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Esposa compartida con un viejo vagabundo

*Cuando procedía a publicar este relato, noté que algunas palabras aparecen unidas, no sé porqué pero lo editaré cuando tenga tiempo, mientras tanto disfuten

Cuando esto quevoy a compartirles ocurrió,mi esposa, una morena que mide 1.6mts de altura,tenía 26 años de edad y era (y  continuasiendo) una mujer supremamente atractiva. Recientemente nos habíamos trasladadoa nuestra primera casa la cual estaba situada en una zona residencial. Detrásde nuestra casa había un edificio de oficinas de una planta que recientementehabía sido vendido. Por curiosidad, le preguntamos a la vendedora qué tipo denegocio funcionaría en ese edificio y nos informó que el edificioseríaderribado para dar paso a un nuevo centro comercial. Es importante mencionarqueel edificio de oficinas tenía una gran zona de estacionamiento detrás de éllacual colindaba con nuestro patio trasero.
 
 
Un día mientras miesposa y yoestábamos sentados en nuestro patio tomando cervezas, notamos unatienda de acamparde tamaño mediano y en muy mal estado que había sido instaladadetrás deledificio de oficinas y, por ende, de nuestra casa. Pensamos que tal vezseríaalgo temporal o que eran personas que solo pasarían un par de noches allípero pasaronvarias semanas y esa cosa que brindaba un aura de pobreza a lazona, seguíaallí. Mi esposa dijo que tal vez necesitaban ayuda antes deretirarse, pero sequedaron por varias semanas más. En varias ocasiones, vimos aun hombre cocinara fogata mientras se sentaba en una silla a beber cerveza. Eraun hombre blanco,mayor y había otro tipo de unos 60 años que vivía con él.
 
 
Todas las nochesmi esposa y yo salíamosa caminar para hacer ejercicio y acortábamos distanciasa través delestacionamiento del edificio de oficias, aprovechando que todavíano iniciabanla demolición. Una vez, caminando junto a esta tienda de acampar,encontramosal hombre mayor sentado en su silla bebiendo cerveza. Nos detuvimosy lepreguntamos por qué estaba acampando en este estacionamiento detrás denuestracasa y nos dijo que él y su amigo viajaban por el país, siempre buscandoun lugarcomo este para acampar hasta que las autoridades les pidieran salir.Dijo queesta tienda de acampar era su hogar, y que para ellos era una formabarata devivir. Mi esposa realmente no quería vagabundos como ellosbásicamenteacampando en nuestro patio trasero pero a mí no me molestaba elasunto y másbien sentí un poco de pesar por ellos y hasta deseos de ayudarles.
 
 
Una noche mientrasmi esposa estabade compras, miré por la ventana y vi al viejo sentado en susilla plegable bebiendocerveza. Como les comenté, yo sí sentía mucho pesar porél, así que decidísalir de mi casa y conversar con él. El viejo me dijo que sunombre era Alfonsoy que su amigo que se queda con él se llamaba Raúl. Dijo queRaúl se fue porunos días, porque mientras estaba en la ciudad aprovechó paravisitar a unos viejosamigos. Alfonso sacó otra silla de su “casa” y una neveracon hielo llena concerveza fría. Era una noche muy cálida y él tuvo lagentileza de ofrecerme unacerveza. Nos sentamos y bebimos varias cervezasjuntos mientras charlábamos. Lepregunté a Alfonso si alguna vez se había casadoy me dijo que estabadivorciado y que para él una mujer era solo algo que servíapara follar y queno tenía intención de volver a casar a su edad. Le pregunté aAlfonso qué edadtenía y me dijo que tenía 68 años y su amigo Raúl, que vivíacon él, tenía 60. Deinmediato me aclaró que no eran gays por si lo estaba pensando,pero que notenían mucho dinero y que vivían de su humilde pensión y su amigo deun seguroque le dieron por una incapacidad laboral hace muchos años. Alfonso mepreguntócuántos años teníamos mi esposa y yo, y le dije que mi esposa tenía 26años yyo 35. Me preguntó cuánto tiempo teníamos de casados y le dije que tresaños.Dijo que yo era un tipo afortunado de tener una esposa tan bonita, y queélpensaba que ella era una mujer atractiva. Soy un tipo celoso pero decidítomarel comentario como un cumplido sin malicia para mi esposa. Nos sentamosybebimos unas cervezas más, cuando de repente, mi esposa salió a nuestrapuertatrasera y me vio sentado en este hombre. Ella cruzó nuestro patiotrasero,ingresó al parqueadero de la propiedad aledaña y se dirigió hacianosotros yaque quería saber lo que estaba haciendo. Alfonso aprovechó parapresentarse másampliamente y para pedirle a mi esposa que se sentara y seuniera a laconversación.
 
 
Mi esposa es unapersona sociable yle encanta hablar en exceso cuando bebe mucho. A medida quela noche avanzaba ycon ella los niveles de alcohol en la sangre de mi esposa…nos quedamos sincerveza. En ese momento, me sentí mal por habernos bebido todala cerveza deeste viejo que vive con una raquítica pensión, así que le dije quecorrería ala tienda para comprar más. Mi esposa me dijo que no me preocuparaque sequedaría con él charlando un poco más. Cuando regresé, le entregué aAlfonso 4 paquetesde cerveza, para un total de 24. Nos sentamos y bebimos unascervezas más, peronotaba la incomodidad en la mirada y en el lenguaje corporalde mi esposa,quien rápidamente me indicó que necesitábamos regresar a casaporque se estabahaciendo tarde. Ella se retiró sin despedirse, lo cual mepareció inusual yaque ella es una persona muy amable y educada, pero no lepresté importancia y mequedé bebiendo un par de cervezas más con Alfonso.Cuando mi esposa se fue, Alfonso dijoque yo era un tipo muy afortunado de teneruna esposa como ella, una mujer tanbonita, y que en cualquier momento que miesposa y yo quisiéramos bebe con élsolo era cuestión de que saliéramos anuestro patio trasero.
 
 
Cuando me estabaretirando, Alfonsome dijo que también mi esposa podía visitarlo cuandoquisiera. Al llegar acasa, me dirigí a mi dormitorio y encontré a mi esposaacostada en nuestracama. Siempre que la veo le digo algo bonito para recordarleque la amo, peroesta vez me cortó abruptamente para decirme que mientras yoestaba fueracomprando las cervezas, Alfonso le había coqueteando. Con unacontundenciainusual en ella, me expresó que Alfonso era realmente un hombre deaspectoespeluznante y que no se sentía cómoda cerca de él. Para apaciguarlasituación, traté de bromear con ella y le pregunté si alguna vez se follaríaaun hombre como Alfonso a lo que mi esposa respondió que de ninguna maneraelladejaría que alguien como él tuviera sexo con ella. Es importante mencionarmiesposa fue una buena chica y que yo había sido el único hombre con quien ellahabía tenidosexo, lo raro es que cuando mi esposa dijo que Alfonso estabacoqueteando conella, de alguna manera algo se activó en mi mente y, aunque nosé comodescribirlo, hubo un cambio interno y comencé a excitarme mucho. Medesnudé, memetí en la cama desnudo y ella no dudó en tener sexo porque estabamedioborracha. Mi esposa me chupó la polla, y la follé bien, mientrasestabafollando a mi esposa empecé a imaginarme como el viejo Alfonso,espeluznante yasqueroso, siendo él quien estaba encima de mi esposa follándolalo que me hizodispararle la mayor carga de semen a mi esposa en su coño peludo,tanto así quemucho de mi semen se salió de su coño cuando la saqué de ella. Aldíasiguiente, vi a Alfonso sentado detrás de su vieja caravana en lamañanabebiendo café y caminé hacia allí y le pregunté si quería venir a nuestracasa acenar con nosotros y beber cerveza porque estaba seguro de que estabacansadode la vida en su tienda de acampar. Alfonso aceptó mi oferta y dijo quellegaríaalrededor de las 6 pm. Fui a casa y se lo comenté a mi esposa, lo quedetonóuna reacción de sorpresa y molestia. Inmediatamente me reclamó porhaberloinvitado a pesar de lo que ella me había mencionado anoche pero que comoya lohabía invitado a cenar, se lo iba a tener que aguantar por cortesía. A las6 pmAlfonso caminó hacia nuestra casa y tuvimos una cena casera en la cubiertaybebimos algunas cervezas juntos.
 
 
Mi esposa estabavestida con unafalda carta muy bonita y estaba sentada frente a Alfonso. Notéque mi esposatenía las piernas un poco abiertas y se podía ver sus bragasblancas y un pocode su pelo oscuro en el coño. Miré a Alfonso que mirabafijamente laentrepierna de mi esposa. Mi esposa no se dio cuenta que se estabaexhibiendofrente a ese anciano. Por su parte, Alfonso tenía la mirada pegada ala faldade mi esposa y noté la erección que se marcaba en los pantalonesdesteñidos de Alfonso.Mi esposa estaba bastante intoxicada y Alfonso nodesaprovechó para coquetearde nuevo con mi esposa abrazándola cada vez quepodía mientras trataba de mirarsu escote y diciéndome reiteradamente que legustaría tener una esposa tanbonita como la mía. Como si no le hubiera bastado,se levantó de donde estabapara acercarse y mirarme fijamente a los ojos yrepetirme, con un tono que medesconcertó, que yo era realmente afortunado detener una mujer como mi esposa.Siendo sincero, lo único que le faltó fue soltarbabas cuando me lo decía locual me incomodó un poco. Después de unas cervezasmás Alfonso se volvió másagresivo con mi esposa, hasta que ella le dijo aAlfonso que debía de calmarse,que ella era una mujer felizmente casada y que nose sentía cómoda con susinsinuaciones, que le parecían una falta inaceptable derespeto hacia ella y asu esposo. Mi esposa se levantó muy molesta y entró ennuestra casa dejándonosa Alfonso y a mi en el patio trasero bebiendo cerveza,pero con la advertenciaque no quería regresar y verlo allí. Mientras Alfonso yyo bebíamos cerveza enmi cubierta trasera, noté que las luces de nuestrahabitación se encendieron yque mi esposa caminaba por la habitación porque laspersianas estaban abiertas.Era una noche calurosa y nuestras ventanas estabanmedio abiertas. Un par deminutos más tarde, vi que encendió las luces del bañoy ya que la cortina denuestra ventana del baño estaba medio abierta pude ver ami esposa entrardesnuda desde nuestro dormitorio.
 
 
Alfonso también lanotó y dijo que miesposa era mucho más hermosa desnuda. Se levantó de su sillay caminó hacia laventana del baño y la vio caminando desnuda en el baño. En esemomento no supequé hacer, por un lado me sentí enojado por su irrespeto pero,al mismo tiempo,me estaba excitando al saber que él estaba mirando a mi esposatotalmentedesnuda. Alfonso dijo que daría lo que fuera por follar con miesposa. No lotomé a mal y pensé que tal vez era hora de que Alfonso se fuera,que había tomadoen exceso y le dije que pensaba que sería mejor si él volvía asu “casa” ydormía un poco, que entendía que había bebido demasiado. Antes deirse le diouna última mirada a mi esposa a través de la ventana del bañofrotando suentrepierna para ajustar su erección. Entré en nuestro dormitorio ymi esposaestaba ahora en nuestra cama y lo primero que me dijo fue que Alfonsoera unpervertido y que realmente no quería que yo lo volviera e invitar, que noesono era negociable y que no podía poner un pie en su casa NUNCA MAS. Estabamuycachondo sabiendo que Alfonso había visto a mi hermosa esposacompletamentedesnuda, así que solo asenté con la cabeza y comencé a frotar sucoño peludo ya besar sus pechos. Como seguía alcoholizada, se puso cachonda yme comenzó a chuparmi polla, mientras hacía esto escuché un ruido en nuestracubierta fuera de laventana de nuestro dormitorio. ¡Miré por la ventana denuestro dormitorio y via Alfonso asomándose! Me moví para que el coño peludo demi esposa estuvieradirigido hacia nuestra ventana del dormitorio y abrí suslabios mostrando suagujero abierto en la dirección de Alfonso mientras miesposa me chupaba laverga. Luego monté a mi esposa sosteniendo sus piernasabiertas de modo que miculo y las bolas estuvieran dirigidas hacia la ventanadel dormitorio para queel Alfonso pudiera ver como penetraba el coño peludo demi esposa. Estaba tanexitado que disparé mi carga en el coño de mi esposa muyrápidamente sabiendoque Alfonso estaba a solo unos metros de distanciaviéndonos tener sexo.
 
 
Al día siguiente,mientras estaba enel trabajo mi esposa me llamó y dijo que Alfonso vino anuestra casa y que lepreguntó si alguna vez ella pensaría en tener una aventuracon él y que podríaser un secreto y que yo no tendría por qué saberlo. Miesposa se enojó con Alfonsoy le dijo qué tipo de mujer pensaba que eraexigiéndole respeto y que se fuerade su propiedad o que llamaría a la policía yque tuviera presente que unamujer como ella NUNCA tendría sexo con un tipoasqueroso, pordiosero ymiserable como él. Yo la abracé y le dije que meencargaría del tema, quehablaría con Alfonso y que le pediría que se fuera deuna vez por todas,aprovechando de que ella estaría fuera.
 
 
Esa noche miesposa tenía una reunióncon sus amigas y estaría fuera un par de horas.Aproveché para ir a encarar aAlfonso… Caminé hacia su tienda y con todoagresivo le dije que mi esposa me habíallamado muy molesta para contarme lo queél le había propuesto y que estaba apunto de llamar a las autoridades para quelo sacaran del solar. Alfonso memiró firmemente y, con una resolución que nohabía percibido antes en su mirada,me dijo que todas las mujeres son iguales,todas ellas quieren polla, y si unhombre coquetea con ellas lo suficiente serendirán. Le dije a Alfonso que miesposa no era ese tipo de mujer, y él mecontestó que no apostara en ello. Alfonsome dijo que se follaría a mi esposa siyo le dejaba y, por supuesto, le dijeque no habría manera de que mi esposaalguna vez se cogería a un hombre como él,que ella lo detestaba.
 
 
Alfonso dijo quetenía una manera defollarla. Intrigado le pregunté cómo y me respondió que éltenía unas drogasque si mi esposa las tomaba ella nunca sabría que su peneviejo, arrugado ysucio estuvo en su coño. Que no negara que esa idea meexcitaba porque, de locontrario, no hubiera permitido que lo viera teniendosexo con ella. Alfonso,sin perder tiempo, me preguntó si estaría de acuerdo coneso. Miré a Alfonso yle dije que estaba loco si creía que lo dejaría drogar ami esposa y follarla. Alfonsodijo que si alguna vez cambiaba de opinión, se lohiciera saber. Volví a casapara llamar a las autoridades, pero me detuve apensar en lo que Alfonso habíadicho y realmente me puse muy cachondo. Me saquéla polla y comencé aimaginarme ese escenario en el que mi esposa estuvierasiendo usada por otro ysin consecuencias para mi. Algo en mi mente quería ver ami esposa con él, y derepente, me di vuelta y salí hacia mi patio traserocaminando lentamente. Micorazón latía a mil por hora en mi pecho y en migarganta, sentía unaexcitación y un temor tan grande que hasta me comencé amarear. A pesar de misreacciones, eso no evitó que lo llamara. Alfonso merecibió friamente y mepreguntó ¿has cambiado de opinión? y yo le dije con vostemblorosa… tal vez. Alfonsome invitó en su tienda y me pidió tomar asiento.Alfonso me preguntó dóndeestaba mi esposa esa noche y yo le dije que en lareunión de mujeres y que estaríallegando a casa en una hora aproximandamente.Alfonso se levantó y trajo unaspastillas amarillas y me dijo: ves estaspíldoras, todo lo que tomaría es abriruna de ellas y ponerla en la bebida de tuesposa. Ella quedará noqueada porcerca de 6 horas y yo podría follarla y ellanunca se daría cuenta.
 
 
Alfonso me rogóque por favor lodejara follar a mi esposa esa noche, que esa perra realmente loencendía, “porfavor déjame follarla”. Me prometió quedespués de drogarla ella nunca sabría lo que pasó y quetanto él como yocumpliríamos una fantasía. Alfonso dijo que lo hiciéramos esanoche, cuandollegue a casa de su reunión de mujeres. Saqué mi mano de la bolsade mipantalón extendiéndola y Alfonso dijo que abriera una de estas cápsulas ylepusiera el polvo blanco en su bebida, y después de que ella lo bebiera,ladejara unos 30 minutos y estaría inconsciente por toda noche. Por lamañanacuando se despierte, ella solo pensará que tuvo una noche de sueñorealmentebuena. Tomé la píldora y Alfonso me dio un par de extras porque dijoque estabaseguro de que querría el coño de mi esposa más de una noche. Volví ami casa,con el corazón en la garganta…. y mi esposa entró por la puerta y medijo quesi había visto a ese viejo pervertido espeluznante esta noche y le dijeque no.Mi esposa dijo que el viejo estaba jodido en su cabeza. Mientras sepreparabaun jugo de frutas me dio un discurso de unos 15 minutos sobre lofeo,pervertido y detestable que era el viejo. Le pedí a mi esposa que secalmara y que,en vez de su jugo, tomara una copa de vino conmigo. Fui a nuestracocina y puseel polvo de esta píldora amarilla en su bebida. Unos 15 minutosmás tarde la viun poco aturdida y unos 20 minutos más tarde su cabeza estaba enmi regazo. Sacudía mi esposa preguntándole si estaba lista para acostarse, y norecibí respuestade ella. Deslicé mi mano en su camisa hasta agarrar su pezón,le di a uno deellos un pellizco suave y luego uno fuerte que la hubieradespertado del dolory no recibí respuesta.
 
 
Caminé hacia latienda de Alfonso y él me preguntó si miesposa estaba inconsciente y le dijeque así lo creía. Ahora vamos a volver atu casa para que pueda disfrutar de esaperra. Entramos en nuestra casa y Alfonsose sentó en el sofá con mi esposa.Miró a mi esposa, y comenzó a besar su boca,le metía su lengua hasta lagarganta y le lamía las mejías, la nariz, el cuello.Él le alcanzó debajo de sublusa y comenzó a frotar sus tetas. Dijo que ahora síesta perra está lista paramí ahora. Le dije a Alfonso que quería llevar a miesposa a nuestro dormitorio yfollarla y él dijo que sí que quería estar cómodocon ella en nuestra cama.
 
 
Ambos recogimos ami esposa y latomamos y la pusimos en nuestra cama. Este viejo feo estaba apunto de ser elprimer hombre que no fuera yo en follar a mi esposa y disfrutarde su cuerpodesnudo. Alfonso era un hombre grande de aproximadamente 1.80metros, calvo,con una gran barriga de cerveza, dientes amarillos, narizenrojecida queparecía que iba a reventar y lleno de tatuajes en sus brazos ypiernas. Poralguna razón, la piel de Alfonso lucía muy pálida, pero cuando sequitó lospantalones pude ver una polla grande de, por lo menos, 10 pulgadas delargo y sumamentegruesa. Alfonso levantó la falda negra de mi esposa a sucintura admirándo susbragas rosas. Noté que la polla larga y gruesa de Alfonsose estaba poniendodura. Alfonso comenzó a desabrochar la blusa rosa de miesposa abriéndola,desenganchó su sujetador rosa, liberando sus tetas. Alfonsose inclinó y pusouna de las tetas de mi esposa en su boca y comenzó a chuparlasduro. Levantó laotra mano y pensé que acariciaría la otra teta pero lo que hizome tomó porsorpresa… agarró la teta derecha de mi esposa y comenzó a retorcerlacomo siquisiera arrancarla de su cuerpo. Yo no dije nada… solo me preocupé ensilencioque eso dejara marcas.
 
 
Alfonso entoncesle quitó lostacones de mi esposa, tomó su pantis y se los arrancó del cuerpocon ciertoplacer perverso y sin perder tiempo abrió las piernas de mi esposa ycomenzó acomerle el coño peludo. Alfonso lamió su coño durante varios minutos yluegodobló sus piernas hacia atrás y comenzó a lamer su ano la lengua, luegolevantóa mi esposa, le quitó la blusa abierta la tiró al suelo. Ahoratotalmentedesnuda en nuestra cama, mi esposa estaba más que vulnerable para él,ese viejofeo y asqueroso que la miraba con tanta lujuria que parecía un enfermomental. Alfonsovolvió a caminar hacia el costado de nuestra cama, apuntando lacara de mi esposahacia el borde. Alfonso tomó su polla ahora muy dura y abrióla boca de miesposa poniendo su polla húmeda y con olor a días sin baño en laboca de miesposa. Esta fue la primera vez en la vida de mi esposa que ella tuvola pollade otro hombre en su boca. Alfonso comenzó a masturbarse mientras sugran pollaestaba en la boca de mi esposa y no le tomó mucho tiempo antes de quegruñó, gimióy llenó la boca de mi esposa con una gran cantidad de su semen.
 
 
La boca de miesposa estaba medioabierta y se podía ver el semen saliendo de su boca por ellado de su cara. Alfonsodijo: mira a tu esposa ahora, si ella solo supiera quetuvo mi vieja polla ytodo mi semen en su boca, se volvería loca. Dijo que laperra no le agradó porsu soberbia y que eso la hacía la presa ideal. Alfonsocomenzó a lamer su coñopeludo metiéndole la mitad de su mano hacia arriba en elcoño mirándola como siestuviera despierta y llamándola puta. Alfonso tomó dosde sus dedos y losempujó profundamente en el culo de mi esposa, haciéndolosentrar y salir delculo. Entonces tomó sus dedos y los puso en la boca de miesposa llamándolaputa otra vez. Alfonso se levantó entonces en la partesuperior de la cama depie sobre la cabeza de mi esposa sacudiendo su pija, seagachó sobre su boca yempezó a poner sus viejas bolas peludas una por una en laboca de mi esposa. Seestaba masturbando mientras le llevaba su saco de bolascolgando sobre loslabios y la cara. Alfonso luego se frotó el culo en la narizde mi esposallamándola una zorra sucia y asquerosa. Ahora se bajó de la cama ymiró a miesposa inconsciente y dijo que ahora el viejo Alfonso iba a meter sugran pollaen el coño de una perra sucia buena para nada. Alfonso se subió a lacama y lepregunté si traía un condón y me dijo que sí tenía uno pero que queríainiciar sintiendoel coño caliente de mi esposa envuelto alrededor de su pollavieja, que se lopondría más adelante. Le dije que mi esposa no tomaba lapíldora y estábamostratando de tener un bebé, y Alfonso me sonrió y dijo que nose correría enella que lo sacaría de ella, que se pondría el condón o quesimplemente ledispararía todo su semen en la cara o en las tetas. Le dije aAlfonso que seasegurara de hacerlo y me aseguró que lo haría.
 
 
Alfonso se colocóentre las piernasde mi esposa, la tenía abierta de par en par, a su merced… yél, con todaimpunidad empujó su polla hasta que sus bolas pegaron con la vaginade mi esposa.Mi esposa ahora tenía un extraño, feo, pervertido y asqueroso dentrode su coñopor primera vez en su vida. Alfonso comenzó a follar con mi esposamuy duro y conuna rudeza que por momento me preocupó, agarró sus tetas y lasestaba apretandofuerte, llamándola una perra, una estúpida zorra cualquiera. Medi cuenta queel fetiche de Alfonso era presionar y casi explotarle las tetas alas mujeres. Alfonsoestaba sacando su polla casi totalmente fuera del coñopeludo de mi esposa paraluego entrar fuerte, haciendo un sonido que no habíaescuchado antes. Eran labolas gigantes de Alfonso abofeteando su culo con totalconfianza y maldad. Alfonsose estaba follando a mi esposa muy rápido y loescuché gruñir y gemir hasta quenoté que su viejo culo guiñaba y le dije que nose corría en mi esposa y éldijo que no se correría en ella y siguió con supumpuneo. Entonces noté lo queparecía ser semen empezando a gotear alrededor desu polla ahora adormeciéndose.Alfonso dijo que estaba a punto de correrse y losacó de mi esposa y se cayósobre ella con su polla en su vientre. Miré el coñopeludo de mi esposa yeventualmente debió haber disparado su carga de semen enella, porque el semenblanco se filtró de su coño abierto por el culo, llegandohasta su ano.
 
 
Le pregunté aAlfonso si estabaseguro de que se había retirado de mi esposa a tiempo y medijo que mepreocupaba mucho y que le había disparado su carga en el estómago.Alfonso selevantó y dijo que seguro disfrutó de su coño, se vistió y me dijoque tal vezmañana por la noche podría hacerlo de nuevo. Alfonso salió y regresóa su casa. Limpié nuestro dormitorio y el cuerpo de mi esposa, el cual olíaterribley sobre todo su rostro con rastros de semen y olor a culo. Todavía nome sentíaseguro de que Alfonso hubiera sacado su polla de mi esposa a tiempo yme metíentre sus piernas y miré hacia arriba en su agujero abierto del coño ynotésemen blanco espeso dentro de ella.
 
 
Realmente no teníamanera de sacarleel semen que estaba dentro de su coño así que la senté contrala cabecera denuestra cama con una toalla debajo de ella esperando que el semense filtrarade su coño, pero no mucho salió. Nuevamente, la limpié con un trapolo mejorque pude y la cubrí con una manta y me metí en la cama con ella y mefui adormir. La mañana siguiente cuando desperté mi esposa me preguntó cuántotiempohabía dormido y le dije que ella había subido a la habitación y que allísequitó toda su ropa, que se metió en la cama y se durmió como un bebé. Miesposadijo que su coño estaba adolorido y me preguntó si habíamos tenido sexoesanoche, que también sus senos le dolían mucho, a lo que respondí que no, quesehabía ido a dormir sin mi. Ella dijo que se sentía como si hubiera tenidorelacionessexuales pero esta vez con mucho dolor… yo le dije que estaba seguro.
 
 
Mi esposa selevantó, se vistió yfue a la cocina y dijo que el vagabundo habíadesaparecido.Entré en nuestracocina y me di cuenta de que ya no estaba detrásde nuestra casa. Estaba algofeliz en un aspecto y me sentía un poco usado,porque mi esposa había sidofollada y usada por este viejo sucio. Estabapensando en dejarle disfrutarla denuevo, y ahora se había ido. No me cogí a miesposa después de esto por un parde meses porque estaba preocupado si el viejopodría haber tenido unaenfermedad de transmisión sexual. Hice que mi esposa mediera una mamada y lelamió el coño por satisfacción después de esto. Mi esposallegó a casa unos dosmeses después de que Alfonso la jodiera y dijo que teníabuenas noticias paramí ¡que estaba embarazada! Tuve una sensación de malestaren el estómago yahora me preguntaba si el bebé en el vientre de mi esposa eramío o de Alfonso.El tiempo pasó y nunca volví a ver o oír de Alfonso otra vez ymi esposa tuvoun niño 9 meses después de que Alfonso tuviera relacionessexuales con miesposa. Este bebé creció rápido y cuanto mayor se hizo, más pudedecir que elniño estaba empezando a parecerse mucho más a Alfonso y yo estabaseguro de quemi hijo era realmente hijo de ese viejo pervertido.
 
 
Mi esposa nuncasupo que ella fuebásicamente usada por Alfonso y que ahora tenía su hijo paracriar….
 
 

Esta historia continuará....

1 comentarios - Esposa compartida con un viejo vagabundo

titishishis
Excelente relato lástima que no se la cogió nuevamente
Heipon2080
Esta historia continuará...