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La mujer de la tienda y sus travesuras

La mujer de la tienda y sus travesuras

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Las mujeres pocas veces suelen empezar a ser aventureras desde que empiezan a salir con hombres y pocas veces desde su pre y adolescencia, la mayoría de ellas suelen volverse de ese modo debido a decepciones amorosas, algunas terminan con el novio, del cual estaban enamoradas, debido al termino de esas relaciones, en mujeres separadas o divorciadas que por estar en esa relación donde tienen que respetar a su esposo y a su familia, entregaron su juventud y mejores años por el bien de todos aquellos que quieren, y sin embargo todo se fue al carajo, hay un meme famoso que se refiere a este tema, donde hacen una comparación de los tacones que usan las mujeres solteras, las casadas, casadas con hijos y las divorciadas, siendo las ultimas las que usan los tacones mas altos y vistosos, dignos de bailarinas exóticas de table dance, y si, existen muchas mujeres con ese estado civil que optan por disfrutar de la vida en sus treintas, cuarentas y cincuentas, ligándose a todo aquel que les guste o que las conquiste, y en muchos casos éstas no escatiman en gastos, siendo ellas las proveedoras en la relación, si la situación económica lo amerita, ellas son las que ponen todos los gastos, mientras las traten como unas damas en la calle y como unas putas en la cama, pero es mas importante en la cama, porque finalmente este factor es el objetivo de ellas y ellos, tener un rato de pasión al menos una vez a la semana, una buena acomodada de matriz y ya, sin tanto rollo de una cita o ligue, aunque si la mayoría de ellas opta por la diversión pre coito, ya que quieren volver a sentir y en muchos casos vivir lo que no pudieron en su juventud, la madura de la tienda tiene la belleza, la energía y el deseo que se requiere para ser una mujer aventurera que aun puede disfrutar de la vida.
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Lo que si hice después del susto que me dio fue revisar mas cosas en su teléfono, abrí su Messenger, tenía varios chats sin abrir, algunos de ellos eran de gente de nuestro municipio, sobre todo hombres, abrí alguno de los que ya había leído ella, y lo ultimo que había en ese chat fue una foto del bulto de el, junto con una pregunta.
-       ¿Te gusta?
Fabiola no contestó a esa foto, donde el bulto se veía que escondía un miembro corto pero grueso, el hombre que se la había mandado yo le conocía, era un treintón que tenía a una novia blanca y flaquita, nada comparada a Fabiola, que era una morenaza de fuego toda curvilínea, el chat por supuesto que el lo había iniciado y no necesitaron mucho conversar para que el le confesara lo que le provocaba, preguntando ella que era lo que le provocaba y a consecuencia de eso el le mandó la foto de su bulto, esa conversación era de la noche anterior, había mas conversaciones donde le invitaban a salir, cosa que ella daba largas o simplemente decía que estaría ocupada, conversaciones que poco a poco se terminaban, sin embargo los chats que mas me causaban curiosidad eran aquellos que estaban sin revisar, todos ellos tenían horas sin revisar, aproximadamente tres, o sea que desde antes que nos viéramos había contestado esos chats, no podía mas que cerrar esas aplicaciones y seguir explorando, en su galería de fotos tenía muchas fotos de ella, algunas semidesnuda, pero nunca enseñando por completo las tetas o el coñito, en cambio si fotos de sus posaderas entangada, en bra, pero no con transparencias, sin embargo si con uno de esos bikinis que solo tapan las tetas con un pequeño triángulo, cubriendo solo sus hermosos pezones, fotos de espaldas con ropa o solo en tanga, y además de esto, no solo fotos de ella, tambien las que sus conquistas le habían mandado en WhatsApp, algunos de ellos solo enfocaban sus genitales, otros eran mas creativos, sacándose fotos al igual de su torso, uno de ellos tenía cuerpo de gimnasio, y yo me pregunté, ¿será acaso ese mamado del tianguis?, quizás si, no se le veía su cara pero un tatuaje que le vi en su mano derecha lo delataba, este man competía conmigo, y en cuanto a físico me ganaba, y su bulto se le veía considerable, a que nivel de confianza había llegado ella como para aceptar esas fotos, había varias fotos de los mismos penes, en total conté que habían sido unos siete que ya habían flirteado con ella y le habían mandado sus fotos mostrándole lo que escondían, yo supongo que ella les devolvía solo las fotos donde se veía semidesnuda, y no mas, poco faltaba para que les mandara fotos al desnudo.
Hasta que me cansé de checar todo en su cel y tambien comprobar que tenía muchas fotos de sus hijos, investigar el Facebook de su hija, mandarle solicitud a esta y finalmente dejar su celular como si nada y tomar el mio, solo esperé a que despertara y al pasar tres horas y media desde que llegamos a mi casa a coger, ella despertó.
-       Ay baby, ¿Cuánto me dormí?
-       Uy, casi una hora.
-       Ay no manches, mucho, es que me dejas bien cansada mi amor, jijiji.
-       Uy pues perdón.
-       No me estoy quejando corazón.
-       No, yo que tu no lo haría.
-       ¿Por qué no?
-       Porque te he satisfecho mucho mucho.
-       Ay, vanidoso, vas a ver eh.
-       ¿Que me vas a hacer?
-       Ash, ahorita, aunque quisiera, ya no tenemos tiempo, me pasas mi cel porfa – se lo pasé – uy, ya es muy tarde, ¿tienes baño?, me dejaste toda sudada.
-       Si, de nada.
-       Ash, te digo que…
-       Nada, vanidoso, si no fuera porque tienes razón te golpeaba.
-       Lo sé.
-       Ash, ya cállate.
Se metió a bañar, esta vez si se llevó su celular, mientras yo le enviaba solicitud de amistad a su hija, no creo que me la aceptara, pero valía la pena el intento, algún día me le aparecería de pronto y me conocería, y de todos modos el medio para llegar mas pronto a ella era su madre, me haría notar de todos modos, salió de la ducha bien bañadita, con ganas de darle de nuevo me le lancé a morrearla, estrujando sus enormes nalgas, la hice gemir una vez mas, despues me bajé a mamar esos turgentes senos, a punto estaba de bajarme a su coñazo.
-       Ah ah, no mi amor, ya no tenemos tiempo, déjame cambiarme, en serio que quisiera que me hicieras tuya, pero ya me tengo que ir.
-       Bueno, ni modo, ¿y mañana? ¿podrás?
-       No lo se bebé, yo te aviso.
-       Bueno.
Terminó de vestirse, terminé yo también, nos encaminamos a dejarla a casa, una vez más me quedé un momento despues de despedirle, y de nuevo, llego ahí su hija, esta vez vestida mas normal, con jeans de mezclilla, sin embargo su blusa mostraba el nacimiento de sus bamboleantes pechos, se veía que, a lo largo de su vida los habría de tener como su madre, de nuevo se me quedó viendo, ahora mas que el día anterior, hasta que desapareció de mi vista no me quitó la mirada, al verla alejarse me fui de ahí, y mientras tanto ella legando a casa y yo manejando de vuelta a la mía.
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Fabiola había terminado de ponerse sus sandalias para andar comoda y ve llegando a su hermosa hija, mas bella que ayer, pero con la cara confundida.
-       Hola mi amor – le expresa Fabiola a Kenya su hermosa hija.
-       Hola ma.
-       ¿Por qué traes esa cara?
-       No tengo otra ma, casi casi me la heredaste.
-       Ah, con que vienes muy gallita eh.
-       No ma, lo que pasa que allá en la carretera estaba un tipo estacionado, y ayer también lo estaba, que casualidad, ¿no crees?
-       ¿De que color era el carro?
-       Un plateado.
-       ¿Uno tipo sedán?
-       Siii.
-       Ah yaa.
-       ¿Lo conoces?
-       Si, es un muchacho que trabaja en el ayuntamiento.
-       Oh yaaa.
-       Me echó raite.
-       ¿Y eso?
-       Pues ya ves, me encontró en la base de taxis, y como vio vacío de taxis pues se ofreció a traerme, ya que venía de pasada.
-       Ah yaaa, que se me hace que te anda conquistando, pillina.
-       Ay, tas loca, ¿Cómo crees que voy a andar con un jovencito como ese?
-       ¿Y por que no?, aun tienes tu corazoncito ma, jijijiji.
-       Ay, pues si, pero no es como para que ande ahí de loca con uno de esos.
-       Yo que tu me lo conquistaba, esta guapillo y trae un buen carro, jijijiji.
-       Ay, interesada.
-       Ash mamá, o sea, lo que hay que batallar cuando no se tiene carro y tiene que andar uno en taxi.
-       Pues si mija, pero, de todos modos, que ridícula me vería con un chavo así, y además yo creo que tiene novia.
-       ¿Crees?, o sea que no lo sabes.
-       Ay pues no, ¿a poco crees que le ando preguntando a todos con los que me hablo si tienen novia, esposa o lo que sea que tengan?
-       Maami, ¿a poco te hablas con muchos hombres? Jijiji
-       No, claro que no escuincla, no digas tarugadas.
-       Órale, mi mami se habla con chicos guapos, la andan paseando en carrazo.
-       Noo, claro que no, si apenas y nos conocemos, y eso porque ha ido a comprar ropa ahí en la tienda.
-       Oooh, ¿Y que ropa compra?, si vendes pura para mujeres.
-       Ash, ya deja de preguntarme de el, esos son secretos con los clientes, ¿a ti que te interesa?
-       Pues porque se me hace interesante te lo pregunto.
-       Kenya, te pasas.
-       ¿Qué? ¿hay algo que le sepas que no me quieres decir? – Fabiola lo pensó un momento y le contestó.
-       Pues si, si me ha contado cosas.
-       Ajá, ya salió el peine.
-       Solo te aconsejo que si lo quieres conocer, no debes pensar mal de el.
-       ¿Y por que voy a pensar mal de el?
-       Pues por ejemplo por eso de que me preguntas que para quien es la ropa que compra.
-       Ah bueno, pues igual no te he preguntado si las prendas que ha comprado siempre es de la misma talla, y así, no creo que lleve ropa para sus parientas si tiene, porque por lo que veo vendes pura ropa coqueta, juvenil y para putear.
-       Ash Kenya, respeta mi trabajo.
-       Es lo que es mamá, hasta me dan ganas de comprarte algunas, pero ahorita no tengo para quien ponérmelas.
-       Eso dices tu, ya allá en la ciudad quien sabe como te comportes.
-       Ay mamá, tienes una hijita tan dedicada a la escuela que ni tiempo me da de andar de loca.
-       Eso dices escuincla, si acá tuviste varios novios.
-       Ay pues si, pero eran de manita sudada, ninguno me motivaba tanto, como para comprarme ropa de esa.
-       Ash Kenya.
-       Pues si ma, pasó lo que pasó con alguno de ellos, pero no fue la gran cosa eh, asi que, tu niña hermosa no está tan vivida.
-       Eso dices chamaca, eso dices.
-       Ay, pues si no me quieres creer pues no me creas.
-       Que mas puedo hacer que creerte, niña.
-       Aunque si eh, otra vez me están dando ganas de portarme mal – decía esto mientras llevaba su bolsa que usaba de maleta a su habitación – con alguien como con el chavo que te trajo hoy, está guapo, que se me hace que te lo voy a bajar.
-       Ay escuincla, me andas buscando eh – se pone de pie demostrando que le iba a dar una buena hostia.
-       No mami no no es cierto, no me pegues – retirándose rápidamente a su recamara la preciosa hija.
Fabiola pensaba que tenía mucha razón en lo que pensaba su hija, ya que, a ella lo que mas le interesaba en esta etapa de su vida era la felicidad de su familia, y desde hace años que no le conocía un novio a su hija, y ni señas de que tuviera alguno, una que otra vez revisaba su celular, pero nunca le encontró mas que chavos siendo coquetos con ella, y pensaba para sus adentros que ese muchacho que le gustó, ese que le echó raite, ese mismo era el mejor amante que había tenido en su vida, esto Kenya nunca lo sabría, ni lo tendría porque saber.
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Mientras tanto Mateo estaba ya descansando en su casa, cuando llegaba su familia, que se tardó como media hora en llegar despues de el, a la noche le llega un mensaje de un compa.
-       Wey, vente a la Cabecera (acá en México se le dice así a la ciudad o comunidad central de los municipios), amos a echar cheves, fui padrino en una boda.
-       No mames wey, ¿Y apenas me dices?
-       Es que apenas hoy nos dijeron wey y apenas salí del jale.
-       No creo que hayas sido padrino porque hoy te lo pidieron weon.
-       Pues no wey, pero nos dijeron que solo podíamos traer a nuestra familia y pareja, y hoy salen con que, tráiganse a los que quieran, asi que wey, tu dices si jalas.
-       No mames wey, yo que pensaba dormirme temprano.
-       Uy ahora resulta, ya wey, no le hagas a la mamada y vente, es más, para que te animes, hay muchas morras y una que otra rucona buenota wey, por ejemplo, al lado de mi mesa, vienen unas viejas que parecen como madre e hija o no se que son, pero están bien buenas y vienen casi casi que putonas.
-       Ah no mames.
-       Neta, nomás que ahora si casi no hay hombres, entonces pues, van a sobrar las viejas pa que las saques a bailar wey.
-       No pues, al menos pa tentar un poco está bien, ¿no?
-       Pues si wey, no vas a querer coger luego luego, no es como allá a donde vas que nomás las citas para coger y no hay pedo.
-       ¿Y que hay de baile wey?
-       Hay un grupo de esos que echan de todo y vienen hasta con animadores y toda la cosa.
-       Oh ya, no pues, me estás convenciendo.
-       Pues ya ven wey, total que puede pasar, mínimo mínimo que no te empedes y te ligues siquiera a la doña buenota que te digo.
-       Bueno pues, me echo un baño, me cambio y me voy, ¿va?
-       Pues échale wey, como vengo con mi familia ni caldear bien puedo a mi morra y bailar casi no le gusta, si vienes al menos me puedo empedar chingón contigo.
-       ¿no le dijiste al macaco que tambien fuera?
-       No wey, ese wey anda de pinche enamorado, me dijo que iba a estar con su jaina.
-       Mta, pues ya que, ahí nos vemos en un rato
-       Va wey, acá te esperan las chelas.
-       Sobres.
-       Va, cambio y fuera.
Estaba un poco cansado de los dos palos que le aventé a Fabiola, pero nada me detenía para ir a emborracharme, bailar y tal vez conocer a una que otra fémina atractiva, asi que me di un baño rápido y le dije a mi familia que iba a ir a una fiesta, ya no vivía con ellos, pero aun así tenía que avisarles mis planes.
Al llegar a la fiesta pude ver que aun iba gente hacia el salón, y de hecho si, iban varias mujeres al mismo, me estacioné cerca y procedí a avisar a mi camarada que ya estaba llegando, salió a recibirme, y al casi llegar a sentarme me llevé una gran sorpresa, ahí estaban sentadas Fabiola y su hija, si, eran las mujeres que el dijo estaban vestidas medio putonas, y como no, con sendos vestidos casi mini y con esos escotes que no mostraban mucho, pero si dejaban adivinar lo que escondían debajo, ella me miró sonriendo, su hija volteo a verla y se echaron cotorreo, yo de lo único que estaba seguro era de que al menos unas buenas tentadas le iba a dar a mi cachonda madura, pero no me iría sin al menos sacar a bailar a su hija e intentar conocerla.
Continuará…

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