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Mi cuñadita Cielo Riveros lokita putita 4

Mi cuñadita Cielo Riveros lokita putita 4

 
Cielo Riveros meabrazo con fuerza, mientras sus senos se inflaban, mi pene iba invadiendo sujoven ser, y ella temblaba de placer… por un momento se alejó, mirándomesorprendida con la boca abierta… no podía creer que, apenas un par de horasdespués de ser desflorada, ella misma se estaba empalando en mi verga… todo porunos caprichosos celos…
 
-          Ay no puedo creer… esta todo dentrode nuevo… dijo aturdida.
 
-          No… no esta todo… le dijeburlonamente.
 
-          ¿Qué?... Ohhh…. Ufff… exclamo.
 
La había tomadode las caderas, y presionado hacia abajo contra mi ingle, sus piernas que lahabían aguantado encima mío, terminaron cediendo y mi verga termino deincrustarse en su apenas desflorada vagina…
 
-          Ayyyy… Ohhh… dio un breve alarido deplacer.
 
Esta vez, sucabeza se fue para atrás, contemplando el techo de la camioneta, mientras sucuerpo contraído se iba relajando, acostumbrándose a estar atornillada en miverga, como tanto lo había pedido… sus piernas de a pocos dejaron de temblar…
 
-          Me la metiste toda… susurro casi sinaire.
 
-          Si… ahora si…
 
No me dejo decirmás, me lleno de besos, mientras mi verga palpitaba en su cálido y lubricadointerior. Ingenuamente Cielo Riveros comenzaba a deslizarse sobre mientrepierna, no sabia como hacer en esa posición… me la había cogido 2 veces encuatro y había aprendido a culearme para metérsela, ahora esa posición era algonuevo para ella…
 
-          Ay cuñadito… que dura la tienes… ¿Quéhago?... clamaba ansiosa.
 
Se movía atrás yadelante, por momentos en forma circular, trataba a mi verga como si fuera unapalanca de cambios o de videojuego… buscando la posición que le diera masplacer o le doliera menos, quizás tanteando que tanto se podía mover con esemástil atorándola.
 
-          Tienes que comenzar a brincar… ledije suavemente.
 
Tome por debajodel vestido sus redondas nalgas, y la ayuda a subir y luego a bajar, eso lahizo ponerse nerviosa al sentir como entraba y salía mi verga prodigándole unarica fricción en su joven intimidad… nuevamente me apretaba con fuerza contrasu cuerpo.
 
-          Si, si, así esta bien… saltare…uhmmm… dijo sumisa.
 
Tímidamentecomenzó a hacer el recorrido de arriba hacia abajo, por momentos temblando deplacer. Mientras yo quería hacer que se relaje, baje bruscamente su vestido ylibere rápidamente sus senos, ante su sorpresa… no le di tiempo a reaccionar,engullí sus endurecidos pezones…
 
-          Ayyy…. Ohhh…. ¿Qué me haces?...uhmmm… exclamaba relajada y excitada a la vez.
 
A los pocossegundos, presa del delirio y lujuria, mi cuñadita comenzaba a brincar sobre miverga, cada vez con mayor rapidez y armonía… aprendía rápido, en estas cosas,cuando el placer despierta, cada quien se acomoda y encuentra su ritmo…
 
Yo solo lasostenía de la cintura, mientras Cielo Riveros se retorcía de placer con cadaclavada que ella misma se prodigaba. Me fui dando cuenta que su entusiasmo ibamenguando por el cansancio, sin dejarla desfallecer, la tomé nuevamente de susredondos glúteos para ayudarla subir y bajar, cosa que agradeció y comenzó ahacerlo con mayor rapidez…
 
Por momentossentía que Cielo Riveros creía que estaba en esos juegos en que se revientanlos globos con el trasero… ya que brincaba con una vehemencia cada vez mayor,como queriendo reventar un globo, en este caso los de sus nalgas, que rebotabancon mayor fuerza contra mi ingle, quizás queriendo doblar mi verga…
 
-          Ay… nooo… ahí viene… ayyy… ufff….
 
Cielo Riveros yahabía aprendido a descubrir cuando estaba cerca a un orgasmo, su mundotemblaba, al igual que lo hacia toda la camioneta en ese desolado y oscuroestacionamiento… su ser se perdía unos instantes, los ojos desorbitados,buscando locamente que calmar su delirio buscando mis labios, que luego soltabapara emitir sonoros y agradables gemidos.
 
-          Ayyy… siii…. Uhmmm…. exclamosatisfecha, casi gritando, tuve que taparle la boca.
 
En esosinnumerables temblorcillos que tubo, logro hacerme llegar también, tuve quealejarla rápidamente para evitar venirme en su interior. Un chorro iba a salirde mi verga, lo contuve lo mas que pude y jalando una vieja chompa que tenia enel asiento de atrás, tuve que cubrir mi verga y evitar que ese volcán delíquidos manchara todo el interior del vehículo…
 
-          Ay… mierd… ufff… que rico… exclamesatisfecho.
 
Tenia mi manosobre la chompa y mi verga conteniendo todos mis líquidos, mientras mi cuñaditareposaba sobre mi pecho, deshecha, respirando pausadamente, seguía aferrada ami cuello, dándome algunos besos de cuando en cuando, con las piernas auntemblorosas por el esfuerzo desplegado.
 
-          Estuvo rico… ¿verdad?... repusosatisfecha de que también me haya gustado.
 
-          Si… estuvo genial… respondí, no habíaporque ser mezquinos, la entrega de esa niña era fenomenal.
 
-          Aunque mas rico es por atrás… dijo envoz baja, pensativa Cielo Riveros.
 
Luego sentí unavibración en mi pierna, no era el temblor de las acalambradas piernas de micuñadita… era mi celular… era Valeria…
 
-          ¿Por qué demoran tanto?... pregunto.
 
-          Ah… es que tu hermana… quería conocerpor donde trabajo… y la traje al supermercado de acá, para que conozca la zona…
 
-          Ah bueno… si esta bien que seinterese por esas cosas… pero otro día la pudiste llevar… me reprocho Vale queparecía tener hambre.
 
-           Es que te quería dar tu espacio,para que avances tus cosas tranquila… repuse, aun con Cielo Riveros sobre micuerpo, casi durmiendo de cansancio.
 
-          Tu si que entiendes… dijo cariñosaVale, mientras yo me sentía una mierd…
 
-          Ok… ya voy de regreso…
 
-          Traes pizza, que me muero de hambre…dijo Vale graciosamente.
 
El que se moríamás de hambre era yo, por culpa de mi cuñadita que se había vuelto golositapara las cuestiones sexuales…
 
Terminé delimpiar mi verga, con Cielo Riveros sobre mí, la puse en un lado, casi dormida,pero con una sonrisa de oreja a oreja, parecía seguir disfrutando de aquelplacentero orgasmo. La deje en el asiento de atrás, mientras yo salía a poneren la maletera aquella chompa manchada.
 
Al ir al asientode adelante, me percate que había una cámara de vigilancia, mierd… no creo quealguien se ponga averiguar porque el auto se movía tanto… solo me percate dealguien que me miraba… solo faltaba que en aquel desolado lugar me roben…
 
Voltee la vista yme percate que en el taxi de al lado, el chofer parecía haber despertado,quizás por todo el ruido que hicimos o por los movimientos del auto… algoavergonzado atine a mirarlo… mientras el con una sonrisa burlona me levantabael dedo pulgar, como felicitándome por mi travesura.
 
Le devolví elmismo gesto, y tan pronto pude encendí el auto… la cámara y el taxista fuerontestigos de aquel encuentro, ya era tentar mucho la suerte quedarse ahí, quiensabe si algún curioso pudo llamar a la policía… no quería irme preso con micuñadita por indecencia en la vía pública.
 
Regrese cansadoal depa, veía a Cielo Riveros por el retrovisor, descansando feliz, casichupándose un dedo… solo llegue a pensar… es una nena, esa pequeña diablillachantajista…
Llegando a casa,ya en la cochera, desperté a Cielo Riveros que, aunque cansada, se desperezofeliz, llegándome a dar un beso desde el asiento de atrás.
 
-          Hey… no hagas eso… ya estamos encasa, tengo vecinos, nos pueden ver… le advertí.
 
-          Esta bien… respondió como niñaregañada.
 
-          Ahora ayúdame con las cosas… quizástu hermana ya nos vio llegar…
 
Salimos con lascosas y Valeria nos recibió aliviada, como madre preocupada. En el camino habíaparado un momento a comprar una pizza, y Cielo Riveros ni cuenta se dio. Se laentregue a Vale, pero ella miraba medio raro a su hermanita… ay… caraj…
 
-          ¿Por qué estas así?... todadesarreglada… le reprocho.
 
-          Bueno… es que se quedo dormida en elasiento de atrás… replique rápidamente.
 
-          Ah… pero… y ¿esa mancha?… preguntointrigada Vale.
 
No me habíapercatado que, durante mi eyaculación en el asiento de atrás, pensé que habíacontenido todo con mi vieja chompa… pero un poco de mi leche había salpicado enuno de los bordes del vestido de Cielo Riveros… mierd… una mancha gomosa desemen…
 
Como mi cuñaditase había quedado dormida en el asiento de atrás, no dio tiempo a revisar suropa… esta niña… si se hubiera ido al asiento de adelante, nos hubiéramospercatado de aquella mancha y la habríamos limpiado… ahora Vale me iba a matarsi ataba cabos sueltos…
 
-          Ah… debe ser el yogurt… dijo CieloRiveros medio somnolienta.
 
-          ¿Cuál yogurt?... dije tontamente.
 
-          El que me invitaste… ya no teacuerdas Danny…
 
-          Ah… si el que derramaste en elasiento del supermercado... dije siguiéndole la corriente a esa creativa niña.
 
-          Si, ese… repuso aliviada CieloRiveros.
 
-          Ay Danny… mi hermanita es un pocotorpe, siempre se le caen las cosas… dijo Vale apenada.
 
Si, pero cuando CieloRiveros toma algo, no lo suelta hasta exprimirlo por completo, pensé.
 
-          No te preocupes… a todos nospasa…  dije aliviado.
 
-          Cielo Riveros ve a cambiarte y dejaeso para que lo laves mañana… le ordeno Vale.
 
Así habíamossalvado la situación… Valeria se fue a la cocina para traer los platos ycubiertos, lo que aproveche y le hice señas a mi cuñadita para que le de unalavada al menos a esa mancha, no quería tentar la suerte de que luego Valerevise su ropa.
 
Luego de esocenamos tranquilamente… devoramos la pizza en segundos, así como la inexpertavagina de mi cuñadita había devorado mi verga horas antes. Intente ser mascariñoso con Vale, me sentía culpable por lo ceder a las tentaciones de CieloRiveros y por ver a Vale toda estresada.
 
-          Ya Cielo Riveros… ve a dormir… que estarde… mañana te encargas de las labores de la casa… le advirtió Vale a suhermanita.
 
-          Esta bien… dijo a regañadientes CieloRiveros.
 
Ay… caraj… creoque Vale quería también su cogida que le debía, se suponía que llevaríamos a CieloRiveros a casa de mis padres para tener tiempo para nosotros, pero con lo delaccidente de su amiga y tener que ´ponerse al día con su trabajo, todo se habíadesconfigurado. Este sería el único tiempo a solas que tendríamos.
 
Me imaginaba a micuñadita oyendo tras la puerta como me cogía a su hermana, quizás bajaría ahacerme un berrinche como con lo de la cajera del supermercado, o me pediríaalgo más al día siguiente para chantajearme… bueno, al final, terminaba pagandosus núbiles agujeros, así que de alguna manera ganaba yo también.
 
El único problemaes que no sabia de donde sacaría leche para Vale, su hermanita me habíaexprimido salvajemente en dos ocasiones ese día… pero debía cumplir con milabor, para que no sospeche mi novia…
 
Viéndola trabajaraun en la compu, me dedique a masajear sus hombros y besar cariñosamente sucuello… mientras trataba de recordar las escenas eróticas de alguna porno paraincentivar a mi cansada verga… sin embargo más se me venían a la mente lasimágenes que me brindo su hermanita saltando sobre mi pene… mierd… pero estabafuncionando, se me estaba poniendo dura de nuevo… hasta que…
 
-          Ay amorrr… lo siento… sé que teprometí un tiempo a solas… me dijo apenada Vale.
 
-          Sip… eso prometiste… dije dejando deacariciarla.
 
-          Es que con esta preocupación y demás…no me siento de ánimo… aparte mi hermanita acaba de subir… ay que rabia tenerque trabajar mañana… dijo frustrada.
 
-          No te preocupes amor, te entiendo,estas cosas pasan… dije complaciente.
 
-          Ay que pena… en la mañana te hubieraviolado yo misma… me confeso sintiéndose culpable.
 
-          Si… lo se… dije recordando que casise me monta en el sofá cama.
 
-          Pero tu si quieres… mira te doy mitrasero un rato para que te satisfagas y luego yo regreso a trabajar… dijoofreciéndose hacendosa.
 
-          Ahhh… no, tampoco así, amor… voy asentir que lo haces por compromiso y no seria tan placentero… ya nos daremostiempo uno de estos días que las cosas se calmen… dije calmándola.
 
En realidad,estaba seco por dentro por culpa de Cielo Riveros, me cayó bien que Vale noinsistiera, solo quería tirarme a dormir en el sofá-cama. Le di un beso a Valeen la frente y la deje trabajar, ella me sonrió agradecida por mi comprensión…si supiera que más que comprensión era culpabilidad…
 
Me quedé dormidoviendo tele, acompañando a Vale que se quedó en la laptop un rato más, solosentí que me dio un beso en la frente y me cobijo antes de irse a dormir. Esanoche me dejaron descansar, Cielo Riveros estaba con ambos agujeros inauguradosy satisfechos, mientras Vale estaba atribulada por el trabajo.
 
A la mañanasiguiente, apenas oí la ducha, a Vale alistándose para salir, otro beso en lafrente de despedida. Le desee un buen día de trabajo… y ella más bien me pidióque tuviera paciencia con su hermanita… más bien me haría falta fuerzas paracomplacer a esa pequeña ninfómana.
 
Dormí hasta las10am, sentí a Cielo Riveros rondando, me parece que se despertó a eso de las9.30 am, pero se fue a la cocina sigilosamente, creo que se preparó el desayunoesperando a que yo despierte para hacerme el mío, al menos la taza de caféestaba en la mesa de centro en la sala, entre el televisor y el sofá-cama…
 
Me parece que CieloRiveros lo hacía a manera de pago por mis esforzadas labores, mi noblecontribución y desinteresada motivación para desflorar sus dos agujeros… ilusoesa niña no hacía nada sin esperar algo a cambio…
 
Me sentéadormilado al borde del sofá y pobre el café… estaba tan bueno como micuñadita, me sentí despertar…
 
-          Gracias Cielo Riveros… esta rico elcafé… le grite para que me escuche en la cocina.
 
-          Espera ahí nomas cuñadito… ahorita tellevo lo demás… me dijo hacendosa.
 
Bueno, que máspodía querer… iba ser atendido como un rey, sin moverme del sofa, prendí latele para ver las noticias y disfrutar mi primer dia de vacaciones sin Vale,solo con Cielo Riveros, pensando cómo hacer para distraerla como niñero… hastaque vi a mi cuñadita pasar a mi lado y casi me atraganto con el café…
 
Cielo Riverossalió de la cocina solo cubierta por un mandil, apenas sujetado por la parteposterior, con las nalgas al aire y pecho apenas cubierto por aquel accesoriode limpieza de cocina… sus pezones resaltaban en la tela… mientras ella sonreíacoqueta dejando una pequeña bandeja con el resto del desayuno…
 
-          ¿Se te apetece algo?… pregunto la muybribona.
 
Mientras decíaesto se inclinaba, sin dejar de mirarme con una sonrisa, sus piernas bronceadassemi abiertas y mostrándome como sus nalgas se iban abriendo, mostrándome surecién estrenado pubis y ano enrojecido por los últimos maltratos… y a pesar detodo, parecía querer más de ese castigo…
 
-          Ay caraj… exclame, casi se me cae lataza de café con ese panorama al frente.
 
Cielo Riverossonrió al ver que casi me quemo, y solo atino a menear un poco más el rabo parallamar más mi atención o para hacer que reaccione como ella deseaba. Dicen queel desayuno es la comida mas importante del día… al parecer mi cuñadita deseabacomerse mi verga desde  temprano.
 
-          ¿Y bien?... recalco.
 
-          Tan temprano… repuse incredulo.
 
-          Dannyyy… hay que aprovechar el día…repuso deseosa.
 
No tuvo que decirmás, deje el café a un lado, mi verga ya sobresalía de mi pijama, solo tuve quecanalizarla un poco para que se liberara disparada a través de una de susaberturas. Al verla, note como las pupilas de Cielo Riveros se dilataban, pormomento temerosa, por momentos ansiosa de volver a tener todo eso dentro suyo…
 
-          Creo que mejor… dijo dudando.
 
Sin darle tiempoa pensar más, frote mi verga debajo de sus labios vaginales, eso hizo que suspiernas temblaran y que ella se estremeciera… toda duda fue postergada. Micuñadita solo atino a asirse del mueble debajo del televisor.
 
-          Ay que locura… dijo Cielo Riverostemblando.
 
-          ¿Qué cosa?... pregunta.
 
-          Dejar entrar todo eso… dijo conexpresión morbosa, mientras abría mas las piernas.
 
Sin que le dijeranada, ella sola se había acomodado para recibirme, su húmeda vagina no opusomayor resistencia, solo al principio… lo que hizo que Cielo Riveros se erice unpoco y contraiga, pero una vez que supero el umbral de resistencia de suvagina, esta se fue dilatando para recibir aquel intruso que la iba a someter.
 
-          Ay… así… suave… cuñadito… me pedíasumisa, aferrándose a los muebles.
 
Recordando queera recientemente desflorada, procuré ser gentil, comencé a bombearlasuavemente, mientras le veía retorcerse nerviosa, acostumbrándose a estaratorada nuevamente en aquella posición en que me confeso que le gustaba más…igual que a su hermana, compartían la misma fijación.
 
De a pocos fuiaumentando mi ritmo y viendo como sus nalgas temblaban e iban enrojeciendo porel continuo martilleo. Cielo Riveros volteaba a verme de cuando en cuando conexpresión confundida entre el placer y de jovencita abusada… sin embargo, meseguía tímidamente con sus movimientos de cadera.
 
-          No, no más… así no… dijo y se detuvo.
 
Quizás al finhabía caído en cuenta de lo incorrecto que era tirarse a su cuñado, ofrecerseal novio de su hermana y dejar que abusen de ella mientras Valeria estaba en eltrabajo, tal vez había recuperado el sentido de la conciencia respecto de comoactuaba y lo que prácticamente me obligaba o incitaba a hacer… nada mas lejosde la verdad…
 
-          Aquí no… en el mueble mejor… me dijodeseosa, como niña caprichosa.
 
-          Ok… como gustes… le dije.
 
Presurosa searrodillo en la alfombra, apoyando su vientre en el sofá, nuevamente en cuatropatas, algo confundida, quizás no recordaba bien como fue el día anterior quela desflore sobre el mueble… pero ya estaba en esa posición, y me dejaba a lavista aquel otro pequeño agujero que no quería desaprovechar.
 
Sin darle tiempode reaccionar o reubicarse sobre el mueble, me acomode detrás de ella,comenzando a ladear mis piernas en sus caderas, mientras mi verga apuntando dearriba hacia abajo empezaba a apuntar y hacer presión sobre su arrugadoesfínter.
 
Un temblorcillorecorrió su espina dorsal, al darse cuenta que mis apetitos habían cambiado, yano deseaba su húmeda vagina, sino su estrecho anillo… intento zafarse yprotestar… pero no pudo, estaba decidido a clavársela por el culo…
 
-          ¿Por qué te gusta tanto metérmelo porahí?... dijo entre asustada excitada.
 
-          Es que es algo… algo que tu hermanano me da… le confesé.
 
-          ¿En serio?... pregunto dejando deforcejear…
 
-          Si… dije algo abrumado, Vale no mehabía dejado explorar aquella parte de su cuerpo.
 
Intente no pensaren eso, mas bien me dedique a empujar mi verga contra el joven cuerpo de micuñadita, aquel recientemente estrenado anillo que iba abriéndose lentamentesin mayor protesta por el lado de Cielo Riveros, que seguro aun pensaba en loque le dije.
 
-          Entonces mételo cuñadito… me dijosumisa.
 
-          ¿Segura?... pregunte, aunque igual laiba a enganchar por el ano.
 
-          Si… todo… métemelo todo… dijomirándome desde abajo mientras soportaba mi embestida arañando el mueble.
 
Al final, elmorbo de superar a su hermana en estas lides, la hacía envalentonarse parapermitir que mi maso de carne abriera nuevamente su estrecho agujero, a pesardel dolor que sabía que le causaría al inicio...
 
-          Ouuu… ayyy… despacio… porfa… sequejaba lagrimeando.
 
Ya mi verga iba amedio camino, era una delicia verla temblar, retorcerse, mientras su jovenculito se iba comiendo centímetro a centímetro mi tieso pene. Hasta queinstintivamente, Cielo Riveros paso su mano por sus nalgas, abriéndolas, quizásen su inocente entender buscaba dilatar su ano para que mi verga la cupiera másfácilmente.
 
-          ¿Falta mucho?... ouuu… se lamentabacasi arrepintiéndose.
 
-          Ya casi… la calme, sintiendo mi inglecerca de sus morenas nalgas.
 
El último tramose hacía difícil, parecía tener un ano resentido, a pesar de las ultimasincursiones de los días pasados, se resistía como cuando la desflore. Así que,en un último empujón, le incruste mi verga hasta la raíz. Cielo Riveroscontrajo el espinazo, con las piernas casi agarrotadas…
 
-          Ayyyy… me partiste mi culito… ouuu…se quejó amargamente.
 
Luego para misuerte hundió la cabeza en el cojín del sofá, ahogando lamentos y gritos en él,mientras yo me sentía en la gloria, viendo como ese inexperto ano palpitaba enmi verga. Yo apoyaba mis manos contra su cintura para evitar que huyera, hastaque sus piernas por fin se relajaron y volvieron a apoyarse en la alfombra.
 
Una vez que la viacostumbrarse a esa nueva vejación, comencé el corto recorrido en su cuerpo,sacando y clavando de a pocos mi verga en su inexperto, pero complacienteesfínter. Cada vez mi pene se trababa menos en su estrecho orificio e ibaganando espacio.
 
-          Ouuu… uhmmm… suave… asiii… de apoquitos… ayyy… se lamentaba mientras se acostumbraba a ese nuevo martirio.
 
En los últimostres días había visitado 3 veces el culito y la conchita de mi cuñadita, quemuy colaboradora y hacendosa se prestaba para todas las posiciones quequisiera, soportando el castigo que sufría, sus tripas engullían cada vez másrápido mi verga. Comenzaba a perderse en su morbo nuevamente…
 
-          ¿Solo a mí me vas a romper el culitocuñadito?… preguntaba con expresión lujuriosa.
 
-          Si Cielo Riveros… solo a ti… leconfirmaba para animarla.
 
Mi cuñaditacomenzaba a estremecerse, antes la presionaba con fuerza contra el mueble,ahora ella empinaba sus caderas, buscando mi verga, para que no se alejaratanto y tenerla mas cerca, que en cada clavada rebotara mi ingle mas fuertecontra sus gordos glúteos.
 
-          Ay que rico me coges… se animó adecir casi enloquecida, ante su sorpresa.
 
-          Tu culito es una delicia… la halagabasin dejar de taladrarla.
 
Cielo Riverosvolteo sonriente al escucharlo. Así, de cuando en cuando, volteaba y me mirabafascinada, de como disfrutaba poseyendo su culito, viendo su inocente rostropor momentos con expresión adolorida, por otros ratos embebida en febrillujuria… sonriendo a veces, quizás orgullosa de darme aquello que su hermana nose atrevía a darme, la hermanita menor había superado a la mayor.
 
-          Uhmmm… ouuu… uhmmm… gimoteaba cadavez más fuerte.
 
El mueblecomenzaba a ceder desde su posición, aunque Cielo Riveros valiente resistíadesde su posición, estaba claro que aquel dolor inicial se había transformadoen un turbio placer que iba ganando fuerza en su joven cuerpo. Aquel delantal,que era lo único que traía, se había aflojado, sus senos rebotaban contra el mueble,haciendo que sus pezones se ericen.
 
-          Uhmmm… cuñadito me revientas… ahhhh…vociferaba Cielo Riveros.
 
Ya conocíaaquella expresión, aquel nervioso temblor que la iba recorriendo, aquellasricas contracciones que no sabia como controlar… que parecían que terminaríanpor romperle la columna… aquella mezcla de reacciones que hacían que mi vergatampoco soportara mas tiempo y comenzara a escupir su blanquecino líquido.
 
-          Ohhh… ufff… exclame satisfecho.
 
Cielo Riveroscontraía su cuerpo con cada borbotón de leche invadiendo su cuerpo, al final elcuerpo se le enfrió repentinamente, algo de líquidos se escaparon ante susorpresa de su húmeda vagina, volvió a retorcerse de placer durante unossegundos. Dejándose luego caer rendida contra el mueble.
 
-          Espera… déjala ahí… me pidió alsentir que me quería despegar.
 
Quería sentirseaun enganchada a mi… también me sentía cansado, pero no quería negarme a aquelpedido, tras su fogosa y sacrificada entrega… luego entendí que Cielo Riverostambién parecía irse enganchando de otras maneras a mi…
 
-          Nunca se lo pidas a ella… solo a mi…me dijo pausadamente casi sin aire.
 
-          ¿Qué cosa?... repuse jadeante.
 
-          Ya sabes… hacerlo por ahí… me dijo.
 
Me quedeperplejo, Cielo Riveros sentía que era lo que la diferenciaba de su hermana,que aquel placer era algo que compartía conmigo y que era de cierta formanuestro perverso secreto… también afloraba algo de aquel territorialismofemenino, algo de celos tal vez… sentimiento de posesión… que se yo…
 
-          ¿Por qué?... me atreví a preguntar.
 
-          Porque si… me dijo en tonocaprichoso.
 
No hacía faltamayor explicación, era su lógica infantil, aquella que seguro usaba en susberrinches con su mama o con sus amigas, o con los niños de su ciudad a los queseguramente manipulaba para que hicieran lo que quería.
 
Tras aquellarespuesta, solo volteo como pudo desde donde estaba, me miro ansiosa y buscomis labios, a manera de sellar aquel pacto. Solo así me dejo despegarme, casisentí que debía pedirle permiso para desengancharla.
 
Cielo Riveros sedejo caer de lado, con una sonrisa complacida y aun jadeante, no le importabanlos líquidos discurriendo por sus agujeros. Estaba feliz de haber experimentadoun nuevo orgasmo a costa de su cuñado y de haber superado a su hermana.
 
En realidad,respecto al reciente pedido de Cielo Riveros de exclusividad anal, pensé quemientras mi cuñadita estuviera en casa dudaba que pudiera tener algún tipo deintimidad con Vale, menos aún inaugurarle su culito, dado que su hermanitaparecía querer dejarme seco de esos fluidos.
 
Aquello queparecía un simple experimento o descubrir sexual, sentía que se ibacomplicando, debí preverlo. Sin embargo, confiaba que, al regresar a su ciudad,Cielo Riveros olvidara aquella fijación conmigo... total era joven y a esa edadson enamoradizas…
 
Solo rogaba queno me olvidara del todo y que, en algún momento, me permitiera disfrutar deaquellos placeres que le enseñe, mas aun si para ese entonces Vale aun no mepermitía disfrutar de su culito.
 
Tal vez en esehipotético futuro, Cielo Riveros también haya madurado más, mental yfísicamente, al punto de tener las abundantes nalgas de Vale que me volvíanloco… ahí si estaría en problemas…
Tras esosgratificantes momentos, me deje caer de lado y apenas si me limpie con mi ropainterior. Cielo Riveros me dio algunos besos y se acurruco a mi lado. En pocorato me quede dormido, me sentía cansado por las recientes exprimidas que mehabía dado mi cuñadita, aparte que estaba de vacaciones, deseaba descansar unpoco… hasta que…
 
-          Ya Cielo Riveros… déjate de cosas…dije malhumorado.
 
Sentí un roce enmi entrepierna, parecía que la niña quería más… sentí que apenas habían pasadounos minutos… esa niña era insaciable…
 
-          Amor?...
 
Un par de cogidasy ya me dice amor… diablos, esto mi cuñadita poniendo intensa, pensé… zafándomede las sabanas…

amateur

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