerta y me abrió. De inmediato me beso. Llevaba un boxer y nada más. Ahora de día, podía ver su cuerpo bien formado. Grueso y atlético. Yo iba con una mini muy alta y blusa corta, además de sandalias altas. Me tiro en la cama y comenzó a besarme. - - Esta tarde vas a conocer todo de lo que te has perdido estos años. Te voy a poner en orden con nuestros tiempos.-
Sin más me quito la ropa. Me sentó en la cama y me ofreció su pene. Se lo chupe con todo el gusto del mundo. Al rato me detuvo. Se agacho y me dio una chupada en mi coño, como nunca me la habían dado. Tuve varios orgasmos al tiempo. Me monto después. Me folló con total furia. Está vez, no paraba de verme con mis piernas abiertas y mis tetas moviéndose al ritmo de sus empollones. Paro y me hizo cabalgar sobre su maravilloso pene. Quiso parar pero yo no quería. Entonces de castigo me puso en cuatro y me penetro con furia. Me estaba enculando hermosamente cuando alguien entro al cuarto. Yo me quede paralizada al ver a dos hombres entrar al cuarto. Ambos miraron el cuadro: mi hombre de 35 atravesándole el culo a una chica puesta en cuatro. los hombres entraron. - - Que pena viejo. No sabíamos que estabas ocupadito.
Mi hombre, con la verga metida en mi culo, los saludo de mano. Yo intente quitarme pero el me apretó contra su cuerpo para que no me moviera. - - Tranquila que estos son amigos y están acá para ayudarte a ponerte a corde con los tiempos. ¿Cierto muchachos?- - - Claro mi niña...- me dijo el primero, un hombre blanco de unos 45 años, delgado. Estaba sin camisa y podía verle un tatuaje de serpiente en el pecho. El otro apenas si me miraba con lujuria. Era un negro delgado, pero fornido. Tenía el pelo en trenzas. - - Mira, estos señores y yo te vamos a enseñar cantidad de cosas, así que se buena y dejarte enseñar.-
Me dijo mi hombre de 35 mientras comenzaba a meter y sacar su verga de nuevo. Yo no dejaba de ver a los dos hombres mientras se iban quitando la ropa, sin dejar de mirar la escena. Cuando los dos estaban desnudos y con sus penes elevándose como fuegos, mi hombre me sacó la verga. - - Mira él es Arturo, y este negro es Mohad. Entre los tres te vamos a follar esta tarde. ¿Ok? No te asustes. Solo disfruta. Anoche me dijiste todo sobre tus fracasos y que conmigo sentiste la gloria, pues bien. Ahora vas a sentir tres glorias.!-
Entonces Arturo el del tatuaje se puso enfrente mío, ofreciéndome su verga larga como él. Yo la hice a un lado. Me tomo del cabello y metió su pene en mi boca. Me halaba y me hacía mamarle la verga. Yo comencé a hacerlo. Era excitante ver como ese músculo crecía más y más dentro de mi boca. Le di una mamada como a mi hombre de 35. Arturo esta poniéndose caliente. Entonces el negro se me puso por atrás. Hizo que Arturo parara para meterme su verga en mi culo. Lo hizo de un empujón. La verga de Mohad era tan grande como la de mi hombre, pero más gruesa. Me tomo de las caderas y daba embates brutales. - - ¿Te gusta?- me preguntó mi hombre. Yo no podía responder con la verga de Arturo en mi boca. El del tatuaje no paraba de sostener mi cabeza. - - Eso re puta, seguí mamando que para eso estás acá... con que muy tímida... acá te quitamos eso... eso, eso, así, así...- - - ¡Que culo tan delicioso te conseguiste!- decía el negro mientras me penetraba.
Pronto los dos hombres detuvieron la marcha. Cambiaron de puestos. Arturo se puso encima mío y comenzó a follarme. Mi hombre y Mohad se sirvieron sendos tragos y apreciaban la escena. Solo veía el tatuaje que me pasaba por la cara, pues Arturo era muy alto. Me estaba dando con todo lo que tenía. Su verga era larguisima. Paro y se acomodó mejor. Me tomo de los tobillos levantándolos. Entonces empezó a meter y sacar su verga. Estaba feliz mirándome la cara de lujuria mientras me penetraba con suavidad. Entonces paro. - - Esta puta está muy rica. Dale negro.-
Mohad se me vino encima y me penetro de inmediato. El negro me estaba atravesando con su vara a todo tren. Se apoyaba de mis senos para darme con todo. Después de un rato paro. Hizo que me le montara y lo cabalgara, así lo hice. En un segundo, Arturo estuvo encima mío y me la hundió en el culo. Allí estaba yo, que nunca había pasado de una posición sexual, a estar penetrada por dos enormes vergas que se movían a un ritmo violentisimo. Pronto me vine en varias ocasiones. El dúo dinámico cambio de lugares. Ahora era la verga de Mohad la que me martillaba el culo. Amos se vinieron casi al tiempo dentro mío. Se levantaron. Yo quise ir al baño. Mi hombre me llevo y se paro frente a mi. - - ¿Te gusta, o les digo que se vallan?- - - ¿Tu crees que sabes todo lo que quiero?... ¡esto puede llamarse violación!
Le dije enojada. - - ¿Violación? Pero si vi tu cara mientras te perforaban dos vergas!, estás en la gloria!-
orine y me metí en la ducha. Me lave toda. La leche de los dos hombres me corría por las piernas. Salí a buscar mi ropa. Allí estaban los tres con las vergas arriba. - - Usted todavía no se va. Todavía hay mucha leche para usted.- me dijo el del tatuaje. Intente irme del cuarto, pero el negro me detuvo. Me agarro por la cintura y me tiro a la cama. - - Basta, basta, ya no quiero más... por favor...- les supliqué llorando. Arturo vino hasta mi. - - No llores bebe, no se trata de obligarte a nada. Sólo que aún tenemos un par de polvos para ti antes que vuelvas a tu ciudad. Si no quieres pues, nosotros nos vamos.- el hombre me hablo con una sinceridad enorme. Lo leí en sus ojos. Empezó a acariciarme y a tocarme el rostro. Me seco las lagrimas con su lengua. Yo le tome la verga y empecé a masturbarlo. Se sentó a mi lado mientras se lo pajeaba. Me incline un poco y me lo metí a la boca. Se lo chupe con ganas. Él me tomaba de la cabeza y me hablaba. - - Así mi niña, así, muy bien, muy bien... allá tal vez no encuentres otra verga así... eso, eso...-
Mohad se me acercó también y me ofreció su verga. Yo lo mire y empece a masturbarlo también. Mi hombre llego hasta nosotros y me metí su pene en la boca. Los pajee a ambos mientras se la chupaba a mi hombre. Estaba feliz. - - Quiero que me la metan ahora mismo.
Arturo me puso en cuatro y me la metió hasta el útero. Mientras se la mamaba a Mohad y le hacía la paja a mi hombre. Me monté después en la verga de Mohad mientras se la chupaba a mi hombre y le hacía la paja al del tatuaje. Estaban por eyacular los tres cuando pare de moverme. - - Quiero que me follen y se vengan. Cada uno en un turno. Quiero estar llena de leche antes de irme de esta isla!-
Los tres pusieron una cara de excitación tremenda. Y empezó Mohad. Me folló con ganas y se vino en poco tiempo. Arturo me puso en cuatro y se dio un banquete con mi culo. No dejaba de darme nalgadas. Después fue mi hombre. Me folló por delante, por detrás, con una rabia impresionante. En momentos estuve a punto de desmayarme de la tremenda excitación y de los orgasmos múltiples gracias a su poderosa verga. Cuando estaba a punto de lanzar su leche. Se detuvo se puso sobre mi y se hizo la paja frente a mi cara. Tirándome su semen por todas partes. Los otros dos hombres que miraron la follada de película ya estaban pajeándose, entonces se montaron a la cama y me bañaron de semen por todas partes.
Fui al baño. Despedí de cada uno con un beso. A mi hombre de 35 le dije : "gracias por estos dos días, nunca los olvidare. Ni a esa verga enorme tampoco."
Salí de su cuarto y me fui al hotel. Esa noche volvíamos a mi ciudad. Desde aquél viaje maravilloso comprendí que el sexo era una de las partes vitales de la existencia humana; ¡sobre todo de la mía! Inicie así una búsqueda por los placeres del sexo que espero continuar para lograr todas mis metas a todos los niveles. De esta forma los dejo, esperando que lean otras de mis historias. Donde me doy entera a sentir todo lo que el sexo me de y yo pueda dar.
3 buenos señores se ofrecen a enseñarle con mucho gusto.
Hola a todos: mi nombre es Elizabeth, de ahora en adelante seré Eli. Tengo 22 años. Desde hace un tiempo me la paso leyendo los relatos de muchos de ustedes. Con ellos he aprendido e imaginado cosas. Entonces decidí intentar escribir mis propias historias. Le he hecho y ahora quiero compartirlas con todos ustedes, para que igual que yo, aprendan, imaginen y disfruten como yo con las de ustedes. Gracias por leerlas y me encantaría escribirme con quienes les guste mis relatos. elizabethx69@hotmail.com
Mi despertar sexual en la isla de las tres vergas
Está historia logró que a mis 20 años, mi vida cambiara cantidades. Lo digo así porque a pesar de ser una chica moderna y fresca, nunca me di a los placeres del sexo, ni participe en excesos sexuales antes de los que les contare en seguida. Tuve varios novios desde los 17. Prácticamente, tuve mi primera relación con un hombre a los 19. Se que para algunos es una edad tardía para perder la virginidad, pero así era yo. Después tuve varios novios y con todos tuve sexo, pero nada extraño, hasta que decidí ir con mis padres a una isla del caribe a pasar vacaciones...
Aquella era una noche muy linda. Repleta de estrellas, pero sin luna. Deje a mis padres en medio del concierto de regué cerca al hotel. Me fui a caminar un rato por la isla. Lo hice convencida de disfrutar del paisaje y el clima. Soy delgada, de piel canela, cabello negro- lo llevaba en trenzas- , tengo senos grandes debido a mi trabajo en el gimnasio y piernas delgadas pero torneadas, tengo ojos miel, y la verdad, me gusto mucho!; aquella noche llevaba puesto una falda de tela hindú larga y un top a modo de bikini. Las trenzas iban a ambos lados de mi cabeza. Camine durante un buen rato. Lo hice por la calle de los hoteles, donde había mucha rumba. Algunos chicos me decían cosas al pasar. Pase al lado de la playa y camine por el borde durante varios minutos. Encontré un tronco desde donde podía divisar el paisaje del mar y las estrellas. Me senté. Hacía una brisa encantadora. Estando ahí unos minutos. Pasó una pareja que se sentó a unos metros de mi. Estaban un poco borrachos. Empezaron a hacer el amor. Yo me puse muy incomoda ante los gemidos y sonidos. Quise irme pero justo en ese momento, la chica se quejo y salió corriendo del lugar. La vi perderse por entre las calles que estaban a lo lejos. Me asusto ver como se marchaba, y mucho más cuando el hombre se me acercó. - - ¿Porqué las mujeres son así? - me pregunto mientras se abrochaba el pantalón. Yo me quedé petrificada. - - ¿No me escucho?... Your espeak hispanish or Inglish?- - - Hablo español... ¿Cómo me dijo?- - - ¿por qué ustedes las mujeres son así?- - - No le entiendo.- - - Pues dicen una cosa y hacen otra. Mire a Vanesa. La conocí hace unas horas, nos tomamos unos tragos, me contó de sus fracasos amorosos, me pidió que viniéramos acá y acaba de salir corriendo porque la empecé a tocar...- me decía mientras prendía un cigarro. Mientras lo hacía pude verlo detenidamente. Tendría unos 35 años. Era trigueño. Muy acuerpado. Alto. Llevaba un short de cierre y botones, una camiseta de marca y botas caras de deporte. - - No se- le respondí- tal vez lo invito a mirar el paisaje y usted se propaso...-
Se sonrió. Dio un vistazo al paisaje. - - si es de lo más encantador. Pero ella no me invito hasta acá precisamente a ver las estrellas, a no ser a que yo le hiciera ver estrellas... - se río. Yo lo iba a hacer pero me contuve. - - ¿Y le gusta ver las estrellas o "ver estrellas"?- me pregunto dándole una chupada a su cigarro. Yo me sentí incomoda e intente levantarme para irme. - - ¿Ya se va?... - - Si, creo que ya es tarde- - - ¿No me va a contestar? - - Creo que no...- me levante y empecé a caminar. - - Debería contestar la pregunta educada de un caballero!- me grito. Yo detuve la huida. Gire y le di una sonrisa. Regrese hasta donde estaba parado el hombre. - - Me encanta ver las estrellas, de una u otra forma... ¿Ok?- - - Veo que es usted una niña educada... me encanta una mujer educada- el tipo hablaba con una tranquilidad pasmosa. Daba caladas a su cigarrillo y me miraba a los ojos. - - Gracias, por lo de educada. Ahora con su permiso debo regresar.- Boto su cigarro a un lado. Me dio una mirada de arriba a bajo que fue como si me desnudara. Me recorrió centímetro a centímetro con sus ojos. - - ¿Se tiene que ir de verdad?- Dude en contestar. - - La verdad es que no me tengo que ir, pero creo que sería la mejor idea...- - - Eso es exactamente lo que le pregunte al principio: ¿Por qué ustedes las mujeres son así?- - - No le entiendo.- - - Usted me entiende bien. Sabe que aquí puede pasar cualquier cosa. Cosas que ustedes se están imaginando, pero a la hora de afrontarlas se marchan... ¿Cierto o no?-
Lo quede mirando. Le hice una mueca de indiferencia y quise responderle, pero algo me detuvo. Lo mire detenidamente. Me gustaba aquél tipo. Con su piel dorada por el sol y las piernas fuertes, además de su mirada escrutadora y sexual. - - ¿Señorita?... ¿Me escucho?- me dijo sacándome de mis pensamientos. - - Si, si le escuche... discúlpeme es que estaba pensando en...- - - En cómo seria una hora de sexo conmigo- me interrumpió con esa frase. Lo mire con rabia. - - Yo se lo que piensa una mujer como usted a estas horas de la noche. Se que debe estar sola en esta isla, porque a esta hora y en compañía es para estar recibiendo una buena tunda de verga en una cómoda habitación de hotel.- Me quede de una sola pieza. El tipo prendió un nuevo cigarro. - - Además está usted lo suficientemente deliciosa con ese vestido, esas trenzas, y ese cuerpo. Para andar sola en una playa en esta isla. Y si está sola, pensara en todas las posibilidades de sexo. Las cuales no ha podido satisfacer por miedo, por timidez o por que ningún hombre se las insinuado. Y no debe de faltar el mesero, turista o vendedor que le halla dicho alguna porquería en la calle. ¿cierto? Y por favor respóndame.-
yo estaba abrumada con el "sicólogo" que tenía en frente. Había adivinado todos mis sentimientos en aquella isla. Lo mire. Me le acerque lo suficiente para quitarle el cigarro y dar una absorbida. - - La verdad... si estoy sola; con mis padres de vacaciones; tiene usted razón, van más de una decena de hombres que me han dicho cosas mientras paso. Y tiene razón en decir que a esta hora debería de estar en una buena cama recibiendo lo que tanto deseo.- El me miro y me quito el cigarro. Dio una absorbida. Lo tiro. - - A la falta de una cama, buena es la arena.-
Me tomo de la cintura y me beso con fuerza. Yo le respondí. El me tocaba mis piernas y nalgas. Yo comencé a tocarle esos brazos enormes que tenía. Levantó el bikini y toco mis tetas enormes ante la excitación. Yo estaba en otro mundo!. Me tiro sobre la arena besando mis senos como si fueran las últimas de su vida. Metió la mano entre mi falda y enterró sus dedos en mi coño mojado hasta más no poder. - - Esta bien mojadita usted señorita.-
Se lamió los dedos saboreándolos. Eso me puso a mil. Le quite la camiseta tocándole su pecho fuerte. De inmediato pude ver la tremenda erección bajo su pantalón. Lo desabroche y quede atónita con lo que vi: un pene gigantesco. Sus dimensiones me asustaron. Le quite el short de una. Él a su vez estaba levantándome la falda y sacando mis interiores. Todo fue muy rápido y apasionado. Ya estaba tirada en la arena con la verga de aquél tipo atravezandome mientras se apoyaba en mis piernas abiertas. Daba empollones fuertes. Yo no paraba de gemir y tocarle sus piernas. - - ¿Esto es lo que tanto deseabas desde que llegaste? Ya era hora que te la metieran...- me decía el hombre mientras me follaba con todas sus fuerzas... - - Nisiquiera se tu nombre y ya te estoy penetrando ¿Será que sos una puta?...-
yo no quería responder. Estaba totalmente concentrada en tener un orgasmo para ponerme a hablar. - - ¿Te quedaste muda?. Pues entonces no vas a hablar nunca después de lo que te voy a hacer...-
sin sacarme la verga, puso sus piernas a un lado de mis caderas y se sentó sobre ellas. Así su verga me martillaba. Ya no podía de la excitación. Comenzó a clavarme su pene y lo sentía hasta el útero. Aquella ración de sexo nunca la había tenido ni imaginado. Mi orgasmo estaba a la vuela de un vergaso más. - - Métemelo todo, dámelo, dámelo...- comencé a hablar casi gritando. - - No se me quedo muda. Que bueno.- entonces se levanto. Yo estaba que moría. - - No te detengas ahora...- le dije con una cara de lujuria que él mismo vio. - - Tranquila mi niña que ya continuo.
Se agachó y me volteo. Quedé en cuatro. Sentí que intentaba darme por mi trasero y de una me senté. - - No yo no le hecho nunca por ahí...- - - Mejor aun. Hasta ahora no he desvirgado a ninguna en la playa...- lo dijo con una sonrisa enorme. Me hizo ponerme en cuatro de nuevo. Yo estaba muy asustada. Así que el hombre comenzó a besar mi orificio y a tocar mi espalda y senos. Pronto estuve muy excitada. Él continuo con el tratamiento mientras me iba acercando su voluminoso miembro. De pronto lo sentí en la entrada. Chille. Él paro. Se lleno de saliva el pene y volvió a meterlo. Está vez entro la punta. - - ¿Te dolió la puntica? - - No mucho...-
Entonces avanzo. Lo fue metiendo de a poco hasta que estuvo dentro. yo sentía de todo. Y fue allí cuando empezó a meter y sacar su verga. Me atravesaba con fuerza. Me tomo de las caderas y me halaba hacía su pene. Con sus bolas me golpeaba los labios. Empezó a gemir de lo bien que se sentía. Yo estaba en la gloria sintiendo aquella verga dentro. - - ¿Te imaginaste esta tunda en tus vacaciones?- - - No, no...- - - Pues ahora está en vivo y en directo.-
Me perforaba más y más con su pene enorme hasta que sentí todo su líquido llenándome por dentro de mi culito ex virgen. Dio un grito de satisfacción al venirse dentro mío. - - Que ricura amor...-
saco su monstruo de mi cueva y me miro con lujuria. - - ¿Te gusto?-
le dije si con la cabeza. Entonces vi como su pene se volvía a poner enorme. - - Todavía no acabamos señorita.-
Se me acerco y me brindo su verga. Yo, que estaba arrodillada. Me la metí en la boca y comencé a mamarle, de una forma que nunca había imaginado. Él estaba feliz. Después de un rato se vino sobre mi rostro. Nos acostamos en la arena desnudos durante un buen rato. Hablamos de muchas cosas. Nos metimos al mar y nadamos un rato y antes de irme, volvió a follarme, esta vez dentro del agua. Fue una experiencia magnifica.
Al siguiente día amanecí feliz. Mis padres estaban convencidos de que me la había pasado en le concierto divirtiéndome hasta muy tarde. Eso me puso muy cachonda. Mi hombre de 35, me dio su número de habitación de hotel para que fuera en la tarde. Invente una disculpa y me fui para allá. Hasta ese momento no había penado ni un minuto en lo que ha había sido mi vida sexual hasta ese momento. Ahora si lo pienso: definitivamente nunca había tenido sexo con un hombre como aquél, nunca me había metido con un tipo que no conociera y menos haber sido desvirgada por mi trasero como lo hizo él. No sabía su nombre pero recordaba sus manos por todo mi cuerpo, su pene dentro de mi y su voz de hombre mayor diciéndome qué hacer. Desde esa noche decidí que aquello era lo que buscaba. No me importaba si encontraba un novio o no, que me lo hiciera así, lo que quería era sentirlo de esa forma.
Toque a la puerta y me abrió. De inmediato me beso. Llevaba un boxer y nada más. Ahora de día, podía ver su cuerpo bien formado. Grueso y atlético. Yo iba con una mini muy alta y blusa corta, además de sandalias altas. Me tiro en la cama y comenzó a besarme. - - Esta tarde vas a conocer todo de lo que te has perdido estos años. Te voy a poner en orden con nuestros tiempos.-
Sin más me quito la ropa. Me sentó en la cama y me ofreció su pene. Se lo chupe con todo el gusto del mundo. Al rato me detuvo. Se agacho y me dio una chupada en mi coño, como nunca me la habían dado. Tuve varios orgasmos al tiempo. Me monto después. Me folló con total furia. Está vez, no paraba de verme con mis piernas abiertas y mis tetas moviéndose al ritmo de sus empollones. Paro y me hizo cabalgar sobre su maravilloso pene. Quiso parar pero yo no quería. Entonces de castigo me puso en cuatro y me penetro con furia. Me estaba enculando hermosamente cuando alguien entro al cuarto. Yo me quede paralizada al ver a dos hombres entrar al cuarto. Ambos miraron el cuadro: mi hombre de 35 atravesándole el culo a una chica puesta en cuatro. los hombres entraron. - - Que pena viejo. No sabíamos que estabas ocupadito.
Mi hombre, con la verga metida en mi culo, los saludo de mano. Yo intente quitarme pero el me apretó contra su cuerpo para que no me moviera. - - Tranquila que estos son amigos y están acá para ayudarte a ponerte a corde con los tiempos. ¿Cierto muchachos?- - - Claro mi niña...- me dijo el primero, un hombre blanco de unos 45 años, delgado. Estaba sin camisa y podía verle un tatuaje de serpiente en el pecho. El otro apenas si me miraba con lujuria. Era un negro delgado, pero fornido. Tenía el pelo en trenzas. - - Mira, estos señores y yo te vamos a enseñar cantidad de cosas, así que se buena y dejarte enseñar.-
Me dijo mi hombre de 35 mientras comenzaba a meter y sacar su verga de nuevo. Yo no dejaba de ver a los dos hombres mientras se iban quitando la ropa, sin dejar de mirar la escena. Cuando los dos estaban desnudos y con sus penes elevándose como fuegos, mi hombre me sacó la verga. - - Mira él es Arturo, y este negro es Mohad. Entre los tres te vamos a follar esta tarde. ¿Ok? No te asustes. Solo disfruta. Anoche me dijiste todo sobre tus fracasos y que conmigo sentiste la gloria, pues bien. Ahora vas a sentir tres glorias.!-
Entonces Arturo el del tatuaje se puso enfrente mío, ofreciéndome su verga larga como él. Yo la hice a un lado. Me tomo del cabello y metió su pene en mi boca. Me halaba y me hacía mamarle la verga. Yo comencé a hacerlo. Era excitante ver como ese músculo crecía más y más dentro de mi boca. Le di una mamada como a mi hombre de 35. Arturo esta poniéndose caliente. Entonces el negro se me puso por atrás. Hizo que Arturo parara para meterme su verga en mi culo. Lo hizo de un empujón. La verga de Mohad era tan grande como la de mi hombre, pero más gruesa. Me tomo de las caderas y daba embates brutales. - - ¿Te gusta?- me preguntó mi hombre. Yo no podía responder con la verga de Arturo en mi boca. El del tatuaje no paraba de sostener mi cabeza. - - Eso re puta, seguí mamando que para eso estás acá... con que muy tímida... acá te quitamos eso... eso, eso, así, así...- - - ¡Que culo tan delicioso te conseguiste!- decía el negro mientras me penetraba.
Pronto los dos hombres detuvieron la marcha. Cambiaron de puestos. Arturo se puso encima mío y comenzó a follarme. Mi hombre y Mohad se sirvieron sendos tragos y apreciaban la escena. Solo veía el tatuaje que me pasaba por la cara, pues Arturo era muy alto. Me estaba dando con todo lo que tenía. Su verga era larguisima. Paro y se acomodó mejor. Me tomo de los tobillos levantándolos. Entonces empezó a meter y sacar su verga. Estaba feliz mirándome la cara de lujuria mientras me penetraba con suavidad. Entonces paro. - - Esta puta está muy rica. Dale negro.-
Mohad se me vino encima y me penetro de inmediato. El negro me estaba atravesando con su vara a todo tren. Se apoyaba de mis senos para darme con todo. Después de un rato paro. Hizo que me le montara y lo cabalgara, así lo hice. En un segundo, Arturo estuvo encima mío y me la hundió en el culo. Allí estaba yo, que nunca había pasado de una posición sexual, a estar penetrada por dos enormes vergas que se movían a un ritmo violentisimo. Pronto me vine en varias ocasiones. El dúo dinámico cambio de lugares. Ahora era la verga de Mohad la que me martillaba el culo. Amos se vinieron casi al tiempo dentro mío. Se levantaron. Yo quise ir al baño. Mi hombre me llevo y se paro frente a mi. - - ¿Te gusta, o les digo que se vallan?- - - ¿Tu crees que sabes todo lo que quiero?... ¡esto puede llamarse violación!
Le dije enojada. - - ¿Violación? Pero si vi tu cara mientras te perforaban dos vergas!, estás en la gloria!-
orine y me metí en la ducha. Me lave toda. La leche de los dos hombres me corría por las piernas. Salí a buscar mi ropa. Allí estaban los tres con las vergas arriba. - - Usted todavía no se va. Todavía hay mucha leche para usted.- me dijo el del tatuaje. Intente irme del cuarto, pero el negro me detuvo. Me agarro por la cintura y me tiro a la cama. - - Basta, basta, ya no quiero más... por favor...- les supliqué llorando. Arturo vino hasta mi. - - No llores bebe, no se trata de obligarte a nada. Sólo que aún tenemos un par de polvos para ti antes que vuelvas a tu ciudad. Si no quieres pues, nosotros nos vamos.- el hombre me hablo con una sinceridad enorme. Lo leí en sus ojos. Empezó a acariciarme y a tocarme el rostro. Me seco las lagrimas con su lengua. Yo le tome la verga y empecé a masturbarlo. Se sentó a mi lado mientras se lo pajeaba. Me incline un poco y me lo metí a la boca. Se lo chupe con ganas. Él me tomaba de la cabeza y me hablaba. - - Así mi niña, así, muy bien, muy bien... allá tal vez no encuentres otra verga así... eso, eso...-
Mohad se me acercó también y me ofreció su verga. Yo lo mire y empece a masturbarlo también. Mi hombre llego hasta nosotros y me metí su pene en la boca. Los pajee a ambos mientras se la chupaba a mi hombre. Estaba feliz. - - Quiero que me la metan ahora mismo.
Arturo me puso en cuatro y me la metió hasta el útero. Mientras se la mamaba a Mohad y le hacía la paja a mi hombre. Me monté después en la verga de Mohad mientras se la chupaba a mi hombre y le hacía la paja al del tatuaje. Estaban por eyacular los tres cuando pare de moverme. - - Quiero que me follen y se vengan. Cada uno en un turno. Quiero estar llena de leche antes de irme de esta isla!-
Los tres pusieron una cara de excitación tremenda. Y empezó Mohad. Me folló con ganas y se vino en poco tiempo. Arturo me puso en cuatro y se dio un banquete con mi culo. No dejaba de darme nalgadas. Después fue mi hombre. Me folló por delante, por detrás, con una rabia impresionante. En momentos estuve a punto de desmayarme de la tremenda excitación y de los orgasmos múltiples gracias a su poderosa verga. Cuando estaba a punto de lanzar su leche. Se detuvo se puso sobre mi y se hizo la paja frente a mi cara. Tirándome su semen por todas partes. Los otros dos hombres que miraron la follada de película ya estaban pajeándose, entonces se montaron a la cama y me bañaron de semen por todas partes.
Fui al baño. Despedí de cada uno con un beso. A mi hombre de 35 le dije : "gracias por estos dos días, nunca los olvidare. Ni a esa verga enorme tampoco."
Salí de su cuarto y me fui al hotel. Esa noche volvíamos a mi ciudad. Desde aquél viaje maravilloso comprendí que el sexo era una de las partes vitales de la existencia humana; ¡sobre todo de la mía! Inicie así una búsqueda por los placeres del sexo que espero continuar para lograr todas mis metas a todos los niveles. De esta forma los dejo, esperando que lean otras de mis historias. Donde me doy entera a sentir todo lo que el sexo me de y yo pueda dar.
0 comentarios - Eli 1. Mi despertar sexual