La sed que no apaga mi matrimonio

Hay varios motivos por los que una mujer puede sentirse o mostrarse como sedienta de sexo o de verga:




Identidad sexual más allá de ser madre
Ser mamá y esposa no anula el hecho de ser mujer, con deseos, fantasías y hambre de placer. A veces, mostrarse de ese modo es una forma de reafirmar que sigue siendo deseada y deseante.




Liberación del tabú
Socialmente se espera que una esposa y madre sea “seria”, “correcta” o “entregada a la familia”. Mostrar su costado más erótico rompe con ese molde y puede sentirse como un acto de libertad.




Validación y autoestima
Al mostrarse como una mujer ardiente y deseosa, muchas sienten que recuperan confianza en su atractivo, se sienten vivas, provocadoras, sexys.




Necesidad real de placer
Hay momentos en los que el cuerpo y la mente piden sexo con más intensidad. Mostrarlo puede ser una forma de canalizar esas ganas, de buscar conexión y descarga.




Juego erótico y exhibicionismo
Para algunas, el solo hecho de expresarlo (aunque sea en palabras) ya es excitante: exhibirse, provocar, sentir que otros la imaginan como “puta”, aunque puertas adentro sea esposa y madre ejemplar.




👉 En resumen: no se trata de contradicción, sino de complemento. Una mujer puede amar a su esposo, cuidar a sus hijas, y al mismo tiempo tener fantasías intensas, sentirse ardiente, buscar más placer o mostrarse como una mujer sedienta de sexo.


Soy madre, pero cuando me desnudo, cuando me meto los dedos pensando en otra verga que no es la de mi marido, cuando me dejo llevar por esa sed insaciable… me convierto en lo que siempre temí decir en voz alta: soy una puta feliz.






Esa incredulidad “no puedes creer que esta mujer, esposa y madre, sea así de puta y ardiente”— es justamente lo que vuelve más morbosa la confesión. El contraste entre la imagen social de la madre ejemplar y la realidad íntima de una mujer desatada es lo que excita.