
Mabel era la esposa del dueño de un bar en Avellaneda. Morocha de rulos chiquita, pocas tetas, un culo hermoso y una cinturita increíble.
Siempre después de la oficina ibamos a tomar cerveza y de a poco fuímos entablando relación porque ella era amiga de una compañera de trabajo.
En una noche de jueves, cuando había una banda de música en el bar y estábamos todos muy apretados ella se acomodó delante mío y empezó a rozarme con el culo.
Yo me acomodé en la barra como para apoyarla a lo cual reaccionó empujando para sentír la pija mientras yo la agarraba de la cintura.
El marido atendiendo la barra y haciendose el canchero con todo el mundo y con las pibas del lugar no alcanzaba a ver lo que pasaba en la otra punta de la barra del lado de la gente.
Entre apoyada y apoyada le empiezo a tocar el culo con la mano y eso la puso loca, le encantó. Me miraba por el hombro y se reía. De pronto le habla al oido a mi amiga y las dos se van de la mano y yo me quedo al palo mal!
Tomo un trago y me llega un mensaje de mi amiga que me dice que vaya para su casa, que la había dejado ahí a Mabel y que me estaba esperando. Cuando llegué la muy putita me abrió la puerta en remerita corta, en tanga y con soquetes negros. No me dió tiempo a nada y me comió la boca. Empezamos en el sillón con una buena chupada de concha, una tremenda chupada de pija y un pedido de ella: "Llename la conchita de leche, si?". Cogimos como locos pero no pude cumplir ese día con lo prometido porque cuando la puse en cuatro fué inevitable romperle el culito precioso que tenía y llenarla de leche. A las dos horas cuando ya no tenía más semen en los huevos llamamos a mi amiga para que la llevara de nuevo al bar. Estuvimos cogiendo así csi todo un año hasta que el marido le descubrió fotos cogiendo con un pendejo que trabajaba con el y se pudrió todo por un tiemppito largo.















2 comentarios - Talkies humillando al cornudo 21!