Hola poringueros me llamo Sebastián y les comparto una historia, que espero que les guste.
Cuando tenía unos 12 años, estaba con mis compañeros de primaria, me acuerdo que era común medirse las pijas. Nunca le sume a eso porque no tenía una gran pija y menos a esa edad cuando todavía ni me había desarrollado. Yo tenía un amigo, Pablo, que una vez en el baño pelo la pija y me sorprendió, tenía altos pelos y una pija ya grande, estaba todo desarrollado y era menudito. El la mostraba y cargandome me invitaba a tocarla, jamás accedí a eso. Al contrario, lo admiraba porque seguramente podia cojerse a muchas chicas más grandes incluso. Que envidia, no llegar a los 15 y andar con tremendas hembras en celo atrás.
El tiempo pasó, hoy con 36, tenía una pija tamaño normal, todo era normal en mí vida. Estaba de novio con Soledad hacia unos 4 años y cojiamos bastante seguido. Ella era flaquisima y tenía unas tetas bastante grandes para el cuerpo que tenía. Yo siempre fui flaco pero nunca llegue a tener abdominales marcados, aunque siempre quise.
La cosa es que amaba cuando me besaba con el labial puesto y me daba una sensación de escalofrío. Cómo dije, cojiamos bastante seguido, pero últimamente la frecuencia había bajado y tenía problemas para continuar más allá de una acabada. Por lo que sorpresivamente ella me plantea:
-Podriamos abrir la pareja. Siento que estamos en una rutina y eso a la larga desgasta.
Me cayó como balde a agua fría cuando me dijo eso, no podía contemplar el hecho de perderla.
-Pero, ¿A qué te referis?
-A eso, pero estaría bueno salir a bailar por ejemplo, mirar sin prejuicios, ni que te pongas celoso y yo igual, vamos juntos y volvemos juntos, después se ve.
Reconozco que la idea no me gustaba pero después pensé que tal vez sea la solución a este desgaste que estábamos teniendo, casi que conviviamos y siempre estábamos juntos, tal vez necesitaba un aire.
Accedí y fuimos sorpresivamente a un boliche gay.
¿Por qué eligió eso? Me intrigó un poco porque si me decías una chica por mí parte, podía tenerla fácil, la mayoría acompaña a sus amigos gay, pero en el caso de ella, no estaría muy beneficiada. Le seguí el hilo, entramos y mientras estábamos tomando algo mucho no hablamos, más que una mirada que cruzábamos, ella tenía un escote y estaba con un jean que le marcaba el orto que no tenía.
El lugar estaba lindo, mucho marica, muchos chicos en cuero pero no veia tantas chicas.
-Voy al baño.
Me dijo y entonces decidí quedarme esperándola, mientras me tomaba mí trago tranquilo y miraba la zona. Sin darme cuenta habíam pasado 20 minutos y ella ni aparecía, fui hasta el baño a ver si salía y entonces fue cuando la vi apretando con un flaco.
El problema no fue ese, sino con la intensidad y pasión que lo hacía, nunca habíamos apretado así como ella lo estaba haciendo.
No me quedo otra que irme, no quería amargarme en alcohol, entonces recorrí el lugar y pase por una parte un tanto oscura y sentí que me habían puesto la mano abajo de remera, sentí un frío placentero, cuando me di vuelta vi que no era una chica, sino que un chico.
No tenía más de 25, era morochito y se le notaban las venas en los brazos, no era musculoso, era fibroso. Debería sacarlo pero digamos que estaba en su zona, no en un lugar hetero.
Sonreí de los nervios y sinceramente era fachero, si fuera un viejo gordo camionero lo saco cagando pero no, era un pendejito interesante.
Lo más sorpresivo fue que se me lanzó encima y yo estaba paralizado, me llegó a besar sin que me mueva y sentí sus labios mojados, eso me la hizo parar cómo nunca, me acuerdo que una erección tal, donde sentía que la pija se me salía, la había tenido cuando tuve mí primera vez con una noviecita.
Me entregué a el y nos fuimos a un lugar más cómodo. Lo que me llamo la atención no fue estar con un hombre sino lo entregado que estaba, cómo si ya tuviese experiencia.
Siempre fui un imán de chicos, siempre me miraban más hombres que mujeres y me incomodaba, hasta ahora. Ahí estaba yo, apretándome a un pibe, metiéndole mano y con la pija al palo, hasta que se la toque y la vi.
Estaba paradisima, lo empecé a pajear despacio y sentí el impulso de chupársela, se sintió raro al principio, pero a medida que lo hacía, yo también me excitaba y se lo hice hasta que sentí como acabaria, ese temblor y el me dejó la cabeza en su pija hasta que sentí algo tibio explotar en mí boca, era pegajoso, el me había acabado por primera vez.
Había chupado pija por primera vez, me habían acabado y trague leche de una. Eso sí, no me rompieron la cola.
No siquiera sentí culpa, ni arrepentimiento. Eventualmente mis preferencias habían cambiado, ya los videos porno hetero no me llamaban tanto, empezaba a ver pijas grandes, sentía la necesidad de chuparlas y tocarlas, la mía no contaba.
Con Sole llego lo inevitable, ella me había dejado, sin saber mis preferencias, su argumento fue que lo nuestro había muerto y no tenía retorno.
La extrañe, si, pero lejos de eso, empecé a sentirme más femenina. Ese hombre ponedor se había convertido en una nena, empecé a usar tangas, a pintarme los labios y entonces cuando estuve con una nueva pija en mí mano, eso si, el tamaño si importa.
Llegue a la conclusión que aquel recuerdo de mí amigo, no sentía envidia por cada hembra que se movería con esa pija, sino que yo quería ser una de ellas para sentirla.
Y así fue como cumplí esa fantasía, me disfrace de mujer y cuando tuve mí primera vez, mí primera pija adentro mío, lo comprobé: NADA IBA A SER IGUAL, me volví toda una PUTA y si estás leyendo esto QUE ESPERAS PARA MANDARME TU PIJA ENORME🤤🤤🤤
Cuando tenía unos 12 años, estaba con mis compañeros de primaria, me acuerdo que era común medirse las pijas. Nunca le sume a eso porque no tenía una gran pija y menos a esa edad cuando todavía ni me había desarrollado. Yo tenía un amigo, Pablo, que una vez en el baño pelo la pija y me sorprendió, tenía altos pelos y una pija ya grande, estaba todo desarrollado y era menudito. El la mostraba y cargandome me invitaba a tocarla, jamás accedí a eso. Al contrario, lo admiraba porque seguramente podia cojerse a muchas chicas más grandes incluso. Que envidia, no llegar a los 15 y andar con tremendas hembras en celo atrás.
El tiempo pasó, hoy con 36, tenía una pija tamaño normal, todo era normal en mí vida. Estaba de novio con Soledad hacia unos 4 años y cojiamos bastante seguido. Ella era flaquisima y tenía unas tetas bastante grandes para el cuerpo que tenía. Yo siempre fui flaco pero nunca llegue a tener abdominales marcados, aunque siempre quise.
La cosa es que amaba cuando me besaba con el labial puesto y me daba una sensación de escalofrío. Cómo dije, cojiamos bastante seguido, pero últimamente la frecuencia había bajado y tenía problemas para continuar más allá de una acabada. Por lo que sorpresivamente ella me plantea:
-Podriamos abrir la pareja. Siento que estamos en una rutina y eso a la larga desgasta.
Me cayó como balde a agua fría cuando me dijo eso, no podía contemplar el hecho de perderla.
-Pero, ¿A qué te referis?
-A eso, pero estaría bueno salir a bailar por ejemplo, mirar sin prejuicios, ni que te pongas celoso y yo igual, vamos juntos y volvemos juntos, después se ve.
Reconozco que la idea no me gustaba pero después pensé que tal vez sea la solución a este desgaste que estábamos teniendo, casi que conviviamos y siempre estábamos juntos, tal vez necesitaba un aire.
Accedí y fuimos sorpresivamente a un boliche gay.
¿Por qué eligió eso? Me intrigó un poco porque si me decías una chica por mí parte, podía tenerla fácil, la mayoría acompaña a sus amigos gay, pero en el caso de ella, no estaría muy beneficiada. Le seguí el hilo, entramos y mientras estábamos tomando algo mucho no hablamos, más que una mirada que cruzábamos, ella tenía un escote y estaba con un jean que le marcaba el orto que no tenía.
El lugar estaba lindo, mucho marica, muchos chicos en cuero pero no veia tantas chicas.
-Voy al baño.
Me dijo y entonces decidí quedarme esperándola, mientras me tomaba mí trago tranquilo y miraba la zona. Sin darme cuenta habíam pasado 20 minutos y ella ni aparecía, fui hasta el baño a ver si salía y entonces fue cuando la vi apretando con un flaco.
El problema no fue ese, sino con la intensidad y pasión que lo hacía, nunca habíamos apretado así como ella lo estaba haciendo.
No me quedo otra que irme, no quería amargarme en alcohol, entonces recorrí el lugar y pase por una parte un tanto oscura y sentí que me habían puesto la mano abajo de remera, sentí un frío placentero, cuando me di vuelta vi que no era una chica, sino que un chico.
No tenía más de 25, era morochito y se le notaban las venas en los brazos, no era musculoso, era fibroso. Debería sacarlo pero digamos que estaba en su zona, no en un lugar hetero.
Sonreí de los nervios y sinceramente era fachero, si fuera un viejo gordo camionero lo saco cagando pero no, era un pendejito interesante.
Lo más sorpresivo fue que se me lanzó encima y yo estaba paralizado, me llegó a besar sin que me mueva y sentí sus labios mojados, eso me la hizo parar cómo nunca, me acuerdo que una erección tal, donde sentía que la pija se me salía, la había tenido cuando tuve mí primera vez con una noviecita.
Me entregué a el y nos fuimos a un lugar más cómodo. Lo que me llamo la atención no fue estar con un hombre sino lo entregado que estaba, cómo si ya tuviese experiencia.
Siempre fui un imán de chicos, siempre me miraban más hombres que mujeres y me incomodaba, hasta ahora. Ahí estaba yo, apretándome a un pibe, metiéndole mano y con la pija al palo, hasta que se la toque y la vi.
Estaba paradisima, lo empecé a pajear despacio y sentí el impulso de chupársela, se sintió raro al principio, pero a medida que lo hacía, yo también me excitaba y se lo hice hasta que sentí como acabaria, ese temblor y el me dejó la cabeza en su pija hasta que sentí algo tibio explotar en mí boca, era pegajoso, el me había acabado por primera vez.
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No siquiera sentí culpa, ni arrepentimiento. Eventualmente mis preferencias habían cambiado, ya los videos porno hetero no me llamaban tanto, empezaba a ver pijas grandes, sentía la necesidad de chuparlas y tocarlas, la mía no contaba.
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La extrañe, si, pero lejos de eso, empecé a sentirme más femenina. Ese hombre ponedor se había convertido en una nena, empecé a usar tangas, a pintarme los labios y entonces cuando estuve con una nueva pija en mí mano, eso si, el tamaño si importa.
Llegue a la conclusión que aquel recuerdo de mí amigo, no sentía envidia por cada hembra que se movería con esa pija, sino que yo quería ser una de ellas para sentirla.
Y así fue como cumplí esa fantasía, me disfrace de mujer y cuando tuve mí primera vez, mí primera pija adentro mío, lo comprobé: NADA IBA A SER IGUAL, me volví toda una PUTA y si estás leyendo esto QUE ESPERAS PARA MANDARME TU PIJA ENORME🤤🤤🤤
1 comentarios - Me hicieron puta